miércoles, 19 de diciembre de 2007

Una triste historia

Enrique Galván-Duque Tamborrel

«La prudencia es hija de la racionalidad.
La imprudencia huele a animalidad....»


Stephen Groce siempre trató de vivir al máximo con sus dos hijos y su esposa para que cuando él muriera su familia tuviera suficientes recuerdos de él. Hoy no sabe qué hacer, pues nunca pensó que él sería quien tendría que buscar recuerdos de su familia para poder seguir adelante.
Con el rostro impasible, ya sin lágrimas, pero con una profunda tristeza en la mirada, Groce le dio ayer el último adiós a su familia.

Se despidió primero de Dora, su esposa, con quien había contraído matrimonio a las siete semanas de haberla conocido y con quien estuvo casado nueve años. Recordó que el pasado 1 de agosto, fecha de su aniversario, decidieron celebrar en un restaurante de Montebello. Fue la última reunión familiar.

Habló después de Robert, de 8 años, su hijo a quien ayudaba a hacer las tareas y quien siempre le decía que quería ser luchador. Y por último, de su hija Catherine, de 4 años, la más pequeña y a quien tampoco podrá ver como veterinaria. "Ella adoraba a los animales", dijo el padre.

La esposa y los dos hijos de Groce fueron embestidos por dos vehículos el lunes pasado cuando se dirigían al doctor porque Catherine había tenido fiebre un día antes. Al llegar a la esquina de Elliott y Parkview, a una calle de donde vivían, dos carros impactaron su auto y éste ardió en llamas. Toda la familia pereció calcinada.

"No sé cómo he podido mantenerme estos días, pero trataré de vivir un día a la vez", expresó Groce.

El ahora viudo agregó que todavía no revela las fotos del último campamento que hizo con toda la familia al norte de California. "Fue nuestro último viaje juntos, la pasamos como nunca. Los niños en la playa y todos contentos. Eso es lo que se queda conmigo para el resto de mi vida".

El accidente conmocionó a toda la comunidad de El Monte, donde vivía la familia. Cerca de 150 personas, casi todas latinas, llegaron a la funeraria el día de ayer a ofrecer sus condolencias y su apoyo al esposo y padre de las víctimas.

Entre los asistentes se encontraban maestros, compañeros de escuela de los hijos, familiares, amigos y desconocidos, personal de la policía de El Monte y hasta el alcalde.

El apoyo de la comunidad fue tal que Andy Gorman, mejor amigo de Groce por 40 años y originario de Oregon, expresó que anteriormente tenía sus reservas con la comunidad latina con la que nunca había convivido, pero después de ver el gran apoyo ofrecido a su amigo, dijo haber cambiado de opinión.

"No sé qué decir con tanto apoyo de la comunidad, la verdad me sorprende. Nunca esperé algo así", expresó Gorman.

Ernest Gutiérrez, alcalde de la ciudad, indicó que hará todo lo que esté en su poder para hacer los cambios necesarios para que una tragedia así no vuelva a suceder.

Mientras tanto, en la esquina donde ocurrió el accidente, las personas no dejaban de visitar el altar colocado en honor a la familia. "Desde temprano hasta las 10 ó 11 de la noche, la gente no deja de llegar", expresó la dueña de la casa situada en ese lugar.

En la escuela preparatoria Mountain View, a unas calles del accidente, otro grupo de vecinos lavaba autos para ayudar económicamente a Groce y reunía firmas para exigir la instauración de topes y más presencia policiaca.

"Mucha gente, aunque no lava su auto, está haciendo donaciones para ayudar al padre con la tragedia", expresó Aracely Pérez, madre de cinco hijos y vecina preocupada por las constantes carreras de autos en la calle Parkview.

"Es muy triste que una tragedia de esta magnitud tenga que pasar para que la comunidad se una", expresó Pérez. "Pero es necesario hacer algo. Si esta tragedia no cambia las cosas, todos seguiremos siendo afectados porque las carreras en las calles seguirán".

Algunos vecinos del área indicaron que prácticamente a diario tienen problemas con las altas velocidades de los autos en la avenida Parkview, donde ocurrió el accidente.

Subrayaron que es una avenida donde el límite de velocidad es de 15 a 25 millas por hora por la escuela, pero los autos alcanzan hasta 60 y muchos de ellos no respetan las señales de tránsito. ¿Y la policía? Siempre llega cuando ya todo pasó, indicaron.

Desde el día en que la familia Groce pereció, en punto de las 7 de la noche, cerca de 50 personas se reúnen para rezar; además, ya se organizó una marcha que se efectuó el martes 16 de octubre, a las 5 p.m., que partirá de la esquina Parkview y Elliott al Ayuntamiento para exigir topes en las calles. La policía de El Monte se reunió el 23 de octubre en la esquina del accidente, a las 6 p.m., para ver cómo pueden trabajar con la comunidad

«Si cometemos imprudencias es porque no nos sabemos manejar. El hombre que es incapaz de ejercer control sobre sí mismo, está en inminente peligro de caer en o provocar una desgracia. Las cárceles están llenas de hombres que no supieron controlarse».

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