viernes, 28 de diciembre de 2007

De la reflexión

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

“Reflexión: Ojos del Alma”
Querien Vangal

Según el Diccionario Larousse, reflexión significa: 1.-Acción y efecto de reflejar. 2.- Acción y efecto de reflexionar. 3.- Advertencia, consideración, consejo. 4.- Cambio de dirección de un cuerpo que ha chocado con otro. 5.- Cambio de dirección de las ondas electromagnéticas o sonoras que inciden en una superficie reflectante. Para el tema objeto del presente, me enfoco únicamente a los puntos 2 y 3.

Si bien los problemas que aquejan a la humanidad son múltiples y por ende producto también de múltiples causas, me atrevo a asegurar una de las principales es la carente capacidad humana de reflexionar. Cuántas tragedias, muchas de ellas irreversibles, ha padecido el ser humano por haber tomado decisiones apresuradas, irreflexivamente, sin haber analizado con detenimiento y objetivamente los factores concurrentes. Cuántos pesares se hubieran ahorrado los seres humanos de haber Reflexionado antes de actuar.

¿Qué será la reflexión?.... se pregunta el atolondrado. Piensa con juicio.... y cuando lleves prisa, vete despacio... Son sinónimos de Reflexionar: meditar, cavilar, discurrir, cogitar, rumiar, pensar, considerar, especular, recapacitar, ensimismarse, preocuparse, deliberar, examinar, juzgar, ponderar, filosofar, analizar, estudiar, discernir, etc. Cabe la pregunta: ¿Realmente se ha reflexionado antes de empezar cualquiera de las cruentas guerras que ha padecido la humanidad durante toda su historia? Y así en muchas otras áreas, pero me quedo nada más con las guerras, ¿Cuánto le han costado a la humanidad? : vidas humanas, destrucción del entorno, plagas, epidemias, económico, etc., etc. Si todo ese inconmensurable costo se hubiera ido usando en los principales renglones que producen el bienestar de las comunidades, destacando entre ellos primordialmente la educación, cuan diferentes que sería el mundo y las mentes de los seres humanos.

La mayor parte de las veces que se fracasa, es por falta de reflexión. La reflexión consiste en considerar el pro y el contra de las cosas, medir los alcances de cada acto, estudiar el curso del asunto y, sobre todo, hacer que prevalezca el sentido común. Gran parte de las angustias que padecemos, nosotros mismos nos las buscamos por nuestra ligereza e irreflexión.

Proceder sin reflexión, no entrar en el fondo de las cosas, no profundizar en nada, pasar de una cosa a otra sin terminar la primera, ¡eso es ser atolondrado.... y además: tonto! Reflexionemos las cosas antes de proceder a realizarlas; solamente así nos darán buen resultado. El fracaso siempre anda detrás de la irreflexión.

Existe un fenómeno mental que consiste en que cuando tratamos de reflexionar sobre tal o cual asunto pendiente, se nos viene encima un verdadero torbellino de ideas que nos confunden y nos impiden llegar a nuestro propósito. En estos casos, que por cierto son bastante frecuentes, lo más indicado es dejar la cosa pendiente, esperando más adelante un momento de calma y de lucidez para resolverlo en definitiva.

Es común tratar de justificar la irreflexión con las emergencias –“No me dio tiempo de reflexionar porque era una emergencia”-- , nada más falaz, pues si consideramos, como lo es regularmente, que las emergencias son producto de la imprevisión, y ésta a su vez es producto de la irreflexión, entonces concluimos que la emergencia es producto de la irreflexión. Es claro que también las emergencias son producto de los accidentes, y que éstos son muchas veces son causados por fuerzas fuera de control humano, pero haciendo a un lado estas causas, se puede asegurar que los accidentes son producto de la falta de cuidado, o sea de la imprevisión, y volvemos al silogismo anterior.

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