miércoles, 30 de enero de 2008

La bandera Nacional

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Con el abrazo de Acatempan y el Plan de Iguala se afianzaron estas condiciones y se establecieron las tres garantías: Independencia (verde), Religión (blanco), Unión (rojo).Esto se plasmó en un símbolo visible, el primero de México independiente: la bandera. La primera garantía era el ideal por el cual luchaban, una Patria independiente, que se gobernara por ella misma, que tuviera sus propias leyes. El blanco representaba la religión católica, aquella que había sido compartida por los españoles y que había sido ya inculturizada, asimilada y vivida por la gran mayoría del pueblo mexicano. Por último, la unión de todos los grupos sociales, razas y corrientes ideológicas que conformaban la nueva Nación.

Nuestra bandera ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de la historia. Estas se centraron en las proporciones de la bandera y variaciones sobre el escudo, dependiendo de la época y del sistema político predominante (por ejemplo en el imperio el águila estaba coronada) aunque en esencia siempre mantuvo al águila.

Con la evolución de la nación independiente, por cuestiones ideológicas y de autonomía el significado de los colores de nuestra bandera han variado. Esto sucedió a mediados del s. XIX debido al secularismo adoptado desde 1857, año en que se promulgó la Constitución liberal impulsada por el gobierno de Ignacio Comonfort y reforzada por las Leyes de Reforma publicadas en 1859 y 1860 por el presidente liberal Benito Juárez García. De esta manera el simbolismo de nuestros colores es hoy en día [3]:

Verde: de esperanza;
Banco: de unidad, pureza y honestidad, y
Rojo: por la paternidad y la sangre de los héroes nacionales.

Otro significado que ha sido propuesto y usado por algunos intelectuales es [4]:

Verde: por el territorio (recursos, montañas, ríos, etc.)
Blanco: por la gente (diversidad étnica, credo, mezcla, honestidad, unidad y pureza)
Rojo: por las dificultades para permanecer como nación libre e independiente.

La bandera tal y como la conocemos hoy en día (también llamada Cuarta Bandera Nacional), fue adoptada por decreto del Lic. Gustavo Díaz Ordaz el 16 de septiembre de 1968, justo el año en que se realizaron las Olimpiadas de México 68. Este diseño fue confirmado por ley el 24 de Febrero de 1984.

Una bandera para todos

"La historia de México no es menos intrincada que su geografía. Dos civilizaciones han vivido y combatido no sólo en su territorio sino en el alma de cada mexicano: Una oriunda de estas tierras y otra venida de fuera pero que ha enraizado tan profundamente que se confunde con el ser mismo del pueblo mexicano. Dos civilizaciones y, en el interior de cada una de ellas distintas sociedades con frecuencia divididas por diferencias de culturas y de intereses. Desgarramientos internos, enfrentamientos externos, roturas y revoluciones. Saltos violentos de un periodo histórico a otro, de una fe a otra, politeísmo al cristianismo, de la monarquía absoluta a la República, de la sociedad tradicional a la moderna. Letargos prolongados y bruscos levantamientos. Sin embargo, es perceptible, a través de todos los trastornos una voluntad que tiende una y otra vez a la síntesis... el nombre de ese proceso es voluntad de vivir (5).”

Y esa voluntad de vivir de la cual habla magistralmente Octavio Paz, se plasma de forma visible en nuestra bandera, en nuestros Símbolos Patrios que recogen lo más profundo de nuestras aspiraciones como mexicanos. En 1999, el Presidente Ernesto Zedillo con la finalidad de fomentar la unidad nacional, dio inicio a un programa para construir banderas gigantes en el país. Dicho programa, dirigido por la Secretaría de la Defensa Nacional, ha erigido banderas monumentales en varias ciudades y lugares de alto significado histórico para la Nación. Podemos encontrar en la capital de la República varias de ellas, la principal en el Zócalo Capitalino. Esto ha sido imitado y seguido en varias ciudades de todo el país.

Una bandera… ¿para unos cuantos?

En un sistema político que ha sido denominado “dictablanda” que duró 70 años, no es de extrañar que el partido político en el poder (PRI) se adueñase de los colores patrios para hacerlos parte de su logo institucional. La estrategia ofende sin duda a todos los mexicanos que no forman parte de ese partido político y a los que formando parte de el, comprenden que una nación es mucho más que un partido, es el fin para el cual existen los partidos.

Entender que una bandera es un reflejo, un símbolo de una nación y no de una fracción dentro de una nación, sería un signo de madurez política por parte de los priístas que están luchando por la unidad nacional.

Hoy, con la evolución a la democracia y con la urgente transformación que el PRI debe realizar a su interior, si pretende renovarse y mantenerse sólido en el panorama político nacional, sería un extraordinario momento para redefinir el logo y dejar de usurpar colores que no les corresponden.

Construyendo a diario una nación

Es en nuestros niños y en nuestras niñas en quienes estamos construyendo una nueva Nación. Para ello la enseñanza del Civismo, del amor a la Patria y del respeto al Estado de Derecho son temas fundamentales.

Honores a la Bandera, el estudio de la historia de México, del idioma español, son sin duda esenciales para la educación cívica que debemos inculcar en nuestros niños, pero eso aún es insuficiente, pues hay que promover más de fondo el conocimiento de la Patria, la vocación de la misma, el significado y la vivencia de las costumbres, tradiciones, símbolos de nuestra historia.

La Secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, conciente de la trascendencia de esto, el 8 de febrero pasado anunció que durante el año 2007 se estará trabajando en la elaboración de un nuevo libro de Civismo que cruzará de manera transversal todos los niveles educativos.

Como parte de esa educación cívica que todos los mexicanos de todas las edades debemos cultivar, te invitamos a que envíes un pensamiento de lo que significa para ti nuestra bandera y el compromiso de hacer realidad los ideales que representa.En yoinfluyo.com, inspirados en nuestros colores nacionales seguiremos impulsando la confianza (verde), la unidad (blanco) y la solidaridad (rojo).

Referencias:

1. Lucas Alamán historiador y político mexicano
2. Manuel Carrera Stampa
3. Marc Junele Hoyos, 29 de Abril de 19984. Juan Manuel Gabino Villascán,
4 de Octubre de 20015. Octavio Paz

Historia de la Bandera de México, su evolución y antecedentes

Estandarte de la Virgen de Guadalupe. Usado por Don Miguel Hidalgo durante la declaración de independencia el 16 de Septiembre de 1810. Éste estandarte se convirtió en el símbolo primordial del ejército insurgente durante la Guerra de Independencia. José María Morelos usó otra bandera con la imagen de la virgen a la que agregó una insignia de azul y blanco con un águila coronada sobre un cactus, además de un puente de tres arcos con las letras V.V.M. que significaban “Viva la Virgen María”.


Primera Bandera Nacional

El ejército insurgente utilizó también una bandera con los colores blanco, azul y rojo en franjas verticales. El primer uso de los colores actuales (verde, blanco, rojo) se dio en la bandera del ejército unificado de Las Tres Garantías, luego de que la independencia de España fue reconocida. Esta bandera fue utilizada de 1821-1823 durante el Primer Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. El decreto oficial indicaba que: Artículo único: (...) la bandera nacional y la del ejército será tricolor, adoptando para siempre los colores verde, blanco y encarnado verticalmente, con un águila coronada en el centro de la franja blanca, de acuerdo al siguiente diseño… Aunque el águila en el escudo es similar a la utilizada hoy en día, la de 1821 no tiene una serpiente en su pico y presenta además una corona, que representa el imperio.

Segunda Bandera Nacional

La segunda bandera nacional fue adoptada luego del establecimiento de la primera república federal en 1823. La bandera elegida en Abril de ese año tenía la única diferencia con su predecesora en el escudo nacional. El nuevo diseño removía la corona de la cabeza del águila, además de agregar la serpiente, un ramo de olivos y laurel, tradición que aún se conserva en la bandera actual. Su uso fue interrumpido en 1864 debido al a disolución de José López Cuevas de la república federal. Utilizada de 1823-1864.

Tercera Bandera Nacional

La tercera bandera nacional oficial fue la del Segundo Imperio Mexicano. Una vez más, el patrón de colores usado fue el tricolor verde, blanco y rojo con el escudo nacional cargado al centro de la franja blanca. Sin embargo, la proporción de la bandera fue cambiada de 4:7 a 1:2, y cuatro águilas cada una coronada, fueron colocadas en las esquinas de la bandera. El diseño del escudo, ordenado por el Emperador Maximiliano I de México, fue diseñado para asemejarse al Escudo Imperial Francés, pero con un toque mexicano. La bandera dejó de usarse en 1867, cuando Maximiliano I fue destronado y ejecutado por el ejército federalista. La Segunda Bandera Nacional fue readoptada de nueva cuenta como la bandera nacional, aunque no fue declarada oficialmente como tal. En vigor de 1864-1867.

Segunda Bandera Nacional
Readopción (1867-1968)

Durante el período comprendido entre 1867 y 1968, varias banderas fueron adoptadas oficialmente por el gobierno. Todas fueron hechas siguiendo el patrón tricolor, siendo su única diferencia el diseño del Escudo Nacional. Readoptada de 1867 a 1881 durante la restauración de la República Mexicana.


Utilizada de 1881-1899.
En vigor de 1899-1917. (Se especificó su proporción en 2:3)


Utilizada de 1917-1934. (oficialmente adoptada por el Presidente Venustiano Carranza. Proporciones de 2:3)

Utilizada de 1934-1968. (Escudo Nacional diseñado por Jorge Enciso. Proporciones de 2:3)

Cuarta Bandera Nacional (Actual)

Fue adoptada por decreto el 16 de Septiembre de 1968, y fue confirmada por ley el 24 de Febrero de 1984. La versión usada hoy en día es una adaptación del diseño aprobado en 1916 vía decreto por el Presidente Venustiano Carranza, en donde el perfil del águila fue cambiado de frente a perfil izquierdo. Una posible razón para el rediseño de la Cuarta Bandera Nacional en 1968 fue que la Ciudad de México era la anfitriona de los juegos de la XIX Olimpiada. En el mismo período, la bandera tricolor sin el escudo que era utilizada por México como su emblema mercante fue legalmente abandonada. La razón fue que sin el Escudo Nacional, la bandera era igual a la italiana. Adoptada el 16 de Septiembre de 1968. El Escudo Nacional fue diseñado por Francisco Eppens Helguera.

Las características oficiales de la bandera y el escudo nacional se muestran en las figuras a continuación:

Terrorismo y desestabilización

Por: Querien Vangal

Los atentados en Guanajuato y Querétaro no tienen precedentes por la magnitud de los daños directos e indirectos ocasionados ni por la mayor certidumbre de que se trata de, solamente, el principio de una prolongada y amplia campaña de “hostigamiento” según amenazan los terroristas del EPR. El pretexto para los atentados ha sido la desaparición forzada de dos de los integrantes del grupo terrorista - al parecer a manos de agentes de la AFI - , pero la magnitud de los ataques, la planificación, preparación y tipo de explosivos usados indican que las acciones se preparaban desde mucho tiempo atrás, por lo menos desde antes del 25 de mayo de 2007.

La experiencia universal ha probado que no hay que hacerle mucho caso a los dizque expertos, cuando pretender interpretar los discursos de los terroristas en un sentido contrario a lo que los mismos terroristas dicen. A éstos hay que leerlos y tomar en serio sus amenazas. La bronca no son los dos “mártires” de la revolución proletaria, la bronca es la permanencia en el poder del “gobierno espurio” de Calderón.

Y esto es lo que interesa no solamente a los demás grupos terroristas nacionales, sino también al señor Manuel Andrés López Obrador, su partido y el personaje que día a día va transformando a Venezuela en un campo de concentración.

Los atentados de Guanajuato y Querétaro

No fueron un relámpago en cielo despejado. En el país estaba apretando la tormenta de la narcoviolencia. Si fuéramos malpensados diríamos que la narcoviolencia busca el mismo objetivo que el terrorismo y que no es otro que desestabilizar y hacer caer al gobierno de Felipe Calderón. Si fuéramos todavía más malpensados diríamos que el gran titiritero que orquesta toda la desestabilización es Hugo Chávez, quien lo mismo es el gran padrino de las narcoterroristas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal protector de las organizaciones del narcotráfico de América Latina y simpatizante del EPR (además de su proveedor de armas según la investigación que realiza la PGR).

Es fácil suponer que al Gobierno de Calderón le han declarado la guerra y que la peor manera de perder una guerra es cuando nos las imponen y nos negamos a aceptar la realidad, en lugar de reconocerla y tratar de hacer el mejor esfuerzo por prevalecer. El gobierno de Felipe Calderón debe saber que le han declarado la guerra y sus enemigos no se van a detener hasta deponerlo. Debe entender que el EPR, AMLO y Hugo Chávez son sus enemigos, que no hay conciliación posible y que lo único que ellos pueden admitir es la rendición incondicional. Me pueden tildar de exagerado y alarmista, pero como están las cosas, como dice el dicho, más vale prevenir que remediar, y como decía mi comadre Agripina: “La mula no era arisca, los palos así la hicieron”

Pero Calderón también debe enfrentar a quienes en teoría están bajo sus órdenes pero se van por la libre e independientemente de cual sea su intención, sirven a los propósitos del enemigo.

Si en efecto dos terroristas fueron secuestrados (nuestras fuentes señalan que sí y que fue el AFI) y permanecen desaparecidos, deben ser presentados ante la justicia. Pero no solamente eso: los responsables – todos - de estos graves crímenes deben ser destituidos y acusados penalmente.

La humildad es la medicina del alma

Por: Querien Vangal

«Porque el que se humillare, será en gloria;
y el que bajare los ojos, ese será salvo»
(Libro de Job)

«La vida es sueño», aseveraba Don Calderón de la Barca, y no sin razón. Con frecuencia identificamos los sueños con el candor ingenuo de la juventud, pero la verdad es que para un hombre dejar de soñar es dejar de existir. Todos necesitamos de sueños que alimenten el alma y den sentido a nuestra vida. El ingeniero sueña con un lucrativo sistema computacional, el abogado en montarse sobre un BMW, el prisionero en caminar libre por las calles, el policía azotando el crimen al estilo James Bond, y el ciego en contemplar a las personas que ama. Y así todos vamos proyectando una barahúnda de deseos que pincelamos en cuadros de mil colores y formas. Pero en el fondo, todos soñamos en lo mismo: soñamos en ser felices.

Pero, ¿por qué nos huye la felicidad cuando alcanzamos esos sueños?, ¿a qué se debe esa tacañería y falta de educación?, ¿de dónde ese absurdo?

Quizá acaece, porque hemos despreciado el supuesto de toda felicidad: la humildad. Suena extraño, pero la experiencia nos habrá enseñado que el mundo está cuajado de paradojas, y esta, sin duda, es una de ellas.

Mientras que otras virtudes ensanchan nuestros pechos y nos evocan bellos paisajes, la humildad, por el contrario, tiene un sabor amargo y más bien, nos recuerda el fracaso y la miseria. Por eso no es raro que concibamos la humildad como un artificio medieval, un analgésico del mediocre o el apellido del zonzo del salón. A tal grado nos convencemos de ello, que llegamos a entender que manso y menso son sinónimos, o por lo menos parientes de significado. Pero la realidad es bien distinta. }

La humildad, de suyo, tiene una carga fuertemente positiva. La humildad es la condición necesaria del amor, dimensionado en aquella fórmula radical y revolucionaria: “Amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón… y a tu prójimo como a ti mismo”. Porque el amor es la fusión con el amado a través de una negación (humildad), que nos autoafirma y enriquece. Negación que no es por otra parte, una pura negación ciega; al contrario, es una negación de una falsa concepción de lo que decimos amar. Y en este sentido, la humildad entra en la esfera de la verdad. Por ello, qué bien dijo la Santa de Ávila al engalanar la humildad con la verdad: «la humildad es la verdad». He aquí su razón de ser.

Decimos que un buen televisor es aquel que nos hace protagonistas de la serie, que una buena licuadora es la que cumple con los milagros que garantiza el empaque, y que un buen perro es el que ahuyenta las visitas indeseadas. Pero en el caso del hombre su realización trasciende el tiempo y el espacio, ya que es un ser capaz de conocer, querer y sobre todo de amar. Por ello, escribía San Agustín lo siguiente: «Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti». Y precisamente en esto consiste la primera parte de la humildad, en reconocer a Dios como lo que es para poder amarlo de verdad. Así, la humildad consiste en tener el coraje de romper el cascarón de nuestro egoísmo, en acabar con nuestros esquemas de autosuficiencia, abrir nuestro corazón y dejarnos sorprender por el cariño de un Dios que supo sacar del polvo, hijos a su imagen y semejanza. No por nada el diablo, cuyo significado etimológico es “el que divide”, tiene como principal empeño separarnos de Dios, a través de la seductora locución “y seréis como dioses”, que hoy se disfraza con el nombre de “libertad”, “tolerancia”, “igualdad”, “salud”… Sin embargo, la historia que es elocuente, nos ha enseñado que tener la bendición de Dios es garantía de éxito. El Arca de Noé fue construida por aficionados; el Titanic por profesionales.

Pero la humildad se cristaliza también en el día a día. Curiosamente los términos humildad y humanidad hunden raíces en el mismo origen: “humus” que significa polvo, tierra, humo. Así que la humildad de cara al prójimo será amarle por lo que es y tal como es. También es alegrarse con las victorias del prójimo y perdonar sus errores naturales, ya que posiblemente el motivo de tantos matrimonios destruidos, familias divididas, conflictos sociales se deben a que nos ha faltado humildad. Pero si miramos un poco el Evangelio, descubriremos que Jesucristo no amó únicamente a “súper-hombres” inmaculados, sino que amó a publicanos, pecadores y hasta sus propios enemigos. Además no perdió nunca la confianza en sus “grandes” apóstoles, de los cuales uno le vendió y los demás pusieron “a todo vapor” sus piernas cuando la sombra de la cruz se presentó.

Pero, sin duda, la parte más difícil de la humildad, es el justo reconocimiento de nosotros mismos, y en consecuencia el justo amor a nosotros mismos. Y es un reconocernos como somos, sin un más y sin un menos. El hombre humilde es el que acepta sus defectos, ese que sabe decir “no sé”, uno que aprende a fracasar sin desfallecer, aquel que transforma en amor el sufrimiento que lo limita. Pero, sobre todo, el hombre humilde es aquel que reconoce los propios talentos como dones de Dios que van aparejados a una misión Porque sencillez sin humildad es timidez, inteligencia sin humildad es corrupción, caridad sin humildad es hipocresía, docilidad sin humildad es adulación, pobreza sin humildad es resignación, dolor sin humildad es un ridículo. Sin embargo, la fe con humildad es certeza, la oración con humildad es gratitud, la vida con humildad es un milagro, y el hombre humilde es un homenaje a su Creador.

En definitiva, la humildad es una actitud que nace del y para el amor. Y si nos parece amarga es porque es una buena medicina del alma, en cuanto que nos purifica; nos hace más del amado y menos de nosotros mismos. Así que cuando soñemos en ser felices, recordemos a Aquél que nos dijo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y encontraréis vuestro descanso”.

lunes, 28 de enero de 2008

La educación, insumo preciado en una sociedad sólida y piedra angular de su desarrollo

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel


La educación como lo hemos dicho es el insumo más preciado en la construcción de una sociedad sólida, comprometida, competente, inteligente, hábil, una sociedad que sea capaz de sortear los obstáculos que implica competencia a nivel internacional, que tenga las habilidades que le permita insertarse plenamente en el avance de nuestro país.

Por eso los recursos que se destinan a la educación debemos de observarlos como una inversión en el capital humano del país, ahora bien, para que la educación tenga el efecto que deseamos debe ir acompañada de otras necesidades básicas que también se deben de cubrir, como la salud, alimentación, vivienda y es ahí donde la responsabilidad presupuestaria debe de imperar y encontrar un equilibrio entre las prioridades del gasto y los recursos disponibles.

Por eso una preocupación constante debe ser el uso adecuado del gasto público, uno de los principales fundamentos de la economía es que los recursos son escasos y es razonablemente fácil de aceptar, pues de existir e ilimitados no habría necesidad de discutir su uso ni fines, quizás ni siquiera su impacto, pues siempre existiría una fuente inacabable de estos, de lo cual debemos de echar mano.

Sin embargo, esto no sucede, debemos de operar en un contexto responsable, debemos también fiscalizar y hacer cumplir la norma que dicta que los recursos públicos no pueden ser utilizados con fines electorales, ni para cumplir caprichos de lideres sindicales.

Así también nos corresponde encontrar los mecanismos y procedimientos para que la burocracia se agilice y sea expedita, a los legisladores de la nación les corresponde conducirse con cordura y sensatez, pues sus decisiones ahora tendrán efectos en el futuro.

Es por ello que debe preocuparnos la fuente de ingresos del Estado, la cual evidentemente se refleja en la restricción presupuestaria a que está sujeto el gasto público. Al final de la legislatura pasada se presentaron dos iniciativas de ley de Educación Superior, lo cual considero un buen punto de partida para las deliberaciones y discusiones que precedan a su aprobación.

En este importante y complejo renglón que es la educación, piedra angular son los maestros. Cuan lejos quedó la responsabilidad, casi sagrada, de los mentores, que hacían de ella un verdadero apostolado. Recordar aquellas palabras que don Miguel de Unamuno escribiera a don Gregorio Marañón: “Ninguna actividad sistematizada y repetida influye en la Psicología y luego en la vida entera tan hondo como la rutina de enseñar”.

Esa mística quedó en el olvido, ahora los maestros han “logrado conquistas irreversibles” (?) y ya encontraron la rutina para destruir lo poco logrado con el esfuerzo titánico de ejemplares mentores que en México han sido. Pero como siempre sucede, cuando el mal cunde se traga al bien; así los maestros disidentes ---de lo único que disienten es del orden, la disciplina, la responsabilidad y el patriotismo--- convertidos en verdaderos trogloditas se lanzan a las calles a escandalizar y a destruir, dizque para hacerse notar y les hagan caso, creándose con esto, para sí mismos, una imagen totalmente opuesta a la deberían tener, y en vez de educar, deseducan.

Los líderes vivales manipulan como borregos a sus seguidores y de hecho ya convirtieron sus manifestaciones en un modus vivendi, situación por demás descarada dada la incongruencia de su eterno y aberrante pliego petitorio. Incongruente es que pidan y pidan en exceso, a sabiendas que un país con carencias económicas, como el nuestro, jamás podrá cumplir sus exigencias; además, piden y piden sin merecerlo siquiera. Por otra parte, cabe la pregunta: ¿cuánto le cuesta a la nación, moral y materialmente, los paros y manifestaciones que llevan a cabo rutinariamente (como dijo un estudiante de 6° año de primaria de Ixtepec: “cada tercer diario, un día si y otro también”)?

En síntesis, los maestros disidentes son culpables del delito de lesa patria, pues independientemente del daño económico a la nación, están afectando a lo más sagrado que tiene la patria que son sus niños y jóvenes.

Es bien sabido, por los índices que maneja la ONU, que México se encuentra entre los países mas rezagados en el renglón educativo, y el Estado de Oaxaca es de los más rezagados en nuestro país ---junto con Guerrero, Chiapas, Michoacán y Tabasco, coincidentemente en donde más presencia tienen los maestros disidentes---, lo que debe hacernos meditar seriamente para reaccionar positivamente.

El asunto que tenemos entre manos no es menor, nada más y nada menos que la formación humana, física, intelectual, moral de la niñez, de la juventud y de todos los mexicanos que también es piedra angular del desarrollo de México y una estrategia de largo plazo.

El sentodo ético de nuestra existencia

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

“Los humanos tenemos un instinto ético
que está en la razón y que nos dice,
lo bueno y lo malo. Ese es el sentido ético.”

¿Por qué se necesita la ética en los medios de comunicación? La principal consecuencia de la ausencia de la ética sería vivir sin pensar y sin reflexionar. La ética es necesaria para encontrar el sentido a la vida y ese sentido se encuentra a través de la reflexión. Cuando reflexionamos sobre la conducta humana surge la reflexión. La falta de ética es la falta de reflexión, una persona sin ética vive de sentimientos y de visiones, no del uso de la razón. Al usar la razón comenzamos a preguntarnos sobre el sentido de la vida, lo que es bueno o malo, lo cual procesamos racionalmente y decidimos en consecuencia.

En la razón se encuentra el criterio que es el metro para medir la distancia, el valor fundamental es la vida. Así, en función de la vida entendemos qué es bueno y lo contrario, qué es malo. Como un niño que ve la TV. y ve un asesinato y pregunta por qué eso es malo, lo sabe. Lo mismo cuando él engaña, sabe que está mal, eso es un juicio ético, no se lo enseñaron lo sabe por naturaleza. Al niño que tratas mal en su cumpleaños, se siente lastimado: no lo quieren… ¿quién se lo dijo?... nadie.

Los humanos tenemos un instinto ético que está en la razón y que nos dice, lo bueno y lo malo. Ese es el sentido ético. Las cosas básicas se pueden entender, pero hay otras más complicadas que requieren un ejercicio de la razón, ¿y Dios existe? Se necesita una capacidad de reflexión más profunda, lo estudia la ética especializada, la de los profesionistas.

Por ejemplo un médico, que sabe que su misión es sanar (la salud está en función de la vida), sabe que profesionalmente si va en contra de eso está haciendo mal. O un periodista que no está diciendo la verdad y comunica un hecho falso como verdadero, en ese momento sabe que no está haciendo algo correcto. Esas valoraciones, son éticas. El hecho de decir “no me gusta”, es un sentimiento ético entre bien y mal aunque no sepa explicarlo.

¿Se puede perder ese instinto ético?, ¿Cuál es el camino correcto? Lo primero que hay que reforzar y entender es que es necesaria la preparación personal, tenemos que usar la razón y la reflexión. En la niñez se ha implantando un tipo de conducta, confiamos y observamos a nuestros padres, familia, maestros, sociedad; es decir, tenemos esa inocencia y asimilamos lo que hacen nuestros mayores y actuamos espontáneamente en esos valores que aprendimos y no los reflexionamos ni cuestionamos si estamos haciendo algo malo.

Es como cuando haces la digestión y algo no funciona bien, evitas seguir comiendo lo mismo. En el caso de la vida, cuando algo sale mal, también hay que reflexionar sobre nuestro modo de vida, porque tenemos dudas, dudas sobre quiénes nos rodean, en este momento es cuando el hombre puede tener miedo si sigue comportándose con los hábitos anteriores. El proceso racional es como “digerir” los alimentos sanamente. Normalmente escuchamos muchas opiniones y nos preguntamos, ¿cuál es la verdad? El asunto es que las opiniones son puntos de vista, por ello se necesita una investigación y profundización para buscar la verdad.

Si nos dejamos llevar por las costumbres y las tradiciones únicamente estamos perdidos. Tenemos que reflexionar, digerir, cuestionar y desechar lo que no nos sirve. Al igual que el estómago, la razón no siempre filtra bien, no asimila totalmente, y con ello la salud espiritual se afecta. El problema (o el camino correcto) se resuelve cuando reflexionamos, asimilamos lo bueno para nosotros y desechamos lo que no nos sirve.

¿Se puede contestar esta reflexión ética sin practicar una religión? Entender la religión es entender un conjunto de prácticas pero se pueden tener éstas prácticas toda la vida y no creer en Dios. Lo que existe en nosotros es un sentido de trascendencia y al cuestionarnos sobre esto le estamos dando sentido a la vida. Esas respuestas están en la naturaleza y en la inteligencia.

Es la inteligencia la que nos empuja a hacernos estas preguntas existenciales. Toda persona es religiosa y está en la naturaleza preguntarse sobre esta trascendencia. Con este ejercicio de nuestra inteligencia llega un momento que descubrimos que hay alguien más, la causa última de las cosas. Antes de plantearnos problemas religiosos nos planteamos estas interrogantes.

Si queremos saber más la inteligencia no alcanza, ahí llega el sentimiento religioso, investigas de la religión, quieres expresar ese conocimiento de Dios y surgen las prácticas religiosas. Si yo me hago una idea falsa de Dios, las prácticas de religión que haga tampoco serán las correctas, puede ser que tenga prácticas religiosas a un Dios que no existe. Se puede dar una religiosidad escatológica, sin conocer quién es realmente Dios.

Para los cristianos esto se ve muy claro en la vida de los apóstoles entorno a Jesucristo:
- Primero ven a Jesucristo y cómo actúa, descubren que no es un hombre.
- Surge el sentimiento de vinculación, religación, depositas tu confianza.
- Esa vinculación genera un afecto.
- Es en la Resurrección cuando se aclara todo. Demuestra su naturaleza divina.
- Es la autoridad de la fe. Un segundo conocimiento que la razón no alcanza.
- Uno confía como el niño, así es la fe en Jesucristo.

¿Qué le diría a quienes piensan “es mi ética”? Es un producto de la cultura actual, seguimos lo que nos proponen y pasamos muchos años asumiéndolo como norma, no somos capaces de hacer una valoración. Cuando comenzamos a razonar tenemos que “personalizar” las opiniones y lo filtrarlas con nuestra inteligencia. La opinión (“mi ética”) es una valoración sobre las cosas, pero no lo que las cosas son, eso es ciencia y las ciencias son más perfectas en tanto más certeza te dan de las cosas.

Por instinto razono y me doy cuenta de las cosas malas, que además, yo mismo hago.

¿Nos quedamos a nivel de opiniones y sentimientos? Esa es la razón psicológica por la que no somos éticos. Vivimos por instintos, emociones, opiniones, como los niños porque no filtramos las cosas por la razón y después está el influjo del contexto ambiental, y con una razón débil, las cosas me absorben.

¿Como se evita?, ejercitando la razón y profundizando todos los días. Hay que educar la inteligencia. De ahí viene la importancia de la formación filosófica, la lógica, donde se aprende a cómo usar la inteligencia.

¿Cómo describe la problemática de algunos países, con tanto bienestar y falta de moral? El exceso de bienestar material, es un factor que impide el ejercicio de la razón, porque se crea la conciencia de autosuficiencia, la no necesidad de razonar. La tentación inmediata es pensar “ya lo tengo todo”, los que manejan el poder –económico o político- creen que tienen poder como Dios, todo se justifica para tener más en vez de ser más y para conseguir sus objetivos son capaces de todo, la utilización maquiavélica de la inteligencia, para conseguir el poder económico y el político.

Normalmente la gente más modesta, tiende a ser éticamente mejor. Esa es la gran pregunta de la civilización actual. Ha habido un desarrollo tecnológico y material impresionante y al mismo tiempo se ha deshumanizado el mundo. Es decir, la tecnología se desarrolla a través de la industria de la guerra y después se abre al mundo para que se utilice. De aquí la necesidad de crear conciencia de que estos problemas no tienen solución si no se usa la conciencia ética.

La tecnología y lo material sin conciencia ética es una perversión. Las generaciones que han creado ese desajuste se habrán muerto en unos años, por lo tanto la humanidad del presente tiene la responsabilidad de la humanidad del futuro…

¿Algunos consejos para los profesionales de los medios?

1. Hay que tener principios éticos sanos. La actitud de hacer las cosas lo mejor que se pueda y si cometemos errores hay que enmendarlos.

2. Para ser un buen profesional hay que tener principios éticos: sino lo hace, se está ganando su sueldo injustamente, no tiene derecho a alimentar a su familia con dinero ganando con mentiras:
a. Decir la verdad.
b. Defender los valores humanos.
c. Tener voluntad porque la buena intención no sirve si no se ejecuta.

¿Alguna conclusión sobre la ética? La humanidad es tan infeliz y desgraciada porque no sabe pensar, no sabe razonar, el uso de la razón es importante. La felicidad viene de saber usar la razón, da satisfacción corregir los errores, darte cuenta de que estabas equivocado y eso da mucha alegría. En este mundo hay un miedo a reconocer los errores: “Yo no me equivoco”. Pero cuando corriges un error a tiempo da más felicidad porque encuentras el camino correcto.

Buscar la verdad sin miedo a equivocarse y enmendar los errores como una experiencia personal es fundamental, pues estás en la oscuridad y encuentras la luz.

miércoles, 23 de enero de 2008

Interesante reflexión

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

«Importa mucho la prudente reflexión sobre las cosas,
porque lo que de primera instancia se pasó de vuelo,
después se alcanza a la revista»

Finalizaba diciembre de 2007 cuando recibí un mensaje que me impacto sobremanera y me llevó a hacer una profunda e interesante reflexión. Realmente, y para ser honesto, ha sido quizás uno de los mejores momentos que he pasado en mucho tiempo. Además, con la inquietud que tengo sobre el futuro de mí amada patria -- no por mi que ya estoy, como dicen en mi pueblo, “más pa’ llá que pa’ca”, si por los que siguen adelante en la brega cotidiana-- me ha servido para reflexionar sobre el la situación que prevalece en México.

Tomen lo que les sirva para pensar.... La creencia general anterior era que Zedillo no servía, después se dijo que Fox tampoco lo hacía, y que el que viniera después de Fox tampoco lo haría. Ahora está Calderón, apenas lleva escasamente un año y ya están empezando a repetir la misma cantata.

Por eso estoy empezando a sospechar que el problema no está en lo ladrón que haya sido el maldito pelón Salinas, lo mustio y apático de Zedillo o lo hablador que fue Fox. El problema está en nosotros.

Nosotros como pueblo. Nosotros como materia prima de un país, porque pertenecemos a un país donde la "viveza" es la moneda que siempre es valorada tanto o más que la moral y la honestidad. Un país donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo, basada en valores y respeto a los demás.

Pertenezco a un país donde, lamentablemente cosas tan simples como vender periódicos, jamás se podrán vender como se venden en otros países, es decir poniendo unas cajitas en las aceras donde uno paga por un solo periódico, y saca un solo periódico dejando los demás donde están.

Pertenezco al país donde las empresas privadas son papelerías particulares de sus empleados deshonestos, que se llevan para su casa, como sí tal cosa, hojas de papel, bolígrafos, carpetas, marcadores y todo lo que pueda hacer falta para la tarea de sus hijos.

Pertenezco a un país donde la gente se siente triunfal si consigue volarse el Cablevisión del vecino, donde la gente inventa a la hora de llenar sus declaraciones de Hacienda para no pagar o pagar menos impuestos.

Pertenezco a un país donde la impuntualidad es un hábito. En donde los directivos de las empresas no generan capital humano. Donde no hay interés por la ecología, donde las personas tiran basura en las calles y luego se reclama al gobierno por no dar mantenimiento al drenaje. Donde no existe la cultura por la lectura y no hay conciencia ni memoria política, histórica ni económica.

Pertenezco a un país donde nuestros diputados y senadores trabajan dos días al año (y cobran todos los demás como altos ejecutivos), que suben a la tribuna para insultarse soezmente unos a otros, y que finalmente aprueban una reforma (miscelánea) fiscal al vapor que lo único que hace es hundir al que no tiene, fregar al que tiene poco y beneficiar sólo a unos cuantos.

Pertenezco a un país donde los maestros no enseñan, dejan tirados a sus alumnos ---los niños y jóvenes que son nuestro más preciado tesoro---, para hacer paros que cuestan mucho ---moral y materialmente---; con objeto de exigir en demasía lo que no merecen, además a sabiendas que el país está bajo de recursos, mismos que deben generarse con trabajo con holganzas.

Pertenezco a un país donde la gente acaba impunemente la fauna y los bosques, para que después ---manipulada por las televisoras a través de sus comentaristas--- le echen la culpa al presidente. Donde los secuestros y asesinatos a ultranza ya se convirtieron en pan nuestro de cada día. Donde funcionarios y policías están ---por fortuna hay excepciones--- vendidos al crimen organizado, pero la gente le echa la culpa al presidente.

Pertenezco a un país donde las licencias de conducir y los certificados médicos se pueden "comprar", sin hacer ningún examen. Donde hay profesionistas que ostentan título sin haber estudiado.

Pertenezco a un país donde puede subir una persona de edad avanzada, o una mujer con el niño en brazos o algún minusválido y la persona que viene sentada en el asiento especial para estas personas se hace la dormida para no dárselo y si alguien le reclama se levantará pero para dar un golpe o decir una mala palabra.

Pertenezco a un país en el cual la prioridad de paso es para el coche y no para el peatón. En el que la gente se "educa" viendo televisión, y sin embargo están desiertas las salas de teatro con espléndidas propuestas para el descubrimiento personal, interpersonal, trans-personal...

Pertenezco a un país que desprecia su cultura por imitar la de otros. Donde seguir siendo una artista es un acto de santidad consciente o ser un apóstol de la resistencia, puesto que la gente no consume arte, pero sí piratería, onditas USA que suenan "nice", y todo lo extranjero, porque "nadie es profeta en su tierra".

Pertenezco a un país donde su gente esta llena de faltas, pero que disfruta criticando a sus gobernantes. Mientras más le digo rata a Salinas, mejor soy yo como persona, a pesar de que apenas ayer me consiguieron todas las preguntas del examen de matemáticas de mañana.Mientras más le digo menso a Zedillo o falso a Fox, mejor soy yo como mexicano, a pesar de que apenas esta mañana me fregué a mi cliente a través de un fraude que me ayudó a pagar algunas deudas.

Pertenezco a un país donde si se recomienda, por el bien de todos, no contaminar el aire y cuidar el medio ambiente, quemamos llantas viejas y tronamos cuetes a destajo para alegrarnos, a pesar de que el día de mañana no tengamos aire para respirar. O tiramos basura por doquier y depredamos los bosques, al cabo y qué.

No. No. No. Ya basta.

Como materia prima de un país, tenemos muchas cosas buenas pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita. Esos defectos, esa "viveza" congénita, esa deshonestidad a pequeña escala que después crece y evoluciona hasta convertirse en casos de escándalo, esa falta de calidad humana, más que Salinas o que Fox, es lo que nos tiene real y francamente mal.

Lo siento, porque, aunque Salinas, Zedillo y Fox hubieran renunciado, o Calderón renunciara hoy mismo, el próximo presidente que lo suceda tendrá que seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa que, como pueblo, somos nosotros mismos. Y no podrá hacer nada, No tengo ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor, pero mientras nadie señale un camino destinado a erradicar primero los tremendos y atávicos vicios que tenemos como pueblo, nadie servirá. Ni sirvió Salinas, ni sirvió Zedillo, ni sirvió Fox, ni sirve Calderón, ni servirá el que venga, quienquiera que sea y del partido que sea.

¿O qué?, ¿Necesitamos traer a un dictador, para que nos haga cumplir la ley con la fuerza y por medio del terror? Ya tuvimos uno, que era exigente pero no fiero, que amaba a su patria y que la enderezó en una época difícil, siguiendo un camino nada popular pero que quizás era el indicado, pero que después lo mandamos a la fregada y al olvido, sin reconocerle siquiera los grandes méritos que como soldado de la patria tuvo.

Teóricamente somos demócratas, decimos que lo somos, pero en la realidad no entendemos la democracia. Si bien es cierto –como apuntaba Wiston Churchill-- que la democracia adolece de muchos defectos, es el mejor sistema de gobierno que existe.

Aquí hace falta otra cosa. Algo más que cacerolazos, o cuetones. Y mientras esa "otra cosa" no empiece a surgir desde abajo hacia arriba, o desde arriba hacia abajo, o del centro para los lados, o como quieran, seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados... ¡¡¡igualmente fregados!!!

Mientras la mayoría de los mexicanos no trabajemos. Mientras los legisladores no cumplan con su deber. Mientras no aprendamos a respetar las leyes. Mientras mantengamos a esa mafia de líderes corruptos. Mientras los maestros no cumplan con su sagrado deber de enseñar a los niños y jóvenes. Mientras las familias mexicanas no retomen los valores morales que las distinguieron durante muchos años. Mientras no aprendamos a ser verdaderamente responsables del sagrado deber que tenemos con nuestra amada patria, y que este amor sea por verdadera convicción y no sólo para actos o palabrería demagógica. Mientras no seamos unidos en vez de estar jalándonos las greñas unos a otros a cada rato y por todo. Mientras… Mientras… Mientras… Mientras no cambiemos seguiremos siendo un país de mediocres. Y conste que digo: “un país de…”, y hago esta aclaración porque nuestro país, este que Dios nos regaló, es grande y harto de riquezas, que no las sepamos aprovechar y las dilapidemos es otra cosa.

Es muy sabroso ser mexicano, y "vivir a la mexicana". Pero cuando esa mexicanidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como Nación, ahí la cosa cambia... No esperemos encenderles una velita a todos los Santos a ver si nos manda un Mesías.

Nosotros tenemos que cambiar, un nuevo presidente con los mismos mexicanos no podrá hacer nada. Está muy claro.... ¿que no?... Somos nosotros los que tenemos que cambiar."

Oye, creo que esto checa muy bien en todo lo que nos pasa: Fiesta nacional por un segundo lugar (medalla de plata). Héroes nacionales a quienes ganan algo, lo que sea, porque nos urge vernos reflejados en alguien ganador (porque nosotros no nos creemos ganadores). Tenemos que reflejarnos en los triunfos de otros porque los nuestros son muy escasos. También sus derrotas las hacemos nuestras. Disculpamos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y francamente tolerantes con el fracaso. Es la industria de la disculpa y la estupidez.

Ahora, después de este mensaje, francamente he decidido buscar al responsable, no para castigarlo, sino para exigirle (sí, exigirle) que mejore su comportamiento y que no se haga que la virgen le habla. Sí, he decidido buscar al responsable. Pero estoy seguro que lo encontraré cuando me vea en el espejo. Ahí está, no necesito buscarlo en otro lado. Y tú, ¿Qué piensas?....... ¡REFLEXIONA!!!!!

Necesitamos hacer conciencia......ya nos está llevando el carajo y si seguimos así nos va a llevar la…. ¿O NO?....... ¿qué opinas?

MORALEJA: En México para ser presidente se necesita ser un Santo Job.

Escritores conversos

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor: Jesús González Sánchez

Chesterton, C.S. Lewis. T.S. Eliot, J.R.R.Tolkien, Hilarie Belloc, Graham Greene, Evelyn Haugh, Cristopher Dawson, Malcom Muggeridge, R.S. Thomas, Ronald Knox, Sigfried Sasson, Charles Williams, R.H. Benson, Edith Sitwell, Roy Campbell, Maurice Bering, Muriel Spark, Dorothy L. Sayers, Alfred Noyes, Compton Mackenzy, David Jones, R.s. Thomas y Mackay Bay, ¿qué tienen en común estos personajes? Todos fueron escritores (algunos en el rango de la genialidad), y todos también agudos buscadores de la verdad, “… ¿y qué es la verdad?”.

En un apasionante y profundo recorrido espiritual e intelectual por 557 páginas, “Escritores Conversos” nos conduce por las experiencias, retos y enfrentamientos interiores y exteriores de estos escritores en pos de la verdad, ¿o la verdad en búsqueda de ellos?

Descubrimos a un genial Chesterton, maestro de la paradoja y la fulminante agilidad mental, publicando en 1905 “Herejes”, ensayos en los que se enfrenta a escritores y pensadores contemporáneos como H.G.Wells y Bernard Shaw (ningunas peritas en dulce). Su libro desconcierta a más de una mente agnóstica y recibe de uno de sus críticos una respuesta fuerte: Chesterton no debería condenar las “herejías” de otros sin antes exponer con claridad y fundamento su propia “ortodoxia”. Chesterton responde publicando en 1908 “Ortodoxia”, en la que su principal premisa fundamenta el Credo Apostólico como la mejor explicación al sentido de la vida. “Ortodoxia” presenta una apología aguda de la fe (con marcados matices Católicos, aunque aún era anglicano).

La estricta fidelidad de Chesterton a la verdad y a la razón le llevará por un proceso de varios años más hasta descubrir la plenitud de la verdad del Credo Apostólico, y convertirse así a la Iglesia Católica. Mientras tanto, participaba en debates sobre la fe con Bernard Shaw y otros intelectuales de alta talla, defendiendo su creencia en Dios. Sus argumentos sorprendían a propios y extraños, pues parecían totalmente católicos. Muchos se preguntaban: ¿por qué no dice ya que es católico?

Chesterton fue madurando por la verdad y un buen día se convirtió. En muchos sectores causó revuelo, en otros fue visto con naturalidad, pues él ya era católico sin saberlo. Al contrario, ¿cuántos que se dicen católicos no lo son sin saberlo?

Afortunadamente, los tiempos del hombre no son los de Dios, y Chesterton fue encontrado y sus frutos se esparcieron. Joseph Pearce, autor de “Escritores Conversos”, vivió una juventud recalcitrantemente anticatólica; fue activo opositor a la visita de Juan Pablo II a Inglaterra… y ¿quién iba a decir que se convertiría a la Iglesia Católica en 1989, sobre todo como fruto de la lectura de los escritos de Chesterton?

“Lo más increíble de los milagros, es que suceden”, Chesterton.

En su camino de conversión, Chesterton (anglicano por tradición), tuvo la gracia de contar con un amigo católico valiente y combativo (Hilaire Belloc). ¿Qué puede atraer más a la luz que la luz misma?

Chesterton y Belloc se conocieron en 1900, y con la forma de vivir el catolicismo, Belloc testimoniaba en la sed e intuición de verdad de su amigo de una manera cautivante y persuasiva. Belloc, además de ser un católico congruente y un magnifico escritor, durante algún tiempo se dedicó a la política. Chesterton vivió en primera fila testimonios de su amigo como el siguiente:

Belloc en 1906 contiende por el partido liberal a un cargo importante de elección popular en South Salford. Sus rivales políticos orquestan una campaña de desprestigio en su contra, queriéndolo golpear en lo que consideraron un punto débil: “no voten a un católico francés”. Belloc respondió en el discurso de arranque de su campaña en un mitin político en un auditorio abarrotado hasta el tope con estas palabras: “Caballeros, soy católico. Siempre que puedo, oigo misa a diario. Esto (y extrajo un rosario de bolsillo) es un rosario. Siempre que puedo, me arrodillo a diario y paso las cuentas. Si me rechazan a causa de mi religión, le daré gracias a Dios por haberme librado de la deshonra de representarles a ustedes”.

El público, en su inmensa mayoría anglicano, quedó suspendido en la estupefacción con este inicio de discurso. Después estalló en aplausos… y Belloc ganó las elecciones.

Para Belloc no había divisiones entre ser católico y ser congruente con cualquier ámbito de la vida: ser político, escritor, padre de familia, etc., lección que Chesterton bebió del incomparable manantial del testimonio de la congruencia.

Actualmente, infinidad de católicos viven su fe de las nubes para arriba, sin ninguna incidencia de ésta en su cotidianidad, extirpando a Dios de sus vidas, pues les estorba en los negocios, en la política, en el trabajo, en el matrimonio, etc. Un Dios que no tenga que ver con la esencia misma de la vida, con el aquí y el ahora, en toda circunstancia, es un Dios falso, muerto, un placebo para tranquilizar la conciencia y un ídolo hecho a la medida en el que la hipocresía y la simulación serán las oraciones que se le ofrezcan.

Se ha extirpado a Dios poco a poco de toda actividad: “Negocios son negocios”, “La abogacía es la abogacía”, “La política es la política”, “El derecho a la vida, es el derecho a la vida, ¡aborta!”, y un sin número de absurdos más. “Toda mentira es una verdad enloquecida”, Chesterton.

Belloc y Chesterton fueron grandes amigos. “La amistad sólo se da entre los virtuosos”, Cicerón.

Leer “Escritores Conversos” nos da la oportunidad de conocer los caminos y los itinerarios espirituales de aquellos que recibieron el don de escribir… y de ser encontrados por la verdad. Conocer los procesos de la verdad en estos escritores seguramente te llevará a encontrar otro gran regalo (o Gracia): leerlos.

Y es aquí donde por fin llegamos a nuestro Bergson: “una mala idea preconcebida es mucho más perniciosa por ser preconcebida que por ser mala; una idea falsa preconcebida es mucho más falsa por ser preconcebida que por ser falsa. Hay algo peor que tener un alma mala y también que hacerse una alma mala. Es tener un alma preconcebida. También hay algo peor que tener un alma perversa. Es tener un alma acostumbrada.

Hemos visto los juegos increíbles de la gracia y las gracias increíbles de la gracia penetrar en un alma mala y también en un alma perversa, y hemos visto salvar lo que parecía perdido. Pero no hemos visto que se mojara lo que estaba barnizado, no hemos visto que se atravesara lo que era impermeable, no hemos visto que se ablandara lo que estaba habituado.

Las curaciones y los éxitos y los salvamentos de la gracia son maravillosos y los hemos visto recuperar, y hemos visto salvar lo que estaba (como) perdido. Pero las peores miserias, las peores bajezas, las vilezas y los delitos, el pecado mismo, son a menudo los puntos vulnerables de la armadura del hombre, los puntos vulnerables de la coraza a través de la cual la gracia puede penetrar en la coraza de la dureza del hombre. Pero sobre esta inorgánica coraza de la costumbre todo resbala, y se despunta toda espada.

O también en el mecanismo espiritual las peores miserias, las peores bajezas, las vilezas y los delitos, el pecado mismo son justamente los puntos de articulación de la palanca de la gracia. Así obra ella. Así encuentra el punto que hay en cada hombre pecador. Así se apoya en este punto doloroso… Hemos visto salvar a los criminales más grandes, mediante su propio crimen. No hemos visto salvar a los habituales mediante la articulación de la costumbre, porque justamente la costumbre es lo que no tiene articulación”.

(Charles Péguy, Note conjointe sur M. Descartes et la philoophie cartésienne)

“La conversión es como salir a través de una chimenea de un mundo de espejos donde todo es una caricatura absurda, para entrar en el auténtico mundo creado por Dios; es entonces cuando empieza el delicioso proceso de explorarlo sin límites”, Evelyn Waugh.

La Navidad no está en las tiendas

Fuente: Catholic.net
Autor: P. Mariano de Blas LC

La Navidad no está en el supermercado,
Ni en las tiendas de regalo.
Allí se encuentran miles de objetos, de cosas, pero no a Él.

En este tiempo cualquier tienda por necesidad tiene que estar adornada de motivos navideños y debe vender cualquier cosa que tenga que ver con la Navidad. Y todas las familias, sin excepción sienten el compromiso de comprar algo para adornar a su vez la propia casa: un árbol, un nacimiento, foquitos, estrellas, coronas etc.

El peligro de llenarse de objetos navideños y olvidad la Navidad es muy común. Hasta se puede brindar y gritar Feliz navidad y mantenerse por dentro bien triste. En la primera Navidad no había cosas, sólo estaba Jesús. En nuestras navidades hay infinidad de cosas, ojalá también esté Jesús. De lo contrario celebramos a un personaje famoso y el personaje no está invitado a nuestra fiesta.

Yo no estoy en contra de todo el folklore que se utiliza en estas fiestas. Personalmente disfruto viendo las casas adornadas, las calles iluminadas, los nacimientos, los arbolitos, Todo es bienvenido, pero con la condición de que Jesús, María y José estén invitados. Podría faltar el buey y el burro, pero no pueden faltar los tres personajes principales, sobre todo Jesús.

La Navidad está en una cueva de animales.
La Navidad se encuentra junto a dos personas muy humildes:
José y María.
La Navidad está en un pesebre,
Sobre unas pajas.
La Navidad es el Niño Jesús.

Si es verdad lo que santa Teresa decía, que quien tiene a Dios nada le falta, sólo Dios basta, en el primer portal estaba Dios, por lo tanto nada falta. Pero en mucho hogares hoy están todas las cosas necesarias para el goce de los sentidos, para el disfrute del cuerpo, no falta ni él árbol, ni los regálalos, las tarjetas de felicitación, ni el pavo, ni el vino, el turrón. Puede incluso estar el nacimiento y una de sus piezas de barro o porcelana es el niño Jesús. Pero en los corazones de los miembros de esa familia puede no estar Dios. Entonces la Navidad de estas personas no es Navidad, sino una caricatura de la fiesta.

Sabemos si Dios está en un corazón si la persona ama a Dios, vive en gracia y amistad con Él, si ama a su prójimo, si acepta con docilidad su palabra y sus mandamientos. Está Dios en un corazón, aunque sea un pecador, si tiene la capacidad de arrepentirse y pedir perdón.

La Navidad es el Niño Jesús. Hay la costumbre en algunas casas de preparar todo el nacimiento unos días antes del 24 de diciembre, pero la cunita de la cueva está vacía, aún no nace Jesús. Podríamos decir que todo ese nacimiento, con decenas de figuras, con montañas, pastores y animales y ríos y casillos, no tiene sentido sino hasta que la figura principal, que por cierto es una muy pequeña, la de Jesús, es colocada en el pesebre. Algo parecido sucede en las almas. Hasta que Jesús no nace en el corazón de los hombres, no es todavía navidad, sino sólo una esperanza de la misma. Lo más importante no es nacimiento de los hogares, aunque es algo hermoso, sino el nacimiento dentro del corazón donde nace Dios. La cueva donde nacería Jesús no era sino eso, una cueva sucia y fea, abandonada. Aquel pesebre había servido solamente para depositar heno y que lo comieran los animales.

Pero el momento en que la Santísima Virgen colocó a su niño en aquel pesebre, éste se convirtió en el trono de Dios y la cueva en el cielo. Nuestra alma es una cueva como aquella sucia y fea hasta que Dios la habita. Nuestro pesebre, nuestro corazón es sólo un lugar para almacenar sentimientos más o menos buenos. Pero cuando Dios habita en él también nuestro corazón y nuestra alma se convierten en un cielo. Eso es la Navidad, el cielo en nuestra alma, Jesús en nuestro corazón.

Veinticuatro de diciembre:
Día de las últimas apresuradas compras,
Para tener todo a punto.

Si los días anteriores a Navidad se suelen ver más o menos llenos los comercios y tiendas, el día 24 todo el mundo se echa a la calle, sobre todo los que no han sido previsores y han dejado como de costumbre todo para el final. Recuerdo haber estado un 24 de Diciembre en Santiago de Chile y haber salido a la ciudad sólo para ver el gentío y la fiesta. No se podía caminar, te tropezabas con gente cargando bolsas y más bolsas, entrando y saliendo de las tiendas. Los vendedores atareadísimos pero felices. Así como al día siguiente hay un gran silencio alrededor de las tiendas y los supermercados. Lo que se compró y se compro y lo que no, se quedó sin vender.

Que este día y esta noche
Se derrame sobre nuestras familias
La paz que anunciaron los ángeles:
Paz a los hombres que ama el Señor.

Brindemos con nuestro vino y con nuestra comida de Navidad por la venida del Hijo de Dios. Si algún día tenemos razón para estar felices es el día de Navidad. Ha llegado la salvación en ese niño Dios, ha venido para todos.
¡Feliz Navidad para todos:
para los buenos y para los menos buenos!
Porque para todos viene Dios,
Ojalá que estos días
nos volvamos hombres de buena voluntad
Que haya más bondad, más sonrisas,
Más amor, más generosidad.
Y no olvidarnos de dar las gracias
Al protagonista de la fiesta, a Jesús.

Una invitación urgente: Así como sacamos a la calle en grandes botes la basura de la casa y del jardín, en estos días recojamos toda la basura de nuestro corazón: todos los rencores, todos los desalientos y desesperaciones, todos los malos sentimientos de envidia, de pereza, de vanidad y arrojémoslos bien lejos de nosotros. Disfrutemos de un corazón puro y lleno de amor hacia los demás. Démonos ese regalo y démoselo a Jesús.

Algunos van a necesitar un trailer para tanta basura del corazón. Bien, pidan un trailer para vaciar lo de tanta miseria y pidan otro para llenarlo de los regalos que El Niño Dios nos trae del cielo, como es la caridad, la bondad, la pureza, la confianza…. ¡Cuanto trabajan los carteros en estos días de Navidad!

¡Cuanta felicidad y cuantos buenos deseos
se mandan los hombres unos a otros!
¿Quién no recibe una dos, decenas de tarjetas de Navidad?

Y todas las tarjetas tienen el mismo o parecido texto en los diferentes idiomas, un texto de felicidad, de amor. Todos son buenos sentimientos y buenos deseos. Como si de repente fuera verdad aquello de amaos los unos a los otros como Yo os he amado.

De tanto desear a los demás que lo pasen bien, algo se les pega, y realmente lo pasan mejor
Y, así, se cumple una ley muy importante:
Feliz es el que regala felicidad,
el que desea sinceramente ver a los demás felices.

Es cierto que la felicidad se encuentra tratando de hacer felices a los demás. Decía el psicólogo Adler, discípulo del famoso Freud, que para curar la tristeza profunda había que hacer durante dos semanas un favor cada día a otra persona. Si alguno sufre de esta clase de tristeza puede hacer el experimento, un favor o un acto de bondad cada día a otra persona, durante dos semanas.

Imagínense lo que fue la vida de Cristo, cuando san Pedro la definió así: Pasó haciendo el bien. No dos semanas ni un acto de bondad cada día, sino toda una vida y actos de bondad a cada momento. Ese es el Dios Amor. Si ese Dios viene en Navidad, nuevamente pasará haciendo el bien a todos los hombres y a todas las familias que le abran la puerta.

Ahora pensemos que Dios viene en la pobreza, como un niño necesitado de cariño y atenciones. Ahora es el momento de tener caridad con Dios, de hacer con él al menos un acto de bondad cada uno de esos días. Sería muy triste que le ofreciéramos como toda mansión una cueva llena de suciedad y telarañas. Ofrezcámosle el calor de nuestro corazón, la amistad más entrañable a nuestro mejor Amigo.

Yo quisiera desde aquí
Enviar mi mejor deseo de feliz navidad
A los que no reciben una tarjeta,
A los que pasan la Navidad tras las rejas o en soledad…
O en una cama de hospital.
Dios irá también al hospital,
A la cárcel, a los caminos solitarios

Dios viene para todos. No te sientas excluido. A un ladrón que le pidió *Acuérdate de mí, cuando estés en tu Reino*, le respondió: Hoy estarás conmigo en el paraíso. Si te sientes pecador, recuerda que El dirá cuando sea adulto: Hay más alegría por un pecador que se convierte que por noventa y nueve que no necesitan convertirse.

Indudablemente que los que más pueden alegrar en esta Navidad a Dios son los que se arrepienten de su mala vida y se convierten a Él. Si alguna vez lo piensas hacer, ¿por qué no ahora? Y si dices que ahora no, ¿por qué dices que más adelante? ¿Tendrás tiempo, tendrás deseos de hacerlo? Es mejor enfrentar a Dios como niño que enfrentarlo como Juez. El tribunal de la misericordia es mejor que el tribunal de la justicia. Jesús viene es esta Navidad no como juez sino como Salvador, viene como Misericordia hecha carne de niño.

Dios se sabe el nombre de todos los infelices…
Y a todos les quiere dar su paz…
Si le abren la puerta del corazón.

No pide dinero, no pide grandes cosas; pide un poco de humildad y un poco de amor. ¿Quién no se lo puede dar? ¿Quién no se lo quiere dar? Lo poco que pide está en grande contraste con lo que nos da. El ciento por uno y la vida eterna. ¿Quién da más? Si Cristo asistiera a una subasta, ganaría todas, porque nadie se atreve a superar su oferta. Pues en esa subasta estamos. Cristo ofrece el ciento por uno a todos los que dejan algo por su Reino, además de premiar con la vida eterna.

Yo creo que los que dan las espaldas a Cristo son más tontos que malos, porque si creyesen en la oferta, todos se quedarían. Fíjate bien, si estás alejado de Cristo eres más tonto que malo, aunque seas también malo. Es demasiado lo que te pierdes, pero eres libre de perderlo y de seguirlo perdiendo. Si has estado toda una vida alejado de Dios, has perdido demasiado, demasiada paz, alegría, realización. Pero eres libre de seguir perdiendo demasiado por el resto de tus días. Tú verás lo que haces. Dios te ama, pero no te obliga, Dios te ofrece el cielo y la felicidad, pero no a la fuerza. Si quieres…

Hay que decirlo muy alto y muy claro: la mayor desgracia, la peor locura, la máxima torpeza es perder a Dios y su cielo para siempre. Los que viven habitualmente en pecado están en esta lista, a menos que tengan tiempo y humor para arrepentirse y volver a Dios.

Es precisamente el dueño de ese cielo el que lo ha dicho para el que lo quiera escuchar: ¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?

Te encuentras por la calle, corriendo a tu derecha e izquierda en la autopista, en el súper, a miles de gentes que se matan por ganar algunos centavos más y no mueven un dedo por el cielo, más aún miran con desprecio a los que alaban a Dios, a los que van a las iglesias, a los que invocan a María. ¿Quién les convencerá de que están en un grave error?

Los verdaderamente ricos no son los millonarios de dólares, sino los que aman a Dios, los que escuchan humildemente su palabra, los que tratan con todas sus fuerzas de cumplir sus mandamientos, los que se esfuerzan sinceramente en vivir la Navidad. Dios de los ejércitos se disfraza de niño, por eso se le puede pisar o empujar o despreciar. Pero han de saber todos que ese niño débil, impotente, que llora y tiene frío es el que ha creado los cielos y la tierra y todas las riquezas del mundo. Yo prefiero ser amigo de él que de los millones de dólares.

¡Qué contraste tan brutal ofrecen los santos, que se han despojado de todo, que han dejado todas las cosas para quedarse con Jesús sólo! Mi Dios y mi todo. Quien a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta. Sé en quien he creído y estoy muy tranquilo. Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en Ti.

Cristo es mi Dios, mi gran amigo, mi compañero, mi Padre, mi grande y único amor y la única razón de mi existencia.

Por último quiero recordar aquel soneto verdaderamente inspirado y además tan verdadero: No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido, para dejar, por eso, de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verte, clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera que, aunque no hubiera cielo, yo te amara y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues, aunque lo que espero, no esperara, lo mismo que te quiero, te quisiera.

Cada uno tiene que decir su propia oración a Jesús, o su propio villancico en esta Navidad. Tú tienes que decirle, como los sanos, en tus propias palabras: Mi Dios y mi todo. Me quedo contigo.

sábado, 19 de enero de 2008

Chiapas y su historia

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel


El olvido en ocasiones mal intencionado, el abandono y el desconocimiento imperdonables de gran parte de nuestros historiadores, con pocas y por ello brillantes excepciones, y la porfiada, contumaz y grosera acusación que se hace a México y a los chiapanecos por parte de nuestros vecinos del Sur, al imputar al primero el abuso de poder al arrebatarles ---dicen ellos--- a Chiapas y el Soconusco y a los chiapanecos el grave cargo de deslealtad por no haberlos seguido al separarse de México, me llevó a esculcar --- hasta donde mis recursos en general me lo han permitido--- la historia de ambos países.

Hace algunos años que en la prensa diaria de la ciudad de México se dio la noticia alarmante de que el río Suchiate, al cambiar el cause de sus aguas, había quitado al territorio de México 962 hectáreas, es decir, cuatro veces más de lo rescatado, después de un siglo, en el “Chamizal”. Esto nos invita a revisar nuestro tratado de límites con Guatemala (Posteriormente la Secretaría de Relaciones Exteriores, desmintió la noticia).

Todavía, por ahí de los años sesenta del siglo pasado, en el diario La Hora, que se edita en la ciudad de Guatemala, un artículo impreso a cuatro columnas del escritor Mario Crespo Morales, en el que, pretendiendo fundarse en las Leyes de Indias y el Derecho de Castilla, sostiene entre otras cosas que “México conforme al derecho debería devolver todos los territorios que le ha quitado a nuestro país ---se refiere obviamente a Guatemala--- a causa de su debilidad, y valiéndose de la situación interna difícil que confrontaba Centroamérica que le impedía poner coto a todos esos abusos. De esa cuenta fue como Guatemala tuvo que verse obligada a ceder ante México todos esos territorios. Pero la fuerza no es derecho y algún día volveremos sobre Chiapas, Soconusco, Tabasco, Campeche y Yucatán. Así también sobre Belice desde luego”.

Parece mentira que a más de siglo de distancia de los tratados de límites entre Guatemala y México y en pleno desarrollo de esta era nuclear que hace vivir a la humanidad un vertiginoso progreso en la ciencia y la técnica, cuando las comunicaciones acortan las distancias y se trata de borrar fronteras y tarifas aduanales en intento de un mercado común que supere las condiciones de vida del hombre, se esté todavía hablando y escribiendo sobre cosas del pasado que deberían sepultarse en aras de una fraternidad internacional que más que nunca se hace indispensable ahora.

Lo anterior ratifica y confirma la sentencia de que del Río Bravo hacía el Norte se muestran orgullosos los Estados Unidos y fuertes ---sólo desde el punto de vista económico--- de Norteamérica, en tanto que a partir de la margen opuesta de ese mismo río hasta la Patagonia, vegetan los pueblos desunidos y débiles de Centro y Sudamérica.

Antecedentes

Para fijar mejor los razonamientos que darán base a mis conclusiones, deseo remontarme al pasado al reafirmar con el gran investigador Daniel Cosío Villegas, que resulta imposible trazar una línea divisoria territorial para la historia de los núcleos de población que ocuparon esta parte del Continente en las épocas precolombina y precortesiana; ya que, en grandes extensiones de territorio casi deshabitado, saltaban de un lugar a otro en la medida de su potencialidad guerrera.

Con una diferencia de siglos en sus movimientos, puede asegurarse que la población flotante se moviliza de manera irregular y tiene flujos y reflujos como el mar. Por ejemplo, la raza de los Chiapas, con la que se fundó la primera ciudad en la Entidad que tomó su nombre de ella, al igual que su escudo y características más pronunciadas, provino de las márgenes del río Paraguay y del Plata. Fue una tribu nómada que cansada de peregrinar hacia el Norte se detuvo por largos años en la provincia de Nicaragua; de ahí que muchos escritores sostengan que provino de ese lugar; pero reanudó su éxodo y llegó hasta las tierras de Chiapas, atravesando necesariamente las de Guatemala, y se situó en las orillas del Río Grande, en la frontera actual con los EE. UU.

En apoyo de lo anterior y de lo que a continuación expongo, existen las informaciones de fray Antonio de Remesal, Clavijero, Torquemada y Bernal Díaz del Castillo entre otros, y la notable similitud en las características de aquellos pueblos de la América del Sur y de Nicaragua con las de los chiapanecos, en sus costumbres, hábitos y hasta en modismos del lenguaje como los que cito a continuación:

Es común y corriente en Chiapas el empleo de la castiza palabra “vos”, al igual que de los vocablos “vení”, “matate, “decímelo”, “hacete”, “querés”, “hacés”, etc.; y en ejemplos de la literatura del Sur, encontramos expresiones como las de la preciosa novela costumbrista de Ricardo Giradles, Don Segundo Sombra, en la parte en que el personaje central fustiga a su ahijado y le dice “hacete” duro muchacho; igual que cuando en un requiebro del baile como el de las “bombas” chiapanecas y yucatecas, dice a su pareja: una, dos, tres, cuatro; si no me “querés” me mato, y en la respuesta oportunísima: una, dos, tres, “matate” si “querés”. En la letra de tangos argentinos que por tanto tiempo estuvieron en boga, escuchamos giros como estos: “decímelo” al oído tan sólo una vez; “decí” percanta que has que has hecho con mi pobre corazón; no me importa lo que has hecho, lo que “hacés”, ni lo que “hagás”. Y así, esta relación se podría alargar tanto como quisiera, pero mejor regresemos al tema principal.

No contento Ahuizotl, octavo rey azteca ---nos dice el historiador centroamericano Domingo Juarros---, con su imperio y pareciéndole estrechos los límites de sus Estados, los amplió y extendió, agregándose el reino de Guatemala.

Enrico Martínez y otros escritores dieron como cosa firme y cierta que Guatemala, antes que los españoles, estuvo sujeta a los mexicanos. Tliltotl, líder guerrero azteca, después de su fracaso ante la tribu de los Chiapas, que por su bravura había domeñado a las razas vecinas de zoques y tzentales, penetró hasta Guatemala en 1502, al decir de Remesal; en tanto que el ejército de Moctezuma II, que en 1505 pasó por Guatemala, pudo llegar triunfante hasta Nicaragua, según nos informan Clavijero, Torquemada, Remesal y Bernal Díaz del Castillo en sus obras conocidas.

De lo anterior se deriva el hecho tan importante descubierto por nuestros arqueólogos, con la indiscutible austeridad intelectual del maestro Alfonso Caso, que en monumentos descubiertos en Chiapas y en Centroamérica se encuentran huellas indubitables de la cultura azteca, de la tolteca, al igual que de la Olmeca en sus jeroglíficos y signos característicos. De lo que se infiere que la cultura maya-quiché de esos pueblos se fundió con la de los mexicanos. De suerte que no fue sólo el poder militar de los españoles que realizó la conquista lo que puede dar fundamento al mapa geográfico que publicó el Atlas Británico en 1799, dando límites territoriales a México desde el Istmo de Panamá hasta los límites norte de los estados de los actualmente estados de los EE.UU.: California, Nevada, UTA, Colorado y Texas, con extensión de más de 4 millones de kilómetros cuadrados, por lo que puede sostenerse que así también en tan basto territorio se mezclaron la sangre y la cultura de nuestra nacionalidad de origen.

Ya bajo el dominio del imperio español, después de la conquista, gobernó a Guatemala, por encargo de Cortés, Don Pedro de Alvarado, desde el año de 1524 en que la conquistó hasta el de 1541 en que murió, es decir 17 años, los últimos de ellos lo hizo como gobernador y capitán general.

Carlos V, en su declaratoria de 1543, confirmada en Toledo por Felipe II, dijo: “y mandamos que el gobernador y Capitán General de las dichas provincias y Presidente de la Real Audiencia de ellas ---se refirió a Guatemala--- tenga, use y ejerza por sí solo la gobernación de aquella tierra y todo su distrito, así como la tiene nuestro Virrey de la Nueva España” (recopilación de Indias, Ley 6ª, Título XV, Libro Segundo). El mismo Carlos V, por Cédula anterior de 1527 había constituido con Nicaragua, Honduras, Chiapas, El Soconusco y el resto de Centroamérica, la Capitanía General de Guatemala; pero por Real Cédula del 24 de noviembre de 1526 Chiapas había quedado sometida a la Audiencia de Nueva España, El Soconusco formó parte de uno de los partidos de Chiapas desde 1797.

Si el derecho es el mejor medio para regular las relaciones tanto entre los individuos como entre las naciones, y si por el medio de él pudiera alejarse el peligro de las guerras, aunque estemos convencidos de que tanto las normas jurídicas, como la historia misma no deben su estructura y existencia a las reglas de la lógica sino a las de un interés finalista y político que las permite; que no nació el concepto de soberanía por ejemplo del hecho de que los hombres se hubieran puesto a reflexionar en lo que es el poder, sino en como es más conveniente que sea ese poder; que la historia se escribe por los vencedores con la intención de justificar sus pasiones; que esa historia ya no es la lux veritatis de que nos hablaba Cicerón, ni “el espejo de la verdad” a que aludía Segur; que no siempre la historia ha trabajado a favor de los hombres en la misma medida en que ellos trabajaron para la posteridad, esa misma experiencia debe conducirnos a luchar tesoneramente porque una sociedad científica tan importante sostenga tesoneramente la rectitud en las apreciaciones y esclarecimiento de la verdad hasta depurar la historia.

La Iglesia en América Latina

El poder casi omnímodo de la Iglesia se hizo sentir en todas las provincias dependientes de España, porque al triunfo francés que impuso a Napoleón sobre los reyes católicos, se descubrió el esfuerzo realizado por las órdenes religiosas para independizarlas de su metrópoli, y poder ofrecer a esos reyes un nuevo imperio. La conjura de la Profesa y la confabulación que sorprendió la buena fe de los insurgentes Vicente Guerrero y Nicolás Bravo en el Plan de Iguala, y la aceptación de los tratados de Córdoba, lo demuestran. A esa misma influencia religiosa debemos atribuir el hecho insólito de que las provincias de Centroamérica, sin haber realizado esfuerzo alguno, sin el olor de la pólvora, se apresuraran a declarar su independencia de España y su incorporación al nuevo imperio que inició el sargento Pío Marcha.

Con anterioridad, la rica zona de Petén había sido conquistada por religiosos dominicos y fue alma de esa empresa fray Bartolomé de las Casas.

No debemos olvidar que, si Guatemala se declaraba independiente de la metrópoli sin haber luchado por la libertad, sin embargo sí había enviado tropas para luchar contra los insurgentes mexicanos. Los entorchados del heroico general Don Mariano Matamoros son buena prueba de ello, ganados en buena lid el 19 de abridle 1813 cuando derrotó estrepitosamente en Comitán a don Miguel Lambrón, comandante de la división de tropas realistas guatemaltecas que, por orden del capitán general de Guatemala, don José Bustamante, habían invadido el territorio mexicano parta venir en ayuda de las tropas realistas.

Guatemala se había convertido en aquella época en el refugio de todos los enemigos de la independencia de México que habitaban las provincias del Sur y Sureste. Multitud de familias de españoles peninsulares y de criollos partidarios de la metrópoli se habían reunido allí, dirigidos y alentados por el arzobispo Casasús, furibundo enemigo de la independencia, como lo demostró en su escrito famoso conocido por el antihidalguismo, y por el general Bustamante. Es importante hacer notar que a los criollos que se oponían a la independencia, indebidamente se les ha llamado traidores a la patria, porque no lo eran en tanto que todavía no existía el nuevo país, si en cambio debían, hasta ese momento fidelidad a la metrópoli. Caso diferente fue el de los españoles peninsulares que fueron partidarios de la independencia, pues ellos sí traicionaron a su patria (España), sin embargo nunca se les trató como tales ---aquí y allá--- una vez finalizada la contienda, entre ellos podemos citar a un destacadísimo Francisco Xavier Mina, que luchó en forma por demás heroica a favor de la independencia.

En la referida batalla de Comitán cubriéronse de gloria, al mando de Matamoros, los batallones del Carmen, San Luís, San Ignacio y el escuadrón de caballería de San Pedro. Los realistas guatemaltecos, que a su entrada a territorio mexicano, habíanse destacado por su crueldad y violencia, como lo demuestra la matanza de veinticinco infelices en el pueblo de Niltepec, y la destrucción material que provocaban por donde pasaban, huyeron desordenadamente, dejando en poder del ejercito insurgente tan cuantioso botín que la división de Matamoros quedó abastecida suficientemente, y por mucho tiempo, de víveres, armas, municiones y vestuario.

Chiapas, no. Chiapas luchó por la independencia, hombro con hombro con los insurgentes mexicanos.

Y cuando llegó el momento de la separación definitiva de España, Chiapas se anticipó a todas las provincias que formaban parte de la Capitanía General de Guatemala y en la ciudad de Comitán proclamó la suya el 28 de agosto de 1821, animados los partidarios de la independencia por las gestiones patrióticas de fray Matías de Córdoba, clérigo digno de figurar al lado de tantos sacerdotes mexicanos que lucharon y dieron su vida por la independencia de México.

Los ilustres personajes que firmaron el Acta de la Independencia en Comitán, fueron: Pedro Celis, Ignacio Ruiz, A. Solórzano, Manuel Gordillo, Juan García, Ricardo Armendáriz, Manuel de Ulloa, José Castañeda, Mariano Solórzano, Miguel Ortiz, Victoriano Cancino, fray Matías de Córdoba, fray Juan Perrote, fray Ignacio Barnoya, Francisco Villatoro, Gervasio Tovar, Juan Crisóstomo Hernández, José Albores, Domingo García, Cándido Solórzano, Miguel Domínguez, José Benito Ortiz y Marcial de Camposeco. Honor a quien honor merece.

¿Qué hizo, acto seguido, esta Junta Provisional? ¿Se puso en contacto con Guatemala? No. Lo que hizo inmediatamente fue designar a uno de sus miembros, el presbítero don Pedro José Solórzano, facilitándole amplios poderes, para que, con la mayor urgencia, se trasladase a la Ciudad de México y gestionase la incorporación de Chiapas al Imperio Mexicano. Tan ardiente y entusiasta era el portador de esta misión que, llegado a la capital mexicana en noviembre de 1821, logró su objetivo el 16 de enero de 1822, fecha en la que la Regencia del Imperio declaraba que la provincia de Chiapas quedaba incorporada para siempre al Imperio Mexicano, con iguales derechos, prerrogativas y obligaciones que correspondían a las demás provincias mexicanas. Este documento histórico está firmado por Agustín de Iturbide, como Presidente, y por los señores Manuel Velásquez de León, Antonio Joaquín Pérez, obispo de Puebla, y José Manuel Herrera, los que componían la Regencia.

Esta frialdad, este desarraigo de Chiapas respecto a Guatemala era lo normal, pues Chiapas nunca quiso pertenecer a la división política y administrativa de la Audiencia de Guatemala. Si estuvo temporalmente unida a esta última, fue de manera estrictamente formal, por imposición de las autoridades españolas que hacían divisiones a su conveniencia o de sus paniaguados, pero teniendo en cuenta muy pocas veces el verdadero interés de los pueblos. Chiapas siempre gravitó hacia la Nueva España, y en la primera ocasión que tuvo que manifestar su verdadera voluntad, lo hizo conforme a su íntimo deseo y públicos afanes.

Pero hay más. Diez años antes de consumarse la independencia, celébranse en Cádiz las Cortes españolas convocadas en 1810 y clausuradas en 1813, tomando acuerdos y soluciones que afectaban a todo el Imperio Español, incluyendo a Guatemala y a Chiapas. La provincia de Chiapas envió como diputado a aquellas Cortes a don Mariano Robles, presbítero y secretario del Obispo de Ciudad Real de Chiapa, nombre antiguo de la actual San Cristóbal las Casas. Pues bien, el diputado Robles, representante de Chiapas, actuó en aquellas Cortes en forma absolutamente independiente del diputado por Guatemala, don Antonio Larrazábal. Léanse los discursos, los informes, las intervenciones de del diputado Robles y se verá que nunca actuó total y absolutamente como representante de Guatemala. El actuaba exclusivamente como representante de Chiapas, estando a punto de lograr allí la total independencia de su provincia del tutelaje de Guatemala, pues llegó a gestionar la creación de una diputación provincial en Chiapas, y si no se llevó a efecto fue porque la llegada a España de Fernando VII y su camarilla de serviles, con la vuelta al absolutismo, provocó allí y en todo el Continente Americano, un recrudecimiento del reaccionarismo, anulándose todas las disposiciones liberales de las Cortes y mandando a prisión, incluso, a los diputados progresistas que no pudieron huir.

En un discurso histórico pronunciado por el diputado don Mariano Robles, en la sesión que las Cortes celebraron el 29 de mayo de 1813, pide que, considerando que Guatemala no puede atender, por su lejanía, los asuntos de Chiapas, se cree aquí una diputación provincial, exclusivamente de Chiapas. Hay que recordar que, con la Constitución de Cádiz, desaparecían los virreinatos, las audiencias generales, los gobernadores, y, en general, toda la vieja administración, y se substituían tales organismos por diputaciones provinciales, dependiendo cada una de Madrid, e independientes las unas de las otras. O sea, que el diputado Robles ya planteó en esa sesión la total independencia de Chiapas respecto a Guatemala.

Pidió igualmente el diputado Robles, en la misma sesión que se estableciera en Chiapas una Universidad, y que, rompiendo el privilegio que tenía Acapulco para la navegación comercial, se abrieran los puertos de Tonalá y Tapachula, a fin de facilitar el comercia con Guatemala y la Nueva España.

Las Cortes sometieron a estudio de las correspondientes comisiones las peticiones del diputado por Chiapas, y, cuando el rey disolvió las Cortes pocos meses después, y anuló lo hecho por ellas, Chiapas había ya, de hecho, la apertura de sus puertos, como lo demuestra el respectivo decreto del 29 de octubre de 1813, cuyas partes principales dicen así: “Las Cortes, deseando facilitar el Comercio de la provincia de Chiapas con Guatemala, Nueva España y el Perú; y atendiendo a la prosperidad y ventajas que de ello han de resultar a sus habitantes, han tenido a bien decretar lo siguiente: Se abrirán los puertos de Tonalá y Tapachula del Mar del Sur, en el Partido de Soconusco, con libertad de derechos por diez años....”


Este decreto, además de probar que la provincia de Chiapas se desenvolvía sola y por sí misma en las Cortes españolas, demuestra de manera indubitada que el Partido de Soconusco era considerado en España como perteneciente a la jurisdicción de la provincia de Chiapas.

Queda bien claro, pues, que la provincia de Chiapas nunca estuvo sometida de hecho, ni política ni administrativamente, ni siquiera eclesiásticamente, puesto que tenía su propio obispado, a la provincia de Guatemala; que, aunque sí perteneció, lo mismo que la provincia de Guatemala, y con igual categoría que ella, a la Audiencia y Capitanía General de Guatemala, como lo hicieron en iguales condiciones Honduras, Costa Rica, Nicaragua y El Salvador, fue, no por su voluntas, sino impuesta por la fuerza de las circunstancias y el capricho del Consejo de Indias y del rey, quienes eran los que determinaban las divisiones administrativas, sin dejar derecho a los pueblos para oponerse.

Queda por tanto bien claro también que, al recabar su independencia Chiapas, lo hizo separándose de la Capitanía General de Guatemala, a la que estaba unida sin su voluntad, y no de la provincia de Guatemala, a la que nunca perteneció, y con la que sólo tenía lazos administrativos a través del Capitán General y Presidente de aquella Audiencia.

En el curso de tres siglos que duró la Colonia. Chiapas se manifestó en cuanta ocasión se le presentó, como deseosa de pertenecer a la Nueva España, y varias veces lo logró. Ahora, finalmente, es parte integrante de la federación que conforma los Estados Unidos Mexicanos, país cuyo nombre universal es México.

El cargo de traición que, de vez en cuando, y más para molestar que por otra cosa, se les suele adjudicar a los Chiapanecos por algunos guatemaltecos insensatos, más deberían aplicárselos a sí mismos, pues habiendo sido Guatemala parte integrante del Imperio Azteca antes de la conquista por los españoles, se separaron de su nación matriz. Claro que, como ya antes lo dijimos, la repartición y acomodo de las tierras después de la conquista fue hecha a voluntad única de los españoles.

Incorporada Chiapas a México, un acto indebido del general Vicente Filisola, al disolver esa Junta Suprema de Chiapas, provocó la rebeldía de los chiapanecos que en Comitán, Zapalutla y Tuxtla proclamaron el Plan de Chiapas Libre que a la postre triunfó e hizo que la nueva entidad permaneciera por espacio de tres años independiente tanto de Guatemala como de México y de cualquiera otra potencia. Por la misma época, la ciudad de Tapachula declaró también, sin cubrir fórmulas ni requisitos, la separación del Soconusco de Chiapas, de México y de Guatemala.

Con el respeto al principio de autodeterminación ---que desde entonces empezó a forjarse para convertirse en un principio inalterable de la política mexicana--- permitió que se diera oportunidad a estas dos ricas regiones del territorio nacional, a que sus habitantes, sin presión alguna y después del tiempo que quisieran tomarse, ratificaran o rectificaran su voluntad de ser mexicanos. Chiapas, como se ha dicho, se tomó tres años para eso y su departamento del Soconusco diecisiete; pero, a la postre, después de una consulta plebiscitaria, el 14 de septiembre de 1824, doce partidos, con ciento cuatro pueblos y 172,973 habitantes, ratificaron solemnemente su deseo de ser mexicanos.

Con anterioridad a dicho acto, Guatemala ya se había obligado a respetar la voluntad de los chiapanecos, cuando dijo a la Junta Constituyente de Chiapas: “Que si al fin los Chiapas quisiesen agregarse a estas provincias ---las de Centroamérica--- se les recibiría con el mayor placer, y éstas estimarían completa entonces su felicidad, y si las mismas Chiapas creyesen más conforme a sus intereses continuar separadas, no obstará para que puedan y deban contar enteramente con la amistad, la fraternidad y los servicios del Estado Guatemalteco”. (Decreto del 18 de agosto de 1824).

Chiapas había resuelto su separación de Guatemala “aún para el caso de que ésta se sometiera al Imperio Mexicano” y en el acta de independencia hizo constar expresamente que se negaba a distribuir el documento similar de Guatemala, por no sentirse subordinada a esta República.

La Junta de Gobierno disuelta por Filisola y reconstituida por voluntad popular que acató el coronel Felipe Godallos, expedicionario militar mexicano a quien dejó Filisola como jefe de armas, nombró primero a don Manuel Rijas como jefe político de la provincia y al citado coronel como comandante militar; pero al triunfo del Plan de Chiapas Libre, ambos fueron sustituidos por Manuel Zebadúa, hermano de don Marcial, del mismo apellido, que en aquella época era ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala. Los dos primeros eran partidarios de la anexión a México, y el último, acérrimo simpatizador de la anexión a Guatemala.

Hasta 1842, siendo Presidente de México don Antonio López de Santa Ana, se logró la reincorporación a México y desde luego a Chiapas de la zona del Soconusco que, como ya se expresó, se había separado por acta del 24 de junio de 1824.

Para demostrar que México jamás presionó a los habitantes del Sur, paso a recordar que toda la actuación de Filisola en Centroamérica confirma y ratifica la vieja convicción mexicana por la libertad; al ordenar que en todos los casos fuera respetada la voluntad de los hombres para autodeterminar su forma de gobierno. Así fue como por instrucciones de su gobierno, ayudó a formar la Federación Centroamericana y la defendió hasta el punto de pedir a Chiapas el envío de sus delegados al Congreso Centroamericano, y de escribir una célebre carta aconsejando respeto a los guatemaltecos que, según sus propias palabras, nos ayudarían a cuidar la integridad de nuestro territorio y las espaldas de nuestro país en sus luchas con los EE. UU. La historia se ha encargado de probar cuán equivocado estuvo a este respecto Filisola.

A la caída del Imperio de México, presidido por don Agustín de Iturbide, Centroamérica se constituyó en una Federación Soberana e Independiente de México, España y cualquier otra potencia tanto del Nuevo como del Viejo Continente, en julio de 1824, sin protestas por parte de nuestro país; pero Chiapas y El Soconusco ya no pertenecían a la Capitanía de Guatemala, ni formaron parte de la nueva entidad separatista, sino que permanecieron independientes hasta el 14 de septiembre de ese mismo año en que se incorporaron a México.

El problema de límites

En una memoria presentada al Congreso de la Unión en 1871, don Matías Romero, entonces Secretario de Relaciones Exteriores de México, al ocuparse de la cuestión de límites con Guatemala, principió diciendo: “El ejemplo de México y Guatemala es acaso el único que se presenta de dos naciones vecinas, del mismo origen, de idénticos intereses, que formaron por algún tiempo una sola, y que sin embargo hayan permanecido por cuarenta años sin celebrar ningún tratado de límites ni de otro género. Parecía natural creer que estaba en el interés de Guatemala, más bien que en los de México, asegurar por medio de un tratado la demarcación de los límites entre ambas repúblicas. Esto, sin embargo no ha sido así: México ha estado siempre dispuesto a hacer tratados amistosos y equitativos con Guatemala, al paso que ésta potencia se ha rehusado constantemente a firmarlos. La explicación de esta resistencia ha sido la creencia, o por lo menos la esperanza, más que ilusoria que parece ha tenido Guatemala de poder recobrar alguna vez el Estado de Chiapas”. (Expediente de la Secretaría de Hacienda relativo al Soconusco. 1870-1871)

No sólo la observación atinada de don Matías Romero dificultó la fijación de los límites entre las dos repúblicas, ya que la sinuosidad del terreno y las fuertes avenidas de sus ríos, contribuyeron a obstaculizar la empresa. Ambos países nombraron una comisión técnica que los representara, por el lado guatemalteco fueron técnicos alemanes y por el mexicano fueron técnicos mexicanos encabezados por el ingeniero geógrafo don José Tamborrel Siqueiros. Aquí cabe señalar un hecho poco conocido, que no por ello deja de ser importante y que debe llenar de orgullo a los ingenieros mexicanos, resulta que se presentó una gran polémica en la determinación de los límites fronterizos en la zona de los estados de Tabasco y Campeche ---polémica que en ciertos momentos tornose muy ríspida--- pero la preclara inteligencia y los argumentos del ingeniero Tamborrel convencieron a los ingenieros alemanes y le dio a México varios miles de hectáreas, convirtiéndose en el único mexicano que ha ganado tierras para México con la única arma de la ciencia. Honor a quien honor merece.

Anécdota: Cuando se estaba integrando la comisión técnica que se encargaría, por parte de México, de fijar los límites fronterizos con Guatemala, y a sabiendas ya de que por parte del país vecino sería una comisión integrada por técnicos alemanes ---los alemanes gozaban de un gran prestigio en todas las ramas de la ciencia--- , el ingeniero mexicano don Alberto Amador, de gran prestigio en México y amigo personal del Presidente de la República general don Porfirio Díaz Mori, le recomendó a un joven ingeniero, originario de la hacienda de Delicias (ahora Ciudad Delicias), Chihuahua, de nombre José Tamborrel Siqueiros. Don Porfirio le observó al ingeniero Amador que su recomendado era aún muy joven y que quizás le faltaría capacidad y experiencia, a lo que el ingeniero repuso: “no lo recomiendo por su juventud, aunque esta le va ha ser muy útil para soportar favorablemente las inclemencias de la región, sino porque estoy seguro de sus conocimientos e inteligencia llenaran con creces la capacidad y experiencia suficientes y necesarias”. Así fue que el ingeniero Tamborrel fue nombrado jefe de la comisión y respondió con creces la confianza en él depositada por el Presidente de México. Ya casi para terminar los acuerdos, se suscitó una fuerte polémica con la comisión guatemalteca, pero el ingeniero Tamborrel, con fundamento en sus conocimientos científicos, ganó para México aproximadamente 4000 km2 (400,000 Has.), que es la franja de aproximadamente 200 Km. de largo por 20 Km. de ancho, comprendida del paralelo 18º al 17º 49’, en el tramo fronterizo de los estados de Campeche y Quintana Roo con Guatemala. El ingeniero Tamborrel se enamoró de Tabasco y de una tabasqueña, casó con doña Clementina Suárez Vela, oriunda y vecina de Tenosique, con quien procreó cinco hijos, todos orgullosamente tabasqueños. En Tenosique vivió el resto de su vida, habiéndose dedicado a la explotación racional de la madera, y a la agricultura y ganadería, además de haber desarrollado labores altruistas y docentes. Murió en la ciudad de Villahermosa, Tab. en 1906. Fin de la anécdota.

Retomando el tema. Según el Diccionario Universal de Historia y Geografía, los puntos que marcan los límites con Guatemala por el rumbo del Soconusco, son los ríos Tilapa, y Petacalapa, Nica, el Naranjito y el paraje del Zapote, y por el de Comitán, el del río Nentón, la Hacienda de San José, el patio de la Suchaná, la Piedra Redonda. El Cerro de Ixbul y el río Usumacinta.

La situación del Estado, desde el punto de vista astronómico, según Juarros, que tuvo acopio de datos de la capitanía de Guatemala y los que le suministró el Consejo de Indias, es de 14° 40’ 17” latitud norte.

La Sierra Madre y la de los Cuchumatanes fue línea divisoria de Chiapas con Guatemala desde 1554 y por informes de Clavijero sabemos que esas mismas montañas separaron las diócesis de Chiapas y de Guatemala.

Pero no fue sino hasta el 12 de agosto de 1882, cuando, con intervención directa del C. Presidente de Guatemala, general Justo Rufino Barrios, respaldado con amplios poderes del Congreso Guatemalteco, cuando se suscribió el convenio preliminar sobre estos límites. Lo firmaron los CC. Matías Romero como ministro Plenipotenciario de México y el señor don Manuel Herrera hijo, representante de Guatemala ante los Estados Unidos Mexicanos.

Los artículos de ese convenio son los siguientes:

I.--- La República de Guatemala prescinde de la discusión que ha sostenido acerca de los derechos que le asistan sobre el territorio del Estado de Chiapas y su departamento del Soconusco.

II.--- El tratado definitivo de límites entre Guatemala y México, ce celebrará bajo la base de considerar a Chiapas y al Soconusco como parte integrante de los Estados Unidos Mexicanos.

III.--- La República de Guatemala, satisfecha con el debido aprecio que México hace de su conducta y con el reconocimiento de que son dignos y honrosos los elevados fines que inspiraron lo convenido en los artículos anteriores, no exigirá indemnización pecuniaria ni otra compensación, por motivo de las estipulaciones precedentes.

IV.--- Si las partes no pudieren ponerse de acuerdo respecto de los límites, se nombra como tercero al C. Presidente de los Estados Unidos de América.

V.--- En la demarcación de la línea divisoria servirá de base por regla general la posesión actual; pero esto no impedirá que se prescinda de esta base, por ambas partes de común acuerdo, con el objeto de seguir de seguir líneas naturales, o por otro motivo, y en este caso se adoptará el sistema de compensaciones mutuas. Entre tanto se marca la línea divisoria, cada parte respetará la actual posición de la otra.

VI.--- Los gobiernos de Guatemala y los Estados Unidos Mexicanos, se obligan a firmar el tratado definitivo de límites, en la Ciudad de México, bajo las bases contenidas en este convenio, a más tardar dentro de seis meses desde esta fecha.

El 27 de septiembre de ese mismo 1882, o sea a mes y días del Convenio anterior, siendo Presidente de México don Manuel González y su Secretario de Relaciones Exteriores comisionado don Ignacio Mariscal, con intervención del mismo señor Herrera hijo, ya como enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Guatemala cerca del Gobierno de México, se firmó el convenio definitivo que el Senado de México aprobó como tratado internacional el 17 de octubre siguiente y fue ratificado por el Ejecutivo Mexicano el 4 de enero de 1883.

La Asamblea Legislativa de Guatemala lo aprobó el 25 de diciembre de 1882 y la ratificación por el Presidente de Guatemala fue el 29 de los mismos mes y año.

Consta de los siguientes artículos:

I.--- La República de Guatemala renuncia para siempre de los derechos que juzga tener, al territorio del Estado de Chiapas y su distrito del Soconusco, y, en consecuencia considera dicho territorio como parte integrante de los Estados Unidos Mexicanos.

II.--- La República Mexicana aprecia debidamente la conducta de Guatemala y reconoce que son tan dignos como los fines que le han inspirado la anterior renuncia declarando que en igualdad de circunstancias México hubiera pactado igual desistimiento. Guatemala, por su parte, satisfecha con ese reconocimiento y esta aclaración solemne, no exigirá indemnización de ningún género con motivo de la estipulación precedente.

III.--- Los límites entre las dos naciones serán a perpetuidad los siguientes:

1º.--- La línea media del río Suchiate, desde un punto situado en el mar a tres leguas de su desembocadura río arriba, por su cause más profundo, hasta el punto en que el mismo río corte el plano vertical que pase por el punto más alto del volcán Tacaná, y diste 25 metros del pilar más austral de la garita de Tlaquian, de manera que esta garita quede en territorio de Guatemala;

2º.--- La línea terminada por el plano vertical definido anteriormente, desde su encuentro con el río Suchiate, hasta su intersección con el plano vertical que pase por la cumbre de Buenavista e Ixbul;

3º.--- La línea determinada por el plano vertical que pase por la cumbre de Buenavista, fijada ya astronómicamente por la Comisión Científica Mexicana, y la cumbre del Cerro Ixbul, desde su intersección con la anterior hasta un punto cuatro kilómetros adelante del mismo Cerro;

4º.--- El paralelo de latitud que pasa por este último punto desde el rumbo al oriente, hasta encontrar el canal más profundo del río Usumacinta , o el de Chjcoy, en el caso de que el expresado paralelo no encuentre el primero de esos ríos;

5º.--- La línea media del canal más profundo del Usumacinta un caso, o del Chicoy y luego del Usumacinta continuando por este, en el otro, desde el encuentro de uno u otro río con el paralelo anterior, hasta que el canal más profundo del Usumacinta encuentre el paralelo situado a 25 kilómetros al sur de Tenosique, en Tabasco, medidos desde el centro de la plaza de dicho pueblo;
6º.--- El paralelo de latitud que acaba de referirse, desde su intersección con el canal más profundo del Usumacinta hasta encontrar la meridiana que pasa a la tercera parte de la distancia que hay entre los centros de las plazas de Tenosique y Sachu, contada dicha tercera parte desde Tenosique;

7º.--- Esta meridiana desde su intersección con el paralelo anterior, hasta la latitud de 17° 49’;
8º.--- El paralelo de 17° 49’ desde su intersección con la meridiana anterior infinitamente hacia el este.

IV.--- Disposiciones para el levantamiento de mapas y movimientos que pongan a la vista los límites.

V.--- Disposiciones transitorias sobre la propiedad y nacionalidad de los habitantes en terrenos pasados a otra nacionalidad por virtud de este tratado.

VI.--- Ambos gobiernos, dentro del plazo de seis meses de reunidas las comisiones científicas enviarán una noticia de aquellas poblaciones, haciendas y rancherías que sin duda deban quedar en determinado lado, para que el Gobernador respectivo pueda dictar las medidas convenientes a su autoridad.

VII.--- El presente tratado será ratificado conforme a la Constitución Política de cada una de las dos repúblicas; y el canje de ratificaciones se verificará a la mayor brevedad.


Hecho, firmado y sellado en la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1882 por Guatemala: Manuel Herrera, hijo, y por México: Ignacio Mariscal.

El señor Presidente Barrios, en su mensaje al Congreso de Guatemala para dar cuenta del Convenio preliminar, dijo:

“En virtud de estas bases, Guatemala no puede ya alegar derecho al territorio de Chiapas y su departamento del Soconusco, los cuales, al designar los límites, se tendrán como parte integrante de los Estados Unidos Mexicanos, y sin que Guatemala, por esa estipulación, pueda exigir indemnización pecuniaria, ni otra compensación”. En otro periodo de este informe, el Presidente Guatemalteco califica los pretendidos derechos que hasta nuestros días sigue reclamando Guatemala, con los duros adjetivos de “ilusorios”, “quiméricos” y “ridículos”.

El anterior informe contiene el alegato más inteligente, por sintético y claro a favor de los derechos de México sobre Chiapas y Soconusco, como lo demuestra la transcripción de la parte relativa al mismo:

“Los publicistas mexicanos nos dicen: ---escribe el Presidente Barrios--- que Chiapas proclamó su independencia de España y su incorporación mexicana desde el 3 de septiembre de 1821, jurándola el 8 de ese mes, antes de que se proclamara la Independencia de Guatemala: que no sólo Chiapas lo hizo así, sino que Guatemala, por las intrigas del partido servil para dejar la patria anexada a un imperio, pocos días después conforme la resolución de la asamblea de 5 de enero de 1822, se agregó también a México; que con motivo de esta última anexión, hubo una reunión de las autoridades y del pueblo de Chiapas para hacer constar que continuaba independiente del antiguo reino de Guatemala, y que, por su voluntad y juramento, formaba parte del Imperio Mexicano, levantándose a ese efecto el acta de 29 de septiembre de 1822, en que manifestó que no quería pertenecer a Guatemala sino a México, y nombró un comisionado para ir a expresarlo así al Presidente de esta última República”.

“Ellos combaten nuestras pretensiones recordando que recibida votación popular sobre si Chiapas debía pertenecer a México o a Guatemala, resultó, y consta en el acta de 12 de septiembre de 1824, que, haciéndose la regularización, dio para México 96,820 votos y 60,400 para Guatemala, por lo vino la nueva acta de pronunciamiento de federación del 14 de septiembre de 1824. Ellos nos dicen que todas las constituciones de México han incluido a Chiapas como parte de su territorio: la primera Constitución Federal de 1824, la promulgada en 1843 bajo el nombre de Bases Orgánicas y el artículo 43 de la de 1857:: que cuando la República Central y la promulgación de las 7 leyes Constitucionales en que los estados mexicanos fueron departamentos, Chiapas fue uno de ellos, nombrando sus diputados al Congreso General y sus senadores:: que en los años siguientes, depositado el legislativo en Asambleas populares, Chiapas nombró sus diputados que fueron sus representantes en el Congreso, y cuando imperó la dictadura estuvo sometido a ella. Nos dicen que, hecha la independencia de España, las provincias de la Capitanía General de Guatemala, a cuya jurisdicción habían pertenecido ciertamente Chiapas y Soconusco según las leyes de Indias, no quedaron dependientes una de otras; y así como las unas pudieron y quisieron formar por sí repúblicas soberanas, otras quisieron y pudieron agregarse a otras nacionalidades como lo hizo Chiapas y como lo hizo la misma Guatemala, que la incorporación de Chiapas y Soconusco fue anterior a la de Guatemala e independiente de ella, de suerte que si ésta, por la abdicación y ausencia de México del Emperador Agustín de Iturbide, quiso y pudo separarse, Chiapas pudo continuar irrevocablemente unida a México; y así como la primera entró a formar una federación nueva con las provincias de Centro América, Chiapas pudo quedar haciendo parte de la Federación de México. Ellos nos dicen que Chiapas siempre ha tenido su constitución política como parte de México, siendo la última la de 4 de enero de 1858, y que por el contrario, la misma federación que Centro América, en decreto de 21 de julio de 1823, declaró que si los Chiapas se querían agregar, los recibirían con el mayor placer, lo cual envolvía el reconocimiento de la legitimidad de su separación. Nos llama la atención respecto de que , desde el año de 1824, Chiapas ha obedecido las leyes de México y acatado sus tribunales:: que ha corrido siempre la suerte de aquella nación, participando en sus desgracias, contribuyendo con sus dineros y sus soldados al sostenimiento de las guerras que ha tenido:: ha estado sujeto siempre a su régimen , bien haya sido el régimen de la libertad o el de la dictadura; y que nunca, por azarosas que hayan sido sus circunstancias, ni en los días de la anarquía ni en la guerra con los EE.UU., ni en la guerra llevada por la intervención francesa, ha intentado Chiapas separarse de México, no obstante que su posición y distancia la colocaban en posibilidad de hacerlo con más facilidad y menos riesgo y compromiso que cualquiera de los otros estados; y que a mediados del siglo XX, en los días que con más pasión se discutía por todas partes y por la prensa el asunto de límites, Chiapas había levantado las más enérgicas protestas contra la idea de pertenecer a Guatemala, y formulando las declaraciones más explicitas y terminantes de que deseaba continuar siendo parte de la República Mexicana. Nos hacen observar que, a lo sumo, podría pretenderse que Chiapas hubiera sido uno de los estados de la Federación de Centro América; pero que Guatemala sola y por sí no podía reclamar ese derecho, mientras aquella subsistió desde 1823, porque carecía de soberanía y representación internacional; y que, aunque la alianza fue disuelta en abril de 1839 y se confirmó por el Decreto de 1847 que en Guatemala se proclamó República Soberana, no se le transmitieron los derechos que tenía la federación. Nos responden que no hay pruebas concluyentes de que la Junta de Chiapas haya procedido sin libertad; que México no fue culpable de que Guatemala no enviara a tiempo al comisionado que por parte de ella debía presenciar la votación:: y que cualquier reacción, cualquier presión que se hubiera ejercido habría durado en sus efectos solamente tantos cuanto ellas, y habrían desaparecido cuando aquellas cesaran, mientras que Chiapas, constantemente y en todas circunstancias ha perseverado en su propósito de no formar parte de Guatemala sino de México”

“En lo que toca especialmente a Soconusco, nos hacen advertir que ha sido siempre distrito o departamento de Chiapas:: que separado este de Guatemala en 3 de septiembre de 1821 y unido a México, unido quedó también Soconusco que debía seguir la suerte de Chiapas, como una de sus dependencias que era, según la legislación constitutiva de Indias, y que si al reunirse la Asamblea en 1824 votó por pertenecer a Guatemala, tenía que obedecer y aceptar la resolución de la mayoría que fue a favor de México”.

“... que la posición de Soconusco ---durante su separación por rebeldía de Chiapas--- no podía continuar indefinidamente tan anómala como había quedado por los preliminares, sin más que el régimen municipal, sin que se entreviera la posibilidad del pronto arreglo con que se contaba, y sirviendo sólo de refugio de malvados por no tener que prestar obediencia a ninguna autoridad política; y por último, que suponiendo cualquier irregularidad, habría quedado subsanada no sólo por ser antiguos hechos consumados, sino también por la ratificación fundada en la aquiescencia de Chiapas que no ha protestado en el espacio de 61 años ---se refería a 1882--- y del Soconusco, que tampoco lo ha hecho”.

¿Podríamos encontrar otra defensa más clara de nuestros derechos por parte interesada en sostener lo contrario? Indudablemente que no, como dicen los litigantes: “a confesión de parte, relevo de pruebas”.

Testimonio chiapaneco

Un rigorismo de la Historia me obliga a señalas los graves daños que, particularmente a Chiapas, causó la insistencia guatemalteca al combatir por largos siete años el movimiento de la reforma juarista.

Lamentando no poder reproducir en su integridad los documentos que prueban lo anterior, me limito a reseñar los más salientes hechos que registran:

En los momentos más difíciles para México, los que siguieron a la injusta guerra de conquista de los EE.UU. y cuando el populacho yanqui en “meetings” tumultuaros resolvió expulsar a nuestros compatriotas, ocupar su propiedad, quemar sus hogares y ahorcar a los que no obedecieron la orden de destierro, resoluciones llevadas a cabo con un frenesí que deshonraría a una tribu salvaje, para colmo de burla, también los guatemaltecos se dieron el lujo de hostilizarnos. Provistos hasta de piezas de artillería, invadieron nuestro territorio, atropellaron a los particulares y a las autoridades, y en número de 200 hombres se presentaron contra Tapachula; “pero allí recibieron un saludable desengaño que los convenció de que el departamento de Soconusco seguía decidido por la nacionalidad mexicana. El prefecto, ayudado por los vecinos, improvisó una corta fuerza, resistió durante tres días la agresión guatemalteca, y por fin, como lo dijo en su parte, hizo huir despavoridos a los invasores, causándoles grandes perdidas”.

El 6 de diciembre de 1856, como un caso similar al anterior, el de la separación del Soconusco por 17 años, a inspiración del gobierno de Guatemala, Manuel de Jesús Chacón, respaldado por su hermano José María, hizo firmar en las oficinas del Cabildo, antes de consultar a los otros pueblos del departamento, un acta de Independencia de Chiapas (Boletín No. 8, Pág. 51 del Archivo histórico de Chiapas); pero estos traidores, como todos sus congéneres, resultaron cobardes, porque al simple anuncio de que marchaba contra ellos un grupo de compatriotas comandado directamente por el enérgico gobernante Ángel Albino Corzo, a quien la Historia no ha rendido el tributo de admiración y respeto que merece, abandonaron la plaza sin disparar sus armas y corrieron a su refugio de Guatemala, en donde estaban ya bien protegidos el señor juez y otras autoridades del lugar.

En el parte militar rendido por el comandante de Comitán, don José Pantaleón Domínguez, dando cuenta del ataque a esa plaza por las hordas del faccioso Juan Ortega (Boletín citado del Archivo Chiapaneco), puede leerse, entre otros interesantes datos, el siguiente:

“Las fuerzas de los incendiarios Chacón y Ortega, en número de más de 200 hombres entre los de caballería e infantería, siendo la mayor parte de la República de Guatemala, rompieron sus fuegos sobre la fortificación por los cuatro ángulos de la plaza que al efecto ocuparon, los que fueron contestados oportunamente por la fuerza de mi mando”.

El que fuera cabeza del movimiento conservador en Chiapas contra la Reforma juarista y el gobierno legítimo de don Ángel Albino Corzo, Juan Ortega, siempre c0on el apoyo de Guatemala para el aprovisionamiento de soldados, armas, municiones y caballería, y con la ayuda piromaniática del fraile Víctor Antonio Chanona, incendió el palacio de Gobierno de la Antigua Ciudad Real, hoy San Cristóbal de las Casas, logrando la toma de esa plaza y la pérdida de archivos y documentos valiosos que hasta la fecha se está procurando reponerse; pero cuando llegó en actitud triunfante a la humilde plaza de Chiapa de Corzo, cuna, con la de Tuxtla Gutiérrez, del liberalismo en el Sureste, con elementos de guerra que triplicaban a los que la defendían bajo el mando del coronel don Salvador Urbina, sufrió un descalabro total en la célebre batalla del 21 de octubre de 1863 que, guardadas las justas proporciones, tuvo el mismo significado y trascendencia de la de Calpulalpan.

Para terminar con esta relación, la concluiré con el asesinato del señor general José María Melo, en la finca Juncaná, municipio de Zapaluta ---hoy Trinitaria---, Chiapas. Este ilustre general Melo, nació en la República de Colombia a principios del siglo XIX y se educó en Ibagué. En 1819 sentó plaza en las filas republicanas de aquel país con el grado de teniente; combatió en el sur de Nueva Granada de 1820 a 1822 y se halló en las acciones de Popayán, Genoy y Pichincha; hizo luego la campaña del Perú y Bolivia hasta la rendición de Callao, tocándole ser de los vencedores de Lunin, Matará y Ayacucho por órdenes del Libertador Simón Bolívar. (Historia contemporánea de Colombia, escrita por Gustavo Arboleda, t. VI, Pág. 5). Los anteriores méritos lo llevaron al Gobierno de Colombia; pero por no cumplir exactamente los puntos fundamentales de su programa y por el escaso control que ejercía sobre los liberales de las provincias, el ejército lo obligó a dimitir para luego ser expulsado.

En la República de El Salvador fue bien recibido y se le nombró inspector general del ejercito, gracias a la admiración que por el sentía el Presidente de aquella República, general Gerardo Barrios; pero como ansiaba seguir luchando por la libertad, abandonó tan cómodo refugio para penetrar a Guatemala, en donde, su Presidente Carrera, al saber que se trataba de un liberal, lo expulsó de inmediato por la frontera con Chiapas. Su deseo fue entonces ofrecer su espada a don Benito Juárez en la lucha por la Reforma; pero la ocupación de Oaxaca por las fuerzas conservadoras de Cobos, impidió que lo realizara. Al no poder llegar a Veracruz, tuvo que limitar su acción a la ponerse a las órdenes del gobernante chiapaneco. Este lo comisionó para vigilar la frontera por el distrito de Comitán, con muy pobres elementos militares; lo que, unido al desconocimiento del terreno y la decidida protección del gobierno guatemalteco a Ortega, determinó su derrota.

El 30 de mayo de 1860, cuando acampó en la hacienda de Juncaná, situada a 45 kilómetros al sureste de Comitán, en espera de la incorporación de fuerzas que por órdenes del Gobernador Corzo debían enviarle de Comitán y San Cristóbal, fue sorprendido por Ortega y, después de un violento tiroteo al amparo de la noche, se le hizo prisionero y se le pasó por las armas sin formación de causa.

Y fue así como el Presidente Carrera, luego de expulsar al brillante soldado de Bolívar, lo mandó matar con violación a la soberanía territorial de nuestra Patria. (Reseña histórica de don Ángel Albino Corzo, Pág. 76)

Un hecho irrefutable que confirma la convicción de Chiapas, son los 140 años de vida solidaria con la de México, pero si esto no fuera suficiente para probar ante el mundo la mexicanidad de los chiapanecos, hay que recordar que, cuando no habían carretera ni fáciles medios de comunicación, 400 soldados de don Ángel Albino Corzo, por muy largos e inhóspitos atajos, traspusieron las empinadas montañas de abrupta serranía para poder pasar lista de presentes ante el general Ignacio Zaragoza en Tehuacan y luego compartir el honor y la gloria de luchar contra el invasor francés en el sitio de la ciudad de Puebla, como lo hicieron con denuedo bajo las órdenes del general Jesús González Ortega.

Y si el anterior acto de indiscutible abnegación patriótica, por su lejanía en el tiempo y el olvido, tampoco convenciera a nuestros vecinos y hermanos del Sur, invoco al sacrificio voluntario, en aras de la libertad y del decoro mexicanos, del doctor Belisario Domínguez; ya que este héroe por la palabra libre, que apostrofó al usurpador asesino Victoriano Huerta, representó a Chiapas, su tierra de origen, e interpretó fielmente los sentimientos, el valor cívico y la decisión de un pueblo que siempre estuvo y está al servicio permanente e invariable de su convicción mexicana. Así el pacto de nuestra Federación, fue sellado, por enésima vez, con la sangre de uno de los mejores hijos de Chiapas.

Debe aclararse que el término “anexión” que tantas veces se ha empleado en las festividades del 14 de septiembre y en las alegorías que lo interpretan, como la que se exhibe el monumento de La Lomita en Tuxtla Gutiérrez, es impropio, toda vez que resulta contrario a la Historia y a las normas del derecho.

Si el cambio en el cause de los ríos, como ha ocurrido en el Suchiate, genera problemas, estos deben ser discutidos inteligentemente por vías diplomáticas y con intervención de solventes y austeras sociedades científicas, y desde luego con la intervención de la ONU.

Es importante que los errores de nuestros antepasados sean corregidos y que, olvidando ofensas, podamos fijar bases para una vida que está demandando con apremio el destino de nuestros pueblos. Solo con paz, armonía y cooperación, es decir, procediendo como amigos y hermanos, será posible salvar nuestras riquezas naturales y la dignidad.


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