“Basta leer la vida de los grandes hombres,
basta con observar nuestra propia vida para
comprender que hay en toda criatura una
predisposición natural que la inclina, sin
forzarla como dicen los teólogos, hacia
una dirección espiritual determinada”.
Jacinto Benavente.
basta con observar nuestra propia vida para
comprender que hay en toda criatura una
predisposición natural que la inclina, sin
forzarla como dicen los teólogos, hacia
una dirección espiritual determinada”.
Jacinto Benavente.
Todos los seres humanos, en uso de su propia inteligencia, tienen inclinación por alguna determinada actividad y es, precisamente con el uso de esa inteligencia, que debe desarrollar esa inclinación, que no es otra cosa que su vocación.
Sobre el tema, extracto a Jacinto Benavente: “Los sucesos de la vida que más parecen apartarse de nuestro camino al fin vienen a ser como atajos de ventaja, y sin ellos veríamos cómo algo había faltado a nuestra vida y no hubiéramos llegado tan pronto ni tan experimentados al derechero camino de nuestro propósito. Sin esa inclinación natural, sin esa predestinación, ¿comprenderíamos el ejercicio de nuestras profesiones, necesarias a la soberana armonía de la vida social?. Si por libre elección procediéramos, todos elegiríamos las profesiones más brillantes. Ved una orquesta. Todos comprenderéis que haya quien sea director......, hasta violín....., llegaremos hasta el clarinete. Pero... ¿y el bombo y los platillos?...... Y, no obstante, como es preciso que haya bombo y platillos en una orquesta para el perfecto conjunto instrumental, admiramos la sabiduría infinita, que no inclina a todos los músicos al violín o a la batuta. Y, ¡desgraciados los pueblos en que todos quieren ser directores de orquesta!”.
Había una vez algún lugar, que podría ser cualquier lugar, y en tiempo..... un hermoso jardín, con manzanas, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: no sabía quien era.
“Lo que te falta es concentración”, le decía el manzano, “si realmente lo intentas, podrías tener sabrosas manzanas, ¿ves que fácil es”. –“No lo escuches”, exigía el rosal, “es más sencillo tener rosas y ¿ves que bellas son?”. Y el árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: “no te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución: no dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas....., sé tú mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior”. Y dicho esto el búho desapareció.
¿Mi voz interior......?, ¿ser yo mismo....?, ¿conocerme.....? se preguntaba el árbol desesperado, cuando, de pronto, comprendió...... Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: “Tú jamás darás manzanas porque no eres manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres rosal. Tú eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje........ Tienes una misión, ¡cúmplela!. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Y.... sólo entonces el jardín fue completamente feliz.
Yo me pregunto, al ver a mi alrededor, ¿cuántos serán robles que no se permiten a si mismos crecer?, ¿Cuántos serán rosales que por miedo al reto sólo dan espinas? Y ¿cuántos naranjos que no saben florecer?.
En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar.......
“Es inútil el esfuerzo de cualquier se humano para alcanzar la cima si no ha recibido del cielo la sublime influencia de la vocación” (Querien Vangal)
E.G.D.T.
Septiembre de 2002.
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