viernes, 28 de diciembre de 2007

Alfabetización

Por: Antero Duks


Campañas y más campañas de alfabetización. No importa de qué color las tiñan, sexenio tras sexenio, cifras rimbombantes, triunfalistas, que parecen exorcizar al mal espíritu de la no lectura para siempre.

La lectura per capita sigue estancada, una que otra vez retocada para dar buena cara en los reportes educativos nacionales. Fracasos obvios para generar un país de lectores.
¿De qué sirve alfabetizar a grandes sectores de la población si no se les enseña el amor a la lectura, a las buenas lecturas?

Se lee poco, muy poco en México. Sin retoques, en estudios serios, sólidos, el promedio de lectura del mexicano no pasa de dos libros al año en el mejor de los casos y a la alza. En países como Bélgica o Francia, cada persona lee alrededor de dos libros por mes.

Se lee poco en México, pocos libros. Pocos libros, pero mucha, muchísima literatura chatarra. Negocio millonario, industria de la pseudo educación, de la marginación cultural.
No basta, no basta, con alfabetizar. Alfabetizar, así nada más, sólo sirve para engrosar las filas de los pseudo lectores de pasquines insulsos, estupidizantes.

Dime qué lees y te diré quién eres. Dime cómo alfabetizas y te diré que lectores tendrás.
Toda campaña de alfabetización, para ser exitosa, tiene que generar lectores críticos, inteligentes, enamorados del conocimiento.

Alfabetizar tiene que generar amor a la lectura, al conocimiento, experiencias estéticas, creativas, de crecimiento intelectual, interior.

Si alfabetizar significa enseñar a las personas a juntar sílabas y medio entender significados, entonces sí, las campañas de alfabetización han sido y serán todo un éxito, ¡Ah, cómo se venden bien los pasquines de porquería!

"A río revuelto, ganancia de pescadores"... pérdida de alfabetizados.

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