viernes, 28 de diciembre de 2007

¿Entendemos la democracia?

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel.

“No sabe más el que más cosas sabe,
sino el que sabe las que más importan”
Bernardino de Rebolledo.

Se habla y se escribe mucho acerca de la democracia, pero ¿realmente sabemos y/o entendemos lo que es democracia?. En México, los mexicanos, a pesar de lo sobado de la palabra, no tenemos ni la más remota idea de lo que es vivir en la democracia; aparentemente apenas estamos tratando de aprender la forma de aprender como vivir en ella. México nació en 1821, año en que se consumó la lucha por la independencia, o sea que los mexicanos tenemos 181 años de vida independiente, durante los cuales, dígase lo que se diga, nunca hemos vivido en la democracia, ha habido sí dos intentos, pero que no han sido más que eso: tentativas, las cuales por cierto, lamentablemente, se convirtieron en sendos fiascos.

Por la democracia han muerto millones de seres humanos, pero ¿se entiende realmente?, vayamos al origen y significado de la palabra, así como a diversas y controvertidas interpretaciones históricas. La palabra democracia deriva del griego: Demos (pueblo) y Kratos (autoridad); su acepción, según el diccionario de la lengua española, es: 1.- Gobierno en el que el pueblo ejerce la soberanía; 2.- Régimen político en el que el pueblo ejerce la soberanía por si mismo sin mediación de un órgano representativo (democracia directa) o por representantes intermediarios (democracia representativa).

Ø “Vox populi, vox dei” (La voz del pueblo es la voz de Dios). Frase de Hesiodo (poeta griego del siglo VIII a.J.C.) que luego repitieron Arístides, Pericles y Aristóteles. Alcuino atribuye esta frase a Carlomagno, (Albino Flaco Alcuino fue un teólogo, filósofo y pedagogo de la corte de Carlomagno, fundador de la célebre Escuela o Academia Palatina, establecida en el palacio del monarca y primera de este género). En Odisea III, 214 y 215, se encuentran expresiones parecidas. Walter Reynolds, Arzobispo de Canterbury, la empleó en el sermón que pronunciara con motivo de la ascensión al trono de Eduardo III, el 1 de Febrero de 1327. El P. Foijóo (1676-1764), en su “Teatro Crítico”, la llamó “mal entendida máxima”. El conde de Romanotes (1863-1764) en sus “Reflexiones y Recuerdos”, dice comentando esta frase: “¡Cómo olvidar que Jesucristo fue crucificado por el pueblo!”.

Ø Marco Aurelio (121-180), refiriéndose al Senado, dijo: “Más justo es que yo me gobierne por el dictamen de tantos y tan hábiles consejeros, que no el que ellos sigan mi voluntad”.

Ø Isabel I de Inglaterra (1533-1603), al ofrecimiento del Conde de Fería de apoyo del Rey de España, respondió así. “mi posición actual la debo al pueblo y no tengo otro apoyo más que él”.

Ø Juan de Mariana, eclesiástico e historiador español (1536-1624), decía: “¿Qué mayor locura que fundar la esperanza y confiar en el juicio de una muchedumbre demasiado ligera, de una muchedumbre que con breve espacio de tiempo raciocina y piensa de distintos modos?”, pero, por otra parte decía: “también es necesario sujetarse a la opinión pública de los ciudadanos y tener siempre presente que la fama podrá hablar de nosotros después de seiscientos años”.

Ø “Nos que cada uno somos tanto como vos é todos juntos valemos más que vos, os hacemos Rey de Aragón”. Con esa fórmula altanera, que compendiaba los fueros de aquel reino y la debilidad de los monarcas, y que era una traducción con formas más vigorosas del “Rex eris” de los godos, se dirigía el Justicia Mayor de Aragón para solicitar del rey recién aclamado juramento de guardar los fueros y privilegios “é se no, non” terminaba.

Ø Pierre Corneille, dramaturgo francés (1606-1684), en su obra Cima, aseveraba: “Cuando el pueblo es el amo y señor, el tumulto es una norma; jamás se escucha la voz de la razón; los honores son para los más ambiciosos y la autoridad para los más fanáticos” y continuaba: “El peor de los Estados es el Estado popular”.

Ø Francois Marie Arguet, llamado Voltaire (1694-1778), el gran escritor, pensador y filósofo francés, escribió en su Diccionario Filosófico: “Muy raramente son los hombres dignos para gobernarse a si mismos”.

Ø “Todo ciudadano es rey bajo un rey ciudadano”, escribió el autor dramático francés Carlos Simon Favart (1710-1792).

Ø El libertador de Argentina José Francisco de San Martín (1778-1850) expresó: “Todo debe hacerse por el pueblo; pero a condición de que la inteligencia, apoyada por la fuerza, lo refrene y discipline.

Ø Si alguien demostró con hechos su gran espíritu democrático fue, sin duda, Abraham Lincoln (1809-1865), quien, en una de sus múltiples arengas de alto contenido democrático, refiriéndose a los trabajadores negros y blancos, dijo: “Dios quiere sin duda al pueblo bajo, pues, de lo contrario, no lo hubiera hecho tan numeroso”; circunstancias como esta lo llevaron finalmente a su apotegma: “El gobierno debe ser del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.

Ø “La democracia da a cada uno el derecho a ser su propio tirano”, expresión de Jacobo Russell Lowell, poeta y filósofo británico del siglo XIX.

Ø El célebre escritor y filósofo francés Víctor Hugo (1802-1885), para finalizar un discurso dicho en la Asamblea Legislativa, impugnando el proyecto de ley que apoyaba la creación del segundo imperio, expresó: “Antes arrancáis el escollo del fondo del mar que el derecho del corazón del pueblo”.

Ø “El pueblo es una bestia aparejada, sobre que monta el más osado o el más fuerte, pero si la democracia se arrodilla ante la cruz como se arrodillaron los bárbaros, el mundo se salva” (Pensamientos y Poesías de Aparasi y Guyarro, 1875).


Ø El prestigiado militar español Baldomero Fernández Espartero (1793-1879) al movimiento revolucionario que derrocó a Isabel II, les dijo: “Cúmplase la voluntad nacional”.

Ø El escritor e ideólogo sociopolítico español Angel Ganivet (1865-1898) decía:”Hemos llegado a la igualdad, haciéndonos todos hidalgos; esto es siendo todos aristócratas. Por eso el hablar de democracia en España es música celestial, no podemos ser demócratas porque queremos demasiado a nuestra familia”.

Ø El contemporáneo Querien Vangal. Pensador y filósofo, dice: “El verdadero progreso democrático consiste en hacer descender la élite y elevar al pueblo hasta que se encuentren en el justo medio que iguale las oportunidades”, agrega además: “Un país gobernado por la opinión no lo está por la competencia”.

Ø El escritor español Ramiro de Maeztu (1874-1936) escribía: “La ventaja de la democracia sobre las demás formas de gobierno es que no hay en ella una casta interesada en sofocar el pensamiento para que no se la discuta”.

Así, a través de la historia, podemos encontrar variadas y controvertidas opiniones sobre la democracia, lo que significa que ha sido larga e inquieta la búsqueda de un sistema de gobierno justo para los pueblos del mundo y que esta búsqueda ha girado por siglos alrededor de la democracia. El gran estadista británico Wiston Leonard Spencer Churchil (1874-1965), pieza clave en la derrota de la Alemania nazi en 1945 y luchador incansable por la democracia, decía de esta que era un sistema que adolecía de muchos vicios pero que definitivamente era, entre todos los sistemas conocidos, el menos malo.

Ojalá que los mexicanos logremos finalmente conciliar un sistema de gobierno verdaderamente democrático en nuestro país, que nos asegure, por lo mismo y en todos los ámbitos, una vida similar. Obviamente que esta tarea nos va a llevar mucho tiempo de trabajo sostenido, pero con toda seguridad será en beneficio de todos. Actualmente, para donde quiera que volteemos, encontramos un gran deterioro en todos los aspectos, tanto moral como material, de nuestra condición de vida. De nosotros, Y SOLAMENTE DE NOSOTROS, depende el que se revierta el proceso; del cielo no nos va a caer nada, luchemos pues todos juntos con decisión sostenida para alcanzar la superación que todos anhelamos.

Consolidemos la democracia porque un gobierno democrático está próximo a la libertad, el de pocos está cerca de la tiranía.


Agosto de 2002.

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