jueves, 27 de diciembre de 2007

Poderoso Caballero

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel.

“Para ser infinitamente rico solamente se
requiere de una cosa: NO DESEAR NADA”.
Miguel de Cervantes Saavedra.


“¡Poderoso caballero es Don Dinero!” reza la letrilla compuesta por Don Francisco Quevedo. Cuan cierto, aunque lamentable sea, que el dinero es el caballero ante el que se inclina, se ha inclinado y se inclinará, voluntaria (la más de las veces) o involuntariamente, todo ser pensante que en el mundo ha sido, es y será. El mismo Quevedo, como final de una letrilla satírica, escribió: “¿Y quien lo de abajo arriba vuelve en el mundo ligero?: ¡El dinero!”.

Todo gira alrededor de Don Dinero, el dramaturgo inglés Benjamín Jonson (1572-1637), en una de sus famosas comedias de carácter – Volpone o El Zorro --, en boca de su protagonista, refiriéndose al oro: “Eres un dios omnipotente que da elocuencia a los mudos, valor a los cobardes, vista a los ciegos y agudeza a los necios. Nada puede por ti sólo y, sin embargo, obligas a los hombres a hacer todas las cosas, las más viles como las más ilustres. Eres el precio de los cuerpos y de las almas......”.

El bien y el mal; alegría y tristeza; optimismo y pesimismo; satisfacción y congoja; seguridad e inseguridad; tranquilididad y miedo; .........asesinatos, ......guerra,.......tragedia, todos hilos que parte intrínseca de la trama de la vida misma y todos penden del dinero. El dinero es la llave que abre todas las puertas y ......también las cierra. “Maldito dinero que nada vale “ dice la canción mexicana y la epístola criolla revira: “El dinero, el dinero, dícese, sin él todo es en vano – La virtud sin dinero sin dinero es un mueble inútil”.

A una madre que, desconsolada, despedía a su hijo mayor, que aún joven partía para ir a conocer el mundo provisto de una muy buena dotación de dinero, el esposo, tratando de tranquilizarla, le dice: “Que todos, en conclusión, como lo ven con dinero, le habrán de dar la razón”.

“¡NON OLET!” (No huele mal). Tito, hijo de Vespasiano, tuvo acerbas censuras para un tributo que había creado el emperador (su padre) sobre los urinarios, doliéndose que que se buscara dinero de procedencia tan poco limpia. El comentario de Vespasiano, refiriéndose al dinero, fue el que copiado queda y que también quedó para expresar, un poco cínicamente, que el dinero, cualquiera que sea su procedencia, no huele....... Y lo cierto es que no pocas veces hiede y hasta mancha.

Nunca hizo rico al hombre el dinero, porque solamente le sirve parta aumentar su codicia, la virtud después del dinero. ¿Cuándo se convencerán los tontos y los ingenuos que se pasan la vida haciendo dinero, que todo eso no será para ellos?; a la tumba no nos llevamos nada, nos vamos como llegamos: sin nada.

La paradoja del dinero: es luz y oscuridad, alumbra y quema. “Sobre un buen cimiento se puede levantar un buen edificio, y el mejor cimiento y zanja es el dinero” (Cervantes). --“Que en el mundo, si no es lo principal, es lo segundo” (Lope de Vega). El dinero siempre, como se vea, será un buen servidor pero un mal amo, no puede hacer que seamos felices, pero si nos compensa de no serlo. Figuras encontradas: “Eso que el dinero no da felicidad son voces que hacen correr los ricos para que no los envidien demasiado los pobres” (Benavente). -- “Todas las diatribas hechas contra el dinero, ese vil metal, no han logrado éxito nunca ni consolaron jamás a sus autores de no tener dinero. El dinero es como el tiempo: no le perdáis y tendréis bastante” (Querien Vangal).

El ilustre maestro José Vasconcelos escribió por ahí: “Si ambicionamos dinero y poder, somos vulgares, porque eso mismo ambiciona la mayoría del género humano y nuestro sueño de grandeza será igual al del último lacayo. Si ambicionemos ser justos, se ambicionamos llevar a la práctica un ideal, si gozamos entrañablemente con la interpretación de la naturaleza, con el arte sublime, entonces seremos aristócratas, ya sea que en el mundo dominemos como señores o trabajemos como esclavos”.

No hay que hacer de la vida una máquina de acuñar monedas; esto es tan estúpido que no hay término suficientemente duro para calificarlo. Si el dinero no se sabe manejar con inteligencia, resulta una maldición y el causante de la mayor parte de las dificultades, desdichas y problemas que la gente sufre. Con poco dinero, pocos problemas; con mucho dinero, muchos problemas.

El dinero jamás podrá proporcionar lo que solamente se obtiene por la práctica constante de la virtud y la educación perseverante del espíritu. – El dinero suele proporcionar satisfacciones cuando se sabe emplearlo atinadamente. – No hay que olvidar que con dinero no se obtiene talento, ni sentido común, ni buen juicio, y ni muchas cosas que son el todo en el individuo. – El dinero no debe adquirirse como un fin sino como un medio. No debe ser el principal objetivo de la vida, pero tampoco debe verse con desprecio. El representa el medio para poder adquirir lo que no hace falta y nos es grato. Por otra parte, gracias a él podemos ser caritativos, justos, honrados, altruistas, y muchas otras cosas dignas de considerarse. – El dinero en manos de tontos, constituirá siempre un peligro para la sociedad. De nada sirve la riqueza si se es pobre de espíritu.

El dinero debe ganarse con trabajo honesto y la aplicación de la inteligencia propositiva. El hombre que gana el dinero en forma ilícita se destruye a sí mismo y a los que lo rodean. El dinero no tiene absolutamente ningún valor para los que lo disfrutan sin haberlo ganado. El peligro del dinero es grande, por eso es mucho más fácil ser honesto cuando pobre que cuando rico. Es más fácil encontrar honradez y sensibilidad en la gente pobre y humilde, que en los ricos.

Como se ve, en esto del dinero hay para todos los gustos y criterios. Hay, como decía Doña Chole: de chile, de dulce y de manteca. Pero bueno, total ¡qué caray!, a mi, como decía mi compadre Luis, ni me gusta ni me disgusta sino todo lo contrario. Y.......como ya nos empelotamos con esto del dinero, para desembrollarnos un poco, nos introducimos en la siempre sabia y reconfortante filosofía china y extraemos el siguiente poema que nos invita a reflexionar:

El dinero:

Puede comprar una casa,
Pero no un hogar;

Puede comprar una cama,
Pero no el sueño;

Puede comprar un reloj,
Pero no el tiempo;

Puede comprar un libro,
Pero no el conocimiento;

Puede comprar una posición,
Pero no el respeto;

Puede pagar un médico,
Pero no la salud;

Puede comprar la sangre,
Pero no la vida;

Puede comprar el sexo,
Pero no el amor.



Septiembre de 2002

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