Noviembre de 2004
"Los más doctos de entre nosotros se diferencian
de entre los ignorantes únicamente por la facultad
que adquieren de entretenerse con errores
múltiples y complicados".
(Anatole France)
Estamos viviendo en México una época de real transición y cambios tangibles, aunque haya necios que lo nieguen. El problema es saber cuanto tiempo va a durar y si tendremos la suficiente paciencia y entereza para soportarla. Realmente estamos en pañales en esto de la democracia, nos va llevar mucho tiempo en digerirla y aprender a vivir en ella; por ejemplo, ahora que ya funciona el Poder Legislativo ---dando tumbos pero ahí va--- y los señores legisladores ---diputados y senadores--- van comprendiendo que ese Poder debe cogobernar al país y tratan ---a veces se les olvida o no lo han aprendido--- de cumplir su papel.
México necesita una serie de reformas en calidad de urgentes; desde que al Presidente Fox asumió el poder ha, de hecho, machacado con ello: fiscal, energética, laboral, estado y electoral, son las principales; pero los legisladores de los partidos de oposición, principalmente PRI y PRD se han opuesto sistemáticamente y se entiende que es ---ante los hechos no hay argumentos--- que es para darle en la torre al presidente, sin ponerse a pensar que lo que está en juego es el futuro del país. Día va a llegar que ---para ser congruentes con nuestro atávico síndrome de “tapar el pozo cuando el niño ya se ahogó”--- el país se esté materialmente hundiendo y entonces ---a la desesperada con el consiguiente daño--- se avoquen ---los que estén en turno y maldiciendo a los que estuvieron--- a efectuar las reformas. Total que importa si así “semos” los mexicanos.
Hace unas semanas que el Presidente Fox ---aprovechando la inauguración del XXXVI Foro Nacional de la Industria Química en México--- comentó que ya se habían seleccionado las firmas que ofrecen las mejores condiciones para formar una asociación estratégica con PEMEX Petroquímica dentro del Proyecto Fénix. Resaltó que la nueva sociedad será constituida por dos empresas mexicanas: Indepro y Grupo Idesa; la compañía canadiense Nova Chemicals será socio estratégico, para que en conjunto con PEMEX pongan en marcha y examinen la inversión en la construcción de un nuevo complejo petroquímico.
¡Ah!, pero todo fuera que el Presidente hiciera ese anuncio para que los legisladores, obviamente que del PRI (no todos) y PRD (todos) iniciaran su crítica ---esta no sería mala si fuera constructiva y no al revés como acostumbran--- y su sistemático ataque a ultranza con el único afán de obstruir el proyecto, a pesar de que nuestro país está urgido en desarrollar ese ramo de la industria, a más del significativo incremento de fuentes de trabajo que directa e indirectamente se crearán.
El Proyecto Fénix es un parteaguas en el desarrollo de la Industria Petroquímica Nacional y activará sustancialmente la inversión en petroquímica de clase mundial. Es un megaproyecto que utilizará tecnología de punta, con inversiones totales estimadas en cerca de dos mil 700 millones de dólares. Con este desarrollo nuestro país habrá de convertirse en un productor globalmente competitivo, especialmente en el Continente Americano, sustituyendo importaciones por alrededor de mil 500 millones de dólares anuales y con amplia posibilidad de exportar excedentes.
El Presidente Fox remarcó que es así, con trabajo, inversiones, estabilidad macroeconómica, confianza y estabilidad política en el país, como la economía de México está nuevamente en crecimiento, a una tasa que será al final de este año de algo más del cuatro por ciento.
Hay que hacer notar que la industria química actualmente establecida en México contribuye con el 12 por ciento del Producto Interno Manufacturero, y con cerca de un millón de empleos formales en el país. Además en ella se realiza, en promedio, una inversión anual de 900 millones de dólares. Las exportaciones de esta industria fueron el año pasado de cuatro mil 800 millones de dólares: 33 por ciento más que un año antes.
Tanto en lo que respecta a PEMEX como a la CFE se están realizando desde el año pasado las mayores inversiones de la historia. Ello asegura, en primer lugar, las reservas suficientes; en segundo, el crecimiento del sector; y en tercero, las inversiones para procesar los productos y ganar competitividad. Tan sólo en materia de gas natural, este año se están invirtiendo 5 mil millones de dólares de manera privada para extraer el gas natural en la Cuenca de Burgos.
Cualquiera, sin tener que desarrollar gran esfuerzo de inteligencia, comprende que debe atenderse al pilar fundamental que es este recurso natural con que afortunadamente cuenta nuestro país, que es el petróleo. Pero en esta calidad no encuentran cabida los señores legisladores, pues están amachados en detener las reformas que liberarían fondos que tienen maniatado al cogobernante Poder Ejecutivo ---que es el responsable de invertir y administrar los fondos en estos menesteres--- ante la reducida cantidad presupuestal con la que opera. Liberar estos recursos, significaría fortalecer la inversión privada, impulsar la generación, reducir aún más las tasas de interés. Tienen, definitivamente un impacto macroeconómico sumamente importante.
Hay que tomar en cuenta que, cada punto porcentual de crecimiento del PIB, significa aproximadamente la generación de cien mil empleos directos aproximadamente.
La pregunta obligada es: ¿tendrán los señores legisladores la capacidad de digerir, analizar y comprender esto? La moneda está en el aire.
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