domingo, 23 de diciembre de 2007

INGENIERIA


Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel


"En el Ingeniero se encuentra,
más que en cualquier otra actividad humana,
el principio de una voluntad creadora".

El día 1 de julio se festeja el “Día del Ingeniero”, mas, fuera de quienes ejercen esa profesión ---y sus allegados---, para el resto de la gente pasa inadvertido; pero igual es con todas las demás profesiones que tienen su día dedicado, fuera de los interesados a nadie le importan.

Sin la intención de entrar en comparaciones interdisciplinarias, que por principio son odiosas, a mas de que todas las actividades humanas honestas son loables e indispensables para el bienestar de la sociedad, hagamos un breve análisis de la Ingeniería.

La Ingeniería, como labor encaminada a resolver un problema planteado por la Naturaleza, presenta dos facetas de de gran significación. En la primera, se sigue un impulso primario, guiado por la experiencia y la observación, que logra una respuesta, definitiva o no, del problema. Labor de posteriores intentos es llevar tal respuesta a una forma definitiva. En la segunda, se procura efectuar una aplicación de principios de la ciencia pura para lograr que la solución tenga como características la eficiencia y la economía.

Obligado por las condiciones adversas en los orígenes de su existencia, el ser humano siguió sus instintos para procurarse alimentos y defensa primero, techo y comida después. En esa etapa, la más larga de todas, todo trabajo efectuado presenta como carácter esencial ese impulso primero.

La técnica surge pues como una de las más antiguas actividades del ser humano, perdiéndose su origen en las tinieblas de la prehistoria, no dejando sino vestigios, que aún hoy admiramos, de los primeros peldaños de un desarrollo desde entonces unido al desenvolvimiento mismo de la humanidad.

Testimonio de la presencia de los primeros ingenieros lo tenemos en obras que prevalecen hasta hoy día, aún cuando no sólo el nombre de aquellos constructores sino toda noticia de ellos y de civilizaciones enteras a las que pertenecieron, han sido para siempre sepultadas en la inmensidad del olvido.

¡Es qué forma maravillosa se talló la primera piedra para convertirla en instrumento de lucha y de trabajo, para seguirla moldeando, adaptando a nuevas necesidades, procurando en forma rudimentaria crear desde ese entonces un mundo mejor!

¡Es el instante del nacimiento de la ingeniería, coronamiento de la técnica, al doblegarse la Naturaleza al impulso de una voluntad!

Este primer hecho, en sí de enorme significación, está ligado a otro de no menos influencia en el destino del ser humano: el de poder mantener el fuego primero, y producirlo con medios propios después. ¡Qué gran diferencia observamos entonces entre nuestros primitivos antepasados y aquellos que podrán a voluntad procurarse luz y calor! El ser humano es ya un ser que consciente emplea las fuentes de energía natural en provecho propio. El fuego no se apartará más de aquellos que en él buscan abrigo y vida, siendo el principio de las manifestaciones artísticas rudimentarias, de trabajos manuales cada vez más eficientes en el proveer de un ambiente menos crudo a quien lo sabe producir.

Es difícil expresar en pocas palabras el significado de Ingeniería. La palabra misma es poco concisa y terminante, creyéndose reconocer dos orígenes para ella: a través del francés nos señala a aquel que mediante su ingenio desarrolla una actividad (genie). Por otra parte, en lengua inglesa “ingeneer” es el que construye y opera una máquina (engine) sin descartar la posibilidad de que la designación del oficio se haya tomado del francés mismo.

Encontramos una de las primeras definiciones de Ingeniería en el Acta de Fundación de Ingenieros Civiles Ingleses en 1828 donde se registra lo dicho por Tredgold: “La Ingeniería es el arte de dirigir las fuerzas de la Naturaleza para el uso y conveniencia del ser humano”.

Para una época en donde el empleo de la tracción animal era preponderante, cuando el vapor apenas se aplicaba a máquinas demasiado simples para promover una revolución industrial y cuando sólo un puñado de estudios comprendía lo que era la electricidad y quizá ninguno todavía alcanzaba con la mente las apartadas fronteras de la energía nuclear, tal definición, elegante y simple, satisfacía abundantemente los ideales y propósitos del ingeniero.

Muy pronto las actividades del ingeniero desbordaron en propósitos los alcances de aquella primera definición. Los frutos de un progreso vertiginoso demandaban una definición más amplia, más general, que alcanzara a los nuevos campos de intervención de un técnico que más y más se acercaba a las fuentes de la ciencia para tomar de ellas el fundamento necesario para que sus soluciones fuesen progresivamente más eficientes y completas.

Muy pronto la definición de Ingeniería debida a la labor conjunta de kivi, Withing, Darling y Kilgour llegó a contener los siguientes términos: “Es el arte de la aplicación práctica de conocimientos científicos empíricos para el diseño, producción o perfeccionamiento de diversas especies de proyectos constructivos, máquinas y materiales para el empleo y satisfacción del ser humano”. Estas palabras, llenas de un refinamiento que se identifica con el conocimiento pleno de hechos realizados, son eminentemente modernas. Es incuestionable que el progreso técnico se basa en una colección de acontecimientos cada vez más completos, sin embargo, la satisfacción que el ser humano busca con la ingeniería puede no ser meramente material, y entonces ese progreso se apoyará también en valores estéticos, artísticos y humanísticos.

El Profesor Hardy Cross generaliza la posición de la ingeniería: --“Es costumbre pensar que la ingeniería forma parte de la trilogía, ciencia pura, ciencia aplicada e ingeniería. Debe decirse que esta trilogía es sólo una de las tres a las que pertenece la Ingeniería. La primera es ciencia pura, ciencia aplicada, ingeniería; la segunda teoría económica, finanzas, ingeniería; la tercera, relaciones sociales relaciones industriales, ingeniería. Muchos problemas en la ingeniería se acercan más a la sociología que a la ciencia pura”. Así Cross no hace sino constatar el siguiente hecho: el ingeniero es eminentemente un humanista.

Finalmente apunto lo siguiente: “EN TODO DE LO QUE SE VALE EL SER HUMANO PARA SUBSISTIR TIENE PRESENCIA ACTIVA LA INGENIERIA EN CUALQUIERA DE SUS RAMAS Y ESPECIALIDADES”. Esto conlleva la gran responsabilidad y ética que deben observar todos los ingenieros en el ejercicio de su profesión.


Junio de 2003






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