martes, 31 de marzo de 2009

Con tortillas también se triunfa

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

La perseverancia es al valor lo que la rueda a la palanca;
es la renovación perpetua del punto de apoyo.
A finales del año pasado, recibí la agradable visita de un viejo amigo que ahora radica en el sur de California, EE. UU. El se dedicó toda su vida activa a la construcción, al principio en México y después en EE. UU. –actualmente ya está retirado y vive plácidamente de los intereses que le generan algunas inversiones--. Al calor de una amena plática llena de reminiscencias me platicó la historia de un amigo (de él), llamado Robert W. García, a quien asesoró en algunas construcciones allá en California.
Cuando Robert W. García, uno de los empresarios hispanos más exitosos de Silicon Valley, comenzó a distribuir “tortillas chips” hace 24 años, no se imaginó que ganaría millones de dólares con este negocio. Hoy, no sólo vende sus diferentes productos de ingredientes naturales y orgánicos en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Alemania, sino que cuenta con tres plantas de producción en San José, Tampa (Florida) y Lincolnton (Carolina del Norte).
Después de años de trabajo y múltiples viajes, García —de padres puertorriqueños— quería hacer su vida más placentera, “trabajar tres días a la semana, jugar golf tres días y pasar un día en casa”. Con ese fin, en 1984 inició su compañía de distribución en la industria alimenticia con la idea de que iba a ser una pequeña empresa local.
Uno de sus primeros clientes fue el supermercado Nob Hill. Un día le dijeron que ya no podía seguir con ellos porque sólo le distribuía a una tienda y, a menos que lo hiciera con todas, no podía permanecer. Entonces, García se dijo a sí mismo que podía hacerlo sin saber que una de ellas estaba ubicada en Livermore. Al hacer ese recorrido vio otros supermercados como Alpha Beta, empresa que le dio la oportunidad de distribuir a sus 11 locales, uno de ellos en Napa.
En menos de dos años no sólo estaba trabajando siete días a la semana distribuyendo personalmente sus productos de un punto a otro, sino que contaba con un grupo de choferes para cubrir gran parte del norte de California.
En aquel entonces, una compañía al sur del estado elaboraba “tortillas chips”. Una vez, al ordenar el envío de sus productos a varias bodegas, la persona con la que trataba le dijo que sólo le podía enviar dos camiones y que no iban a poder hacerle más tortillas por seis semanas porque habían olvidado ordenar el filme para imprimir las envolturas.
“Siempre he creído que si llegas tarde a una tienda, te señalarán con el dedo. Si te retrasas un día, se enojarán mucho, y si pierdes una semana, se olvidarán de tu nombre”, le señaló García, ahora convertido en presidente y director ejecutivo de R.W. García.
En 1986 decidió empezar su propia planta de producción para tener un mejor control. Reconoció que, sin tener idea de cómo hacer “tortillas chips”, compró su primer equipo en Philadelphia y regresó rápidamente a San José en busca de un local. Un día le comentó: “Fui ingenuo al creer que las máquinas traerían un cordón para conectarse a la pared y pasé los siguientes seis meses colocando todo el equipo sin contar con un manual”, dijo el empresario, cuya esposa, Margaret García, es vicepresidenta de ventas y mercadeo.
Por lo titánica que resultaba la labor —lamentaba haber terminado con una uña torcida—, se prometió a sí mismo que “jamás abriría otra planta de producción”.
En diciembre de ese año invitó a amigos y familiares a inaugurar la planta con el deseo de hacer él mismo las primeras “tortillas chips”, pero el resultado fue un desastre. Siete horas más tarde logró hacer la primera bolsa, pero los invitados se habían ido hambrientos y sin celebrar.
Después de dos años de arduo trabajo, la empresa comenzó a tener excelentes ventas y se mudó a una nueva sede de 40 mil pies cuadrados. Sin embargo, no encontrarán el nombre de R.W. García en la mayoría de los supermercados, ya que cerca del 70% de su producción lleva etiquetas privadas (para las grandes cadenas de supermercados) y el resto bajo su nombre con las líneas García Lo’s (bajas en carbohidratos), Salad Eatos, Big Bags y Classic.
En 1996 abrió una segunda planta de producción de 30 mil pies cuadrados para satisfacer su mercado nacional e internacional. Una vez más, “me dije a mí mismo que absolutamente jamás abriría otra planta”, recalcó. Sin embargo, el crecimiento de su compañía lo obligó abrir la tercera planta de 60 mil pies cuadrados en septiembre de 2004. Por lo que ahora prefiere decir que “quizás no vuelva a abrir otra”.
A pesar de sus múltiples reconocimientos como la Persona del Año 2004 por la Administración de Pequeños Negocios (SBA) y que en 2005 espera lograr 20 millones de dólares en ventas, Robert García no se considera un modelo a seguir, sino “un individuo muy afortunado que abrió su empresa en el momento adecuado”, pero, según mi amigo, y que fácilmente se detecta, es el clásico ejemplo de la perseverancia.
Los “mexican hot-cakes” –como alguna vez agien les nombró-- llegaron a los Estados Unidos para quedarse, gustar y propagarse.

Así "semos"

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

“La colectividad es el recurso mal calculado de los impotentes,
que suponen que multiplicando el número de eunucos puede
llegar a producirse una semilla”
Carlos María Cortezo.


No cabe la menor duda de que los mexicanos no tenemos remedio, bueno esto en cuanto a querer cambiar somos genios y figura hasta la sepultura. Largos fueron los años de hegemonía priista, ansiábamos que las cosas cambiaran pero no sabíamos, o no queríamos saber como hacerle, yo pienso que más que nada éramos cobardes. Pero como no hay mal que dure cien años ni tontejo que los aguante y a cada santo le llega su fiestecita, pues que nos llega la oportunidad de cambiar y de construir un país verdaderamente democrático, OH ilusión tan lejana e inalcanzable para nosotros. ¡Ah! que caray, pero ¿que de veras nos la creímos?, yo creo que nos asustamos y mejor metemos reversa; porque todo fue que iniciara un nuevo régimen para que, en vez de ayudar, con exigencia sí, pero ayudar, empezáramos a ponerle toda clase de obstáculos, total ¡así “semos” los mexicanos!, ¡Viva México hijos de la ……. ¡
Creíamos que el cambio era fácil, que todo cambiaría de la noche a la mañana milagrosamente, y como no cambia de ese modo pues tomamos el camino fácil, y sin poner de nada de nuestra parte, decimos: no sirve y hacemos hasta lo imposible para destruirlo... Sobretodo soslayamos aspectos fundamentales como: la unidad que produce el trabajo en equipo; la observancia de la ley y el sentido de responsabilidad.
Por años y años deseábamos que se acabara la impunidad, que la justicia fuera pareja y que todos, principalmente los “gallones”, respondieran por sus delitos. Ahora vemos que hacen la marcha de las “100 horas” para defender la impunidad de un alto funcionario que no cumplió con la ley, con el argumento de que es cosa política, ¡acabáramos!, entonces ¿cuándo se podrá juzgar a un alto funcionario cuando siempre estará en posición de alegar que es cosa política y con ese argumento ya la libró?
¿Y los Medios de Comunicación?, pues requetebién. El ahora Primer Poder (PP) dice, hace y deshace a su antojo, y este si goza de las más nítida impunidad. Los reporteros inventan y/o distorsionan a discreción, triste es decirlo pero así es. Son verdaderamente intocables y nunca reconocen un error; cuando se les llega a reclamar algo, siempre tienen la salida fácil ---así me lo dijeron pero no puedo revelar mi fuente--- y ahí muere todo, pero que reconozcan su error, nunca, eso jamás. Así los Medios construyen mitos y destruyen realidades.
Hay otra casta, quizás no tan invulnerable pero casi le llega a lo mismo, que son los analistas, politólogos, investigadores e intelectuales ---en la actualidad, y aunque no todos, después de años de cobardía y lambisconería, navegan en el mar de la política. Estos especimenes que se pasan los días detrás de un escritorio lleno de libros y revistas, viendo-escuchando la televisión y el radio, y elucubrando con sus similares alrededor de una mesa al calor de un café, resulta que se imaginan cosas ---algunas verdaderamente inverosímiles---, las acomodan y las dicen de tal manera que piensan que es sólo la verdad, toda la verdad y únicamente la verdad. Desde luego que esta casta que ha proliferado de diez años para acá, antes no existía pues no podían salirse del cartabón establecido y eran verdaderamente sumisos al Presidente de la República en turno, es más eran sus panegiristas, pero como ahora pueden decir lo que quieran, entonces, como son muy machos, despotrican de todas, todas, en contra del presidente. Casta divina de parásitos que mucho ---si quisieran--- podrían hacer por nuestra patria.

EL ARTE DE COMERCIAR: Todos para uno y....

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Comercio: arte de abusar de las necesidades de otro.
El comercio mezcla a los hombres, pero no los une.

Es verdaderamente patético como en este mundo en que vivimos cambian las cosas en relativamente poco tiempo --y digo poco tiempo porque que son cuatro años en relación con la historia de este nuestro mundo. Quien pudiera haber pensado en los inicios de 2005 que cuatro años después estaríamos inmersos en una crisis como la actual. Había problemas sí, pero eran de los que se consideran rutinarios en toma y daca del comercio como parte del abuso que siempre ha conllevado. Para ilustrar lo que asiento, me voy a permitir transcribir un artículo que escribí en marzo de 2005, incluido el epígrafe.
«Pensar que todas las naciones del planeta, aun las más pobres, pudieran embolsarse 280,000 millones de dólares adicionales en una década por sus exportaciones es a primera vista una quimera de las tantas que se le ocurren a uno cuando lanza al vuelo la imaginación.
Pero no lo es. Resulta que eso fue lo que dijo al principio de marzo el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, al hablar en la Universidad de Columbia, Nueva York, donde además reveló algo sorprendente: las barreras arancelarias que se ponen entre sí los países en desarrollo causan más pérdidas que las que les imponen las naciones del Primer Mundo.
Ambas cosas, ganancias potenciales con un comercio libre y que el Tercer Mundo se hace más daño a sí mismo con el proteccionismo, deberían tener en cuenta quienes se oponen a la liberación del comercio y le piden la cabeza a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Aunque Rato no ofreció cifras —algo incomprensible en una conferencia de este tipo—, revisando datos e informes de la Comisión Económica para América Latina de la ONU (CEPAL) y la OMC se pudo constatar que países como Brasil y Argentina —por citar sólo dos— han tejido una madeja de tarifas aduaneras que dificultan o encarecen las importaciones, pese a ser abanderados del Mercosur.
En la mayoría de las naciones asiáticas hay también barreras arancelarias muy altas, al igual que en las ex naciones comunistas de Europa y en una larga lista de países africanos.
Al observar estas trabas, sean arancelarias o de otro tipo —como la exigencia sinfín de certificados, subsidios, sanciones y otras—, se advierte que es mucho el terreno que hay que desbrozar para que el mundo tenga el comercio libre y moderno que le corresponde, corriendo ya el siglo XXI.
Quisiera reiterar que sólo los acuerdos multilaterales dentro de la OMC pueden facilitar el comercio en forma justa, porque en estas rondas globales de negociaciones cuando dos naciones acuerdan un recorte de aranceles sobre determinados productos éste es válido y de obligatorio cumplimiento para el resto de los 148 estados miembros de la OMC.
Esa ventaja de “todos para uno y uno para todos”, como la célebre consigna de Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas, expresa la superioridad de los acuerdos multilaterales sobre los bilaterales o regionales.
Por eso, ni EU ni la Unión Europea actúan en la dirección acertada si siguen favoreciendo acuerdos restringidos a países o regiones y sin eliminar los subsidios a la agricultura, ni el Tercer Mundo hace lo suyo al mantener esos muros proteccionistas que defienden algunos.
Vivimos en una especie de Arcadia sinvergüenza, donde el robo se contenta con actuar bajo la forma prudente del comercio.»

lunes, 30 de marzo de 2009

El campo mexicano y su realidad

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

"El día en que los agricultores mexicanos se sacudan
de los líderes corruptos, el campo mexicano verá un
nuevo amanecer."
(Querien Vangal)

Alrededor del campo mexicano siempre, a través de la historia, se han tejido mitos, el caso es que, ciertos o no, han sido fuente de grandes luchas y contradicciones, no sólo en México sino en el mundo entero.
En el caso de nuestro país, de hecho el campo fue en donde se encendió la chispa de la revolución, y por ende también esta está plagada de mitos. Un personaje producto genuino de la Revolución Mexicana fue Lázaro Cárdenas del Río, quien, para se congruente con el movimiento, también fue motivo de mitos. Indiscutiblemente, como humano que fue, tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas, sus virtudes y defectos, pero lo lamentable para él es que los máximos honores se le han rendido por mitos tejidos alrededor de una gestión diferente a la realidad, cuyo mérito es muy dudoso y que, pasado el tiempo, se ha visto otra realidad a la originalmente propagada. En esto destacan tres asuntos: la expropiación petrolera, el movimiento agrario, y el corporativismo.
En cuanto a la primera, ahora es de todos sabido que el que la apadrinó el gobierno de los Estados Unidos. Veamos: los mayores capitales invertidos en la explotación del petróleo en nuestro país era de origen europeo, principalmente inglés y alemán. Por otra parte, en 1938 se estaba calentando la tensión de la preguerra, situación que preocupaba mucho al gobierno de Washington, sobre todo por la existencia de capital alemán, por lo que para echar fuera a este tenía que empujar parejo y sacar a los todos capitales europeos, a costa de los ingleses y de sí mismos. Así es que provocaron el conflicto obrero para que, aprovechando esa coyuntura, darle motivos al gobierno de México para expropiar la industria. Fue notorio que, cuando Cárdenas leyó el decreto expropiatorio, el embajador estadounidense Daniels estaba a su diestra, en cambio Inglaterra, que fue la parte sacrificada, rompió relaciones con nuestro país, relaciones que se reanudaron cuando México declaró la guerra a Alemania en 1942. Además fue notorio, pero ¡claro!, se mantenía muy cayadito que toda la tecnología y contratos de exploración quedaron en manos de industrias estadounidenses.
Del movimiento agrario poco hay que decir pero es muy grande su alcance negativo para México. Simple y sencillamente fue la creación del mini y microfundio, así como del ejido, contexto del cual surgieron los tristemente célebres líderes agrarios, y fue de donde emanó el mar de corrupción en el cual han navegado toda esa pléyade de parásitos que tanto daño le han hecho al país y a su campo. Además, todo se complementó con las “prestigiadas y exitosas” instituciones llamadas Banco de Crédito Ejidal ---conocido como BANJIDAL, y que la gente, aludiendo a su “prestigio”, le decía BANDIDAL), Banco de Crédito Agrícola (BANGRICOLA) y Banco de Crédito Rural (BANRURAL) que le costaron el oro y el moro a nuestro país, ¡y claro! que obviamente también fueron guarida de una casta de mafiosos que arrasaron con lo que pudieron y más.
Finalmente, el corporativismo, sistema que dio nacimiento a las “insignes” instituciones: CTM, CNC y CNOP principalmente, cuna del corrupto sindicalismo podrido, que a su vez engendraron a esa casta de sinvergüenzas líderes sindicales que han explotado impunemente a los trabajadores de México.
Todos esos males han sido causa de un deterioro del campo mexicano que se antoja irreversible, y para que este alcance niveles aceptables va a pasar mucho tiempo de trabajo sostenido en un ambiente de honestidad a toda prueba, ¿será esto posible en nuestro amado México?
Además, como siempre sucede en nuestro país, es necesario que la verdad sea dicha sin ambages, pues resulta que los medios informativos más se preocupan por las noticias escandalosas que de la información seria y verás. Nos enteramos cuando hay marchas y bloqueos de gente supuestamente del campo, pero no de los avances en la productividad del mismo. Actualmente sabemos que se está trabajando seriamente en combatir la corrupción, y que los programas de subsidios se están entregando directamente a los beneficiarios, tratando con esto de eliminar a los personajes corruptos (líderes, intermediarios, gestores, etc.), quienes, al verse marginados, tratan, y de hecho lo consiguen ---para eso se pintan solos---, de alborotar la gallera organizando todos esos borlotes de que los medios mexicanos si dan cuenta. Son las instituciones y medios informativos extranjeros los que publican lo que pasa en nuestro país en ese renglón.
El Gobierno Federal invierte en el presente año 120 mil millones de pesos en el campo, cifra que, a pesar de que es la más alta en la historia del país destinada a ese sector y al medio rural, resulta menor a lo que realmente necesita el campo mexicano, pero es lo máximo que se puede estirar el presupuesto de que se dispone. Como se ve, resalta inmediatamente la falta de las reformas estructurales que el presidente Fox ha machacado prácticamente desde que inició su gestión, pero el Congreso, afectado por el Síndrome de Tapar el Pozo Después de que el Niño se Ahogó (STPDNA), procederá en consecuencia.
Un importante porcentaje de la referida cantidad está destinada a mejorar la comunidad, a impulsar proyectos diferentes a los agropecuarios, a equipar a los niños con mayores niveles educativos y asegurarles becas para que terminen la primaria, la secundaria, el bachillerato y lleguen a la universidad. De esta manera se otorgan por primera vez en nuestra historia un millón de becas, en el nivel bachillerato, escuela técnica y el universitario para jóvenes de comunidades rurales e indígenas. Hay que considerar importante que si bien es necesario invertir en producción, productividad y en mejor ingreso para las personas del campo y sus familias, también se requiere hacerlo en los niños y jóvenes.
Aquí cabe señalar que los financiamientos para el campo los está ya operando la naciente Financiera Rural, con financiamientos sanos para el campo, luego de haberse liquidado el BANRURAL que costó a nosotros los mexicanos más de 40 mil millones de pesos de carteras incobrables y pérdidas que se sucedieron a lo largo de los años. El nuevo sistema opera con mil asociados o trabajadores y funcionarios públicos; mientras que BANRURAL lo hacía con más de 3 mil 500 y en la actualidad se distribuye el crédito con inteligencia y así la Financiera Rural cumple con honestidad y transparencia su cometido.
Para reducir los costos de producción de los principales cultivos, como maíz, sorgo, trigo y cebada, la Secretaría de Agricultura destinó 110 millones de pesos para que los productores puedan disponer de fertilizantes nacionales a precios competitivos. Con esta medida los agricultores mexicanos podrán reducir sus costos de producción hasta 46%, ya que los fertilizantes son uno de los principales insumos para la producción.
Las exportaciones agroalimentarias de México al mundo, especialmente a Estados Unidos, ascendieron a 7 mil millones de dólares, más de mil 100 millones de dólares respecto al año 2000. Ese comportamiento favorable ha permitido que, desde el inicio del Tratado de Libre Comercia de América del Norte, el valor del comercio agrícola se haya casi triplicado, aumentando a 15 mil 200 millones de dólares en el 2003, sobresaliendo México por la calidad e inocuidad de sus frutas y hortalizas. Las exportaciones de estos productos continúan colocándose con fuerza dentro del mercado global, especialmente en Estados Unidos, en donde representan el 40% del total de las exportaciones de estos productos hacía ese destino, habiendo ascendido en el 2003 a 3 mil 200 millones de dólares.
Cada día son más las cadenas importantes como Wal Mart, propietaria de Sams Club, que envían a sus compradores a México a visitar a los agricultores y proveedores de las principales frutas y hortalizas que piden los consumidores estadounidenses. Sin embargo el contacto directo entre estas principales cadenas y los productores mexicanos no sólo se limitan al suelo mexicano, ya que también se efectúan importantes reuniones dentro del territorio estadounidense, gran parte debido a la asistencia que ofrece la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) para promover las exportaciones hacía los Estados Unidos.
El coordinador general de Promoción Comercial y Fomento de Exportaciones de SAGARPA informó que el principal objetivo es establecer el enlace directo entre productores mexicanos y las cadenas de autoservicio de Estados Unidos y de otras partes del mundo, además promover y divulgar que los productos de México son de gran calidad y que están certificados con sello Calidad Suprema México. Su oficina ha sido ---según los productores mexicanos--- ha sido pieza clave en el aumento de las exportaciones de frutas y hortalizas y también ha respondido a los nuevos desafíos creados por las autoridades estadounidenses, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. A raíz de esos acontecimientos nació la ley contra el bioterrorismo, que se aplica a todos los alimentos, bebidas y materias primas destinadas al consumo humano en Estados Unidos.
Como antes asenté, si bien es cierto que la problemática del campo mexicano es tan grande que se antoja imposible solucionarla, con la nueva política, a pesar de los líderes corruptos que se resisten a desaparecer, algo se va logrando y es importante que lo conozcamos y reconozcamos. Lo que sí se puede asegurar es que los borlotes organizados y manipulados por esos líderes corruptos no son congruentes con la realidad actual. Claro que, finalmente y de aquí para adelante, todo dependerá de la calidad de los funcionarios encargados de operar a las renovadas instituciones; ahí está el meollo del asunto, porque oiga usted, los mexicanos adolecemos de corrupción a tal grado que tendrán que pasar muchos años de depuración sostenida para enderezarnos aunque sea niveles aceptables. Total, siempre caemos en la misma tesitura y en el mismo cuestionamiento: ¿se podrá?

Airbus A-380, el gigante que vuela

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel


En la época actual cada día se produce algo que significa un avance en la tecnología y realmente, como ya nos acostumbramos, parece que ni importancia le damos. Pero, cuando brota algo como un avión diseñado para más de 800 pasajeros se queda uno anonadado; es un verdadero monstruo en el aire que no cabe en la mente siquiera imaginárselo, hasta que no lo vea uno allá arriba, surcando los aires con esa multitud en sus entrañas.

El avión gigante A-380, con capacidad de hasta 850 personas, puede realizar sus operaciones en el aeropuerto de Ciudad de México "sin riesgo alguno", aseguraron autoridades mexicanas y directivos de la fabricante europea Airbus.

El nuevo A-380, cuyo precio es de 290 millones de dólares, comenzará sus operaciones comerciales en 2006 y no se descarta que en ese lapso algunas de las aerolíneas, principalmente europeas, que viajan desde y hacia México, puedan utilizar estas aeronaves.

Autoridades aeroportuarias y aeronáuticas de este país comentaron hoy que el aeropuerto de la capital cuenta con los requisitos para que el A-380 pueda aterrizar y despegar sin problemas. No obstante, informaron de que se estudia la posibilidad de hacer algunas "pequeñas" adecuaciones, y así debe ser, recibir una nave de esa envergadura no es cualquier cosa, rebasa de golpe lo previsto."

El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es una terminal que atiende aviones transatlánticos y no existe problema alguno ni riesgos", según explicaros los funcionarios aeroportuarios.Sin embargo, para cumplir con los estándares internacionales se necesita que las dos pistas de este aeropuerto deben contar con una separación adicional de 60 metros de ancho para el A-380", añadieron las mismas fuentes.

El vicepresidente para América Latina y el Caribe de Airbus, el español Rafael Alonso, sostuvo que el aeropuerto de la Ciudad de México es una de las cincuenta terminales aéreas que cuentan con la infraestructura para atender las operaciones de este avión.

Explicó que el A-380, aunque es un aparato con un tren de aterrizaje con 22 ruedas y tiene un peso máximo de despegue de 560 toneladas, no necesita un espacio mayor al de los de su competencia, los Boeing 747-400, para sus aterrizajes y despegues.

La nave tiene una capacidad de 555 plazas en versión estándar, de hasta 850 en su configuración de máxima densidad, una envergadura de casi 80 metros, 73 de largo y 24,1 de alto (como un edificio de siete plantas) y una autonomía de vuelo de 15.000 kilómetros.

"Un A-380 puede operar en un espacio de ochenta por ochenta metros, que es la huella que deja el Boeing 747. Por tanto no hay misterio del tamaño del avión aunque su peso sobre la pista no es mayor al de la fabricante estadounidense", señaló. Sin embargo precisó que, de momento, no existe pedido alguno para las aerolíneas latinoamericanas debido a que "es un avión demasiado grande", pero que "tampoco se puede decir que en los próximos cinco años pudiera ser adquirido por alguna de ellas".

Según la Airbus, dentro de los pedidos que serán entregados están aerolíneas como la alemana Lufthansa, la francesa Air France e incluso una de Asia, Japan Airlines (JAL), empresas que operan hacia la Ciudad de México.

Finalizo haciéndome la pregunta de siempre: ¿Hasta donde llegará la tecnología humana?, y la única contestación cabal: Sólo Dios lo sabe. ¡ABUR!






















viernes, 27 de marzo de 2009

Un héroe del fútbol

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Sepp ‘El Gato’ Maier sobrevivió a los tres juegos más dramáticos en la historia del futbol, dos de ellos en México 70 y el otro en la final de Alemania 74, cuando vencieron a la poderosa Naranja Mecánica. Él vivió y sobrevivió a tres juegos de infarto. Fue protagonista de esas tres batallas, y en una de ellas vivió su propio Waterloo. Como pistón enloquecido su corazón latió e hizo latir con esa misma intensidad en tres de los duelos históricos y más dramáticos del fútbol mundial. Pero “El Gato” alemán tiene siete vidas. Cuatro le quedaron intactas, pero, seguramente, deseoso de gastarlas de la misma manera.
Josef-Dieter “Sepp” Maier. El mejor guardameta alemán de todos los tiempos. Con los brazos más largos que portero alguno haya tenido, Sepp Maier jugó cuatro Copas del Mundo: Inglaterra 66, México 70, Alemania 74 y Argentina 78.
En México 70 tuvo dos encuentros que la FIFA cataloga como los mejores en la historia del fútbol. En cuartos de final, el 14 de junio de 1970, en juego que desató la histeria en León, Guanajuato, Alemania venció en tiempos extras 3-2 a Inglaterra, campeón del mundo vigente con un gol de Gerd Mueller en el minuto 108. La tribuna, enloquecida, siguió de pie los tiempos extras en una marea implacable que llevaba el balón de área en área y las gargantas de alarido en alarido, emergiendo Maier como figura indiscutible de los germanos.
Y unas más… Alemania a semifinales, ante Italia, el 17 de junio, en el Estadio Azteca. Un desenlace trepidante, con Alemania sumando y sometiendo, pero el catenaccio italiano sentenció el juego: al minuto 111, Gianni Rivera, el “Bambino de Oro”, vence la estirada de Maier. Italia a la final ante Brasil. Alemania terminaría en tercer lugar al vencer 1-0 a Uruguay. Dos encuentros que en la naciente televisión con cobertura mundial fueron repetidos hasta la saciedad por todo el orbe.
El fútbol había editado dos tomos de 120 minutos de suspenso, misterio y drama. Y Sepp Maier estuvo ahí.
La revancha… Le aguardaba uno más, esta vez, con un final feliz. 7 de julio de 1974. Estadio Olímpico de Munich. 75,200 germanos enardecidos. Final de la Copa del Mundo Alemania 74. El anfitrión ante la aplanadora. En una esquina, el teutón inclaudicable de Maier, Beckenbauer, Vogts, Breitner, Overath, Mueller, Hoennes… y más.
En la otra, la Naranja Mecánica, la creación de Rinus Michels, Cruyff, Krol, Rep, Neeskens... y tantos otros.
Minuto 1. Neeskens de penalti hunde el balón en la red de Maier y una brutal daga en la piel abierta de una Alemania atónita, herida, consternada. Hasta entonces, Holanda había marcado ya 15 goles… y había recibido sólo uno. ¡Un gol en contra en 540 minutos de juego! Y Alemania sólo tenía 89 por delante. ¿Tiempos de hazañas? ¿Ante la mejor defensiva de la Copa, ante la perfección mecánica del fútbol total? Y Maier sufrió, como todos, como los más de 75 mil en el estadio, como millones de alemanes.
“Aún lo recuerdo”, señala Sepp Maier y sonríe largamente con su educado alemán y sus estudiados modales, a través de una intérprete. Y simplemente explicó el milagro alemán como un dogma, como idiosincrasia de una nación que ha sobrevivido a grandes derrotas y a brutales episodios épicos. “En Alemania no creemos en la derrota mientras hay un segundo de fútbol”, explica durante una ceremonia de la Embajada de Alemania en Los Ángeles promoviendo la Copa del Mundo 2006.
“Por eso sabíamos que debíamos ganar la Copa del Mundo en nuestro país”, afirma. Lo harían. Alemania empataría en penalti por conducto de Paul Breitner al 25 y sentenciaría con el “Torpedo alemán” Gerd Mueller al 43.
¿Cómo se sobrevive a tres juegos tan cruciales, tan dramáticos que se jugaron al borde del infarto?
Aparece de nuevo esa larga sonrisa en este hombre de 61 años. “Disfrutándolos, saboreando cada uno”.
Nunca más… Maier recuerda el llamado “Juego del Siglo”, que en realidad fueron dos. El primero aquella victoria sobre Inglaterra y el segundo la derrota ante Italia. Alarido, paroxismo, frenetismo, drama, histeria…
“No he vuelto a ver un juego igual al que le ganamos a Inglaterra. Fue grandioso, no creo que nadie que lo haya vivido o lo haya visto, pueda olvidarlo. Fue espectacular e inolvidable”, mientras se frota los brazos, al darse cuenta de que la memoria en tránsito le eriza la piel.
Pero tiene un valor especial la coronación en la Copa del Mundo de su país. No sólo por la historia inmortalizada en el título conseguido. En 1974 la grandeza de la víctima es la inmortalización del victimario. Alemania venció a la Holanda favorita, a la Holanda cautivante, a la Naranja Mecánica que mostraba al mundo una nueva forma de jugar al fútbol.
Guardavallas… Maier sigue vinculado al fútbol. Dejó su puesto de entrenador de porteros en la selección de Alemania por respeto a sus principios y honorabilidad, por defender a su amigo y arquero Oliver Kahn.
Sigue ligado al Bayern Munich y como estandarte mundial de su país, colabora para decirle al mundo que la mejor Copa del Mundo es la de 2006, con sede en Alemania.
Nadie duda de Alemania como anfitrión, pero las dudas persisten sobre Alemania como selección de fútbol. “Tal vez no está en el mejor momento, pero estoy convencido de que estará lista para el Mundial y para ser nuevamente campeona del mundo. Hay jugadores importantes y comprometidos”, explicó Maier.
Subraya incluso el ex arquero alemán que la Copa del Mundo será una competencia perfecta. En todos sentidos. Descarta incluso que el escándalo arbitral que sacude a la Bundesliga pueda manchar a la competencia o al país organizador.
“La prueba de que el fútbol alemán es inocente es que todos están ayudando a encontrar y castigar a los culpables. Son actos de personas que lastiman al fútbol, pero no es reflejo del fútbol”, dijo.
Durante la ceremonia de la Embajada de Alemania, Maier hizo gala de buen humor, de su habilidad para tratar el balón con pies y para refugiarlo y cobijarlo con las manos. Sigue de cerca el fútbol y sigue siendo futbolista.
¿Maradona, Pelé, Cruyff o Beckenbauer?
Ja, ja, ja. Todos fueron grandes futbolistas. A todos los quisiera en mi equipo, bromea.
¿Gordon Banks (inglés), Lev Yashin (ruso), Dino Zoff (italiano), Harold Schumacher (alemán) o Sepp Maier? ¿Quién ha sido el mejor portero?
¿Pero cómo puedes preguntar eso? Por supuesto que Sepp Maier, ¡Ya!, responde mientras se pone las manos en jarras bromeando en el ademán de reproche al reportero.
Compáreme el fútbol de antes de 1974, el de después de 1974 y el de hoy…?
Muy distintos. En 1974 el fútbol empezó a cambiar, todos los países empezaron a evolucionar con un fútbol más físico, hoy predomina esa forma de jugar, especialmente en Europa.
¿México?
¡Uuuuuuuf! Después del de Alemania, los mejores mundiales se han jugado ahí, en México. El de 1970 fue maravilloso y el de 1986 también. Han sido históricos, responde Maier. ¡Síííí, mi amigo!, dice en español con esa sonrisa que parece un ecuador a lo largo de su rostro.
Con un sitio privilegiado entre los críticos de su país, referente privilegiado para analizar el fútbol y a su selección nacional, Maier lanza un ¡Ya [sí en alemán]!, sobre si apuesta por Alemania para ser soberano mundial en 2006.
“El Gato”. Josef-Dieter “Sepp” Maier. Que perdió tres vidas de infartos en tres juegos épicos. Y que aún le restan cuatro para gastarlas.

Las circunstancias de la vida

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Nuestra vida no es simplemente una serie de circunstancias, una serie de días que van pasando uno detrás de otro, sino que todos los días de nuestra vida son un don de Dios, no sólo para nosotros, sino sobre todo un don de Dios para los demás, para aquellos que viven con nosotros. Un don de Dios que requiere, por parte nuestra, reconocerlo y hacernos conscientes de que efectivamente es un regalo de Dios. Y permitir, como consecuencia, que en nuestro corazón haya un espíritu agradecido por el hecho de ser un don de Dios.
En la historia de la humanidad, Dios ha ido dando dones constantemente, y a veces se prodiga de una forma particular en algunas circunstancias, por lo demás muy normales, muy corrientes, pero que se convierten de modo muy especial en don de Dios para sus hermanos. Es Él quien decide dar fuerza espiritual y fortaleza a los hombres y mujeres que entregan su vida en ayudar a los demás a caminar por la vida y que encuentren a Dios, que es quien decide hacer de nuestras vidas un don para los demás.
Ciertamente que esto requiere, por parte de quien toma conciencia de ser un don de Dios para los demás, una correspondencia. No basta con decir “yo me entrego a los demás”, “yo soy un don de Dios para los demás”, es necesario, también, estar conscientes de lo que por nuestra parte esto va a suponer. A veces podemos convivir con el don de Dios y no ser conscientes de que lo tenemos a nuestro lado y no ser conscientes de que Dios está junto a nosotros. Podemos estar conviviendo con el don de Dios y no reconocerlo.
De acuerdo con relato del Evangelio (Mateo 20, 17-28), algo así les había pasado a Santiago y a Juan, los hijos de Zebedeo. A pesar de llevar ya tiempo con nuestro Señor, no habían captado el don de Dios. Tanto es así que, justamente después que Cristo les habla de pasión, de muerte y de resurrección, acompañados de su madre, llegan y le dicen a Jesús: “Queremos sentarnos uno a tu derecha y otro a tu izquierda”. Cuando Jesús está hablando de renuncia, de entrega, de sacrificio, de redención, ellos le hablan a Cristo de dignidades, de cargos y de honores.
¡Qué misterio es el hecho de que se puede convivir con el don de Dios y, sin embargo, no reconocerlo! Nuestra vida puede ser una vida semejante a la de los hijos de Zebedeo, que tenían el don de Dios más grande —Cristo nuestro Señor—, y no lo habían reconocido.
El don de Dios, el Hijo de Dios caminaba con ellos, comía con ellos, dormía con ellos, les hablaba, les enseñaba, y ¡no lo habían reconocido! Es necesario tener los ojos abiertos y el corazón dispuesto a acoger el don de Dios, porque nos damos cuenta de que, no solamente Juan y Santiago no habían captado nada del don de Dios que era Cristo para sus vidas, tampoco nosotros mismos, muchas veces, lo hemos captado.
En éste pasaje del Evangelio encontramos una serie de características que tiene que tener nuestro corazón para ser capaz de reconocer el don de Dios: En primer lugar, estar dispuestos a servir a los demás; en segundo lugar, estar dispuestos a ir con Cristo, como corredentores, por el bien de los demás.
Corredentor, compañero y servidor son las características del corazón que está dispuesto a reconocer el don de Dios y del corazón que está dispuesto a ser don de Dios para nuestros hermanos. A nosotros, entonces, nos correspondería preguntarnos: ¿Soy yo también corredentor? ¿Tomo yo como mía la misión de Cristo, que es salvar a los hombres? ¿Soy compañero de Cristo, es decir, lo tengo frecuentemente en mi corazón, hago que los hechos de mi vida sean congruentes con mi fe, comparto con Él todo? ¿Su vida es mi vida, sus intereses los míos, sus inquietudes las mías? ¿Soy servidor de los demás? ¿Estoy dispuesto a ser de los que sirven, de los que ayudan, de los que colaboran, de los que cooperan, de los que se entregan, de los que dan sin esperar necesariamente una recompensa?
Así como Jesucristo no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate de muchos, ¿tenemos nosotros la conciencia de que éste debe ser el retrato de nuestra vida: corredentores, compañeros y servidores de Cristo? Esta conciencia, que nos convierte en don de Dios para los demás, es la que nos convierte en colaboradores, en ayuda y en camino de Dios para nuestros hermanos los seres humanos.
No soñemos pensando que simplemente porque los criterios del Evangelio más o menos se nos emparejen y estemos de acuerdo con ellos, ya por eso tenemos claro el don de Dios. Si no somos con Cristo corredentores, si no somos con Cristo servidores de nuestros hermanos, seremos lo que seamos, pero no podemos decir que hemos encontrado el don de Dios, porque nos estamos engañando.
Cuando el Señor nos llama a la fe cristiana, es para llenarnos de cosas cotidianas y normales, como es cada una de nuestras vidas. En lo cotidiano está el don, no tenemos que buscar cosas extraordinarias ni milagros ni cosas raras.
Pidámosle a Dios que nos conceda abrir nuestro corazón al Su Don, pero también pidámosle que nos permita abrir nuestro corazón para que también nosotros, corredentores, compañeros y servidores, sepamos ser don de Dios para los demás. Este sentimiento provoca unidad entre los seres humanos, y unidad es una de las principales carencias que tenemos los mexicanos, luchemos por revertirla en bien de nuestro país, ¡por México y para México!

¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Todo el mundo, cristianos o no, esperan con ansia la Semana Santa para vacacionar y divertirse, pero ¿sabe la gente algo de la Semana Santa, y porque cambia de fecha cada año? En una encuesta realizada recientemente, el 95% ligó la Semana Santa con descanso y diversión, pero sólo el 2% supo por qué cambia de fecha cada año.
El Año litúrgico se fija a partir del ciclo lunar, es decir, no se ciñe estrictamente al año calendario. La fiesta más importante de los católicos, después de la Navidad, debería ser la Semana Santa, ésta coincide con la fiesta de la "pascua judía" o Pesaj, misma que se realiza cuando hay luna llena. Se cree que la noche que el pueblo judío huyó de Egipto, había luna llena lo que les permitió prescindir de las lámparas para que no les descubrieran los soldados del faraón.
La Iglesia fija su Año litúrgico a partir de la luna llena que se presenta entre el mes de marzo o de abril. Por lo tanto, cuando Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos, respetando la tradición judía de celebrar la pascua - el paso del pueblo escogido a través del Mar Rojo hacia la tierra prometida - debía de haber sido una noche de luna llena. Hecho que se repite cada Jueves Santo.
La Iglesia marca esa fecha como el centro del Año litúrgico y las demás fiestas que se relacionan con esta fecha cambian de día de celebración una o dos semanas.
Las fiestas que cambian año con año, son las siguientes:
Miércoles de Ceniza
Semana Santa
La Ascensión del Señor
Pentecostés
Fiesta de Cristo Rey
Ahora, hay fiestas litúrgicas que nunca cambian de fecha, como por ejemplo:
Navidad
Epifanía
Candelaria
Fiesta de San Pedro y San Pablo
La Asunción de la Virgen
Fiesta de todos los santos
Celebraciones Móviles del Tiempo Litúrgico

En el año litúrgico existen celebraciones móviles, es decir que no siempre se llevan a cabo en la misma fecha por lo que es de gran utilidad contar con una Tabla de Celebraciones Móviles para poder conocer la fecha exacta de determinada celebración.

Creatividad bidimensional

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Para ser verdaderamente creativo hay que crear dos veces: primero en la mente y después en la realidad.
Aquello que queramos realizar hay que concebirlo en nuestra imaginación, alimentarlo, vivir un periodo de incubación, visualizarlo con todo detalle y apoyarlo con argumentos de sí se puede. Por eso es tan importante recobrar nuestra capacidad de soñar; los grandes soñadores han sido los sembradores del cambio.
El líder es responsable de la supervisión, de la óptica para guiar a sus colaboradores por el campo correcto; todo se le perdona a un líder, menos una cosa: equivocarse. No puede poner a trabajar a otros en el campo equivocado.
La pregunta es: ¿De dónde surge la visión del líder? Surge de su capacidad de soñar, de imaginar lo que podría ser, de tener la capacidad de procesar la realidad con todas sus adversidades, y a través de un optimismo irreductible encontrar los caminos para convertir esos sueños en realidad. Pero debo insistir en la necesidad de estimular nuestra imaginación a través de la creación de fantasías, de lecturas diversas, de pensar y de hablarse a uno mismo de sus proyectos.
La patria del ser humano son sus ilusiones, la vida es su proyecto. Cuando sabemos qué deseamos y agregamos la suficiente fe para tener la seguridad de lograrlo, se ha iniciado el camino y como por arte de magia las adversidades se convierten en retos a superar; ya no representan pesadas cargas que hay que soportar, sino desafíos a vencer.
En este punto la mitad de la ruta ya se ha recorrido y es cuando debe entrar la voluntad, que debe ser más fuerte que la adversidad.
Entonces hemos de administrarnos correctamente para realizar nuestros deseos en cosas palpables. El líder debe tener simultáneamente la visión y la capacidad administrativa. Debe crear en la mente correctamente para lograrlo; ser líder y administrador se conjugan en el gran realizador.

Noviembre de 2003

Comprensión y tolerancia

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

“Tolerancia: virtud difícil, pues el primer movimiento,
y aún el segundo, es de odio hacia el que no piensa
como nosotros”. (Querien Vangal)

Cada vez que en la vida se nos presenta el grito de súplica, de perdón por parte de nuestros semejantes, al mismo tiempo está hablándonos de la importancia que tiene nuestra conversión interior. En un simple examen de conciencia nos damos cuenta de que hemos cometido iniquidades, así como de que se nos han hecho cosas malas, pero, constantemente, nuestra conciencia nos dice cómo tenemos que aprender a ser comprensivos, tolerantes y pacientes, de cómo nuestro corazón tiene que irse transformando para ser congruente, y de cómo no puede haber ninguna dimensión de nuestra vida que quede alejada del encuentro convertido con Dios. Así como es importante que convirtamos y cambiemos nuestras obras, es profundamente importante que también cambiemos nuestro interior.
Nuestros principios básicos nos hablan de la capacidad de ser misericordiosos, de no juzgar, de no condenar y de perdonar. Esto que para nosotros podría ser algo muy sencillo, porque es que si me hiciste un daño, yo no te lo tomo en cuenta; requiere del espíritu una actitud muy diferente, una actitud de una muy profunda transformación. Una transformación que necesariamente tiene que empezar por la purificación, por la conversión de nuestra inteligencia.
Cuántas veces es el modo en el cual interpretamos la vida, el modo en el cual nosotros «leemos» la vida lo que nos hace pecar, lo que nos hace apartarnos de Dios. Cuántas veces es nuestro comportamiento: lo que nosotros decimos o hacemos. Cuántas veces es simplemente nuestra voluntad: las cosas que nosotros queremos. ¡Cuántas veces nuestros errores y nuestro alejamiento de Dios vienen porque, en el fondo de nuestro espíritu, no existe un auténtico amor a la verdad! Un amor a la verdad que sea capaz de pasar por encima de nosotros mismos, que sea capaz de cuestionar, de purificar y de transformar constantemente nuestros criterios, los juicios que tenemos hechos, los pensamientos que hemos forjado de las personas. Cuántas veces, tristemente, es la falta de un auténtico amor a la verdad lo que nos hace caminar por caminos de egoísmo, por caminos que nos van escondiendo de Dios.
Y cuántas veces, la búsqueda de Dios para cada una de nuestras almas se realiza a través de iluminar nuestra inteligencia, nuestra capacidad de juzgar, para así poder cambiar la vida. ¡Qué difícil es cambiar una vida cuando los ojos están cerrados, cuando la luz de la inteligencia no quiere reconocer dónde está el bien y dónde está el mal, cuál es el camino que hay que seguir y cuál el que hay que evitar!
Uno de los trabajos que el espíritu tiene que atreverse a hacer es el de cuestionar si sus criterios y sus juicios sobre las personas, sobre las cosas y sobre las situaciones, son los criterios y los juicios que tengo que tener según lo que la ética me marca, según lo que Dios me está pidiendo. Pero esto es muy difícil, porque cada vez que lo hacemos, cada vez que tenemos que tocar la conversión y la purificación de nuestra inteligencia, nos damos cuenta de que estamos tocando el modo en el cual nosotros vemos la vida, incluso a veces, el modo en el cual nosotros hemos estructurado nuestra existencia. Y tu Dios llega y te dice que aun eso tienes que cambiarlo. Que con la medida con la que tú midas, se te va a medir a ti; que el modo en el cual tú juzgas la vida y la estructuras, el modo en el cual tú entiendas tu existencia, en ese mismo modo vas a ser juzgado y entendido; porque el modo en el cual nosotros vemos la vida, es el mismo modo en el cual la vida nos ve a nosotros.
Esto es algo muy serio, porque si nosotros vamos por la vida con unos ojos y con una inteligencia que no son los ojos ni la inteligencia de Dios, la vida nos va a regresar una forma de actuar que no es la de Dios. No vamos a ser capaces de ver exactamente cómo Dios está queriendo actuar en esta persona, en esta cosa o en esta circunstancia para nuestra superación.
“Con la misma medida que midáis, seréis medido”. Si no eres capaz de medir con una inteligencia abierta lo que Dios pide, si no eres capaz de medir con una inteligencia luminosa las situaciones que te rodean, si no eres capaz de exigirte ver siempre la verdad y lo que Dios quiere para la superación de tu espíritu en todas las cosas que están junto a ti, ésa medida se le está aplicando, en ese mismo momento, a tu espíritu.
Qué importante es que aprendamos a purificar nuestra inteligencia, a dudar de los juicios que hacemos de las personas y de las cosas, o por lo menos, a que los confrontemos constantemente con Dios, para ver si estamos en un error o para ver qué es lo que El quiere que saquemos de esa situación concreta en la cual Él nos está poniendo.
Pero cuántas veces lo que hacemos con Dios, no es ver qué es lo que Él nos quiere decir, sino simplemente lo que yo le quiero decir. Y éste es un tremendo riesgo que nos lleva muy lejos de la auténtica conversión, que nos aparta muy seriamente de la transformación de nuestra vida, porque es a través del modo en el cual vemos nuestra existencia y vemos las circunstancias que nos rodean, donde podemos estar llenando nuestra vida, no de los criterios de Dios, no de los juicios de Dios, sino de nuestros criterios y de nuestros juicios. Además, tristemente, los pintamos como si fuesen de Dios, y entonces sí que estamos perdidos, porque tenemos dentro de nuestro espíritu una serie de criterios que juzgamos ser de Dios, pero que realmente son nuestros propios criterios.
Aquí sí que se nos podría aplicar la frase tan tremenda del Evangelio: “¡Ay de vosotros, guías ciegos, que no veis, y vais llevando a los demás por donde no deben!”. También es muy seria la frase de Cristo: “Si lo que tiene que ser luz en ti, es oscuridad, ¿cuáles no serán tus tinieblas?”.
La conversión de nuestra inteligencia, la transformación de nuestros criterios y de nuestros juicios es un camino que también tenemos que ir atreviéndonos a hacer en nuestra vida. ¿Y cuál es el camino, cuál es la posibilidad para esta transformación? El mismo Cristo nos lo dice: “Dad y se os dará”. Mantengan siempre abierta su mente, mantengan siempre dispuesto todo su interior a darse, para que realmente Dios les pueda dar, para que Dios pueda llegar a ustedes, pueda llegar a su espíritu y ahí ir transformando todo lo que tiene que cambiar.
Es un camino, es un trabajo, es un esfuerzo que también nos pide nuestra vida. No lo descuidemos, al contrario, hagamos de cada día de nuestra vida un día en el que nos cuestionemos si todo lo que tenemos en nuestro interior es realmente de Dios.
Preguntémosle a Dios: ¿Cómo puedo hacer para verte más? ¿Cómo puedo hacer para encontrarme más contigo?
La fe es el camino. Ojalá sepamos aplicar nuestra fe a toda nuestra vida a través de la purificación de nuestra inteligencia, para que en toda circunstancia, en toda persona, podamos encontrar lo que Dios nos quiera dar para nuestra superación personal.

Todos estamos llenos de debilidades y errores; perdonémonos recíprocamente nuestras tonterías: ésta es la primera ley de la naturaleza…. Soy partidario de la tolerancia, ese sagrado derecho natural, baluarte de la verdad, y que es lo más importante de todo para el falible ser humano.

sábado, 7 de marzo de 2009

Defendamos cualquier vida, prioritariamente la humana.

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

“Ante todo, vivir”. ¡Pleonasmo!
Vivir es todo y nada, por lo tanto,
puede anteponérsele."

Entre los derechos «incómodos» a los que continuamente hacemos referencia, está, en primerísimo plano, el derecho a la vida; está el deber de su defensa desde la concepción. También éste es un tema siempre recurrente -y de tonos dramáticos- en el contexto socio-político. Esta continua denuncia de cualquier legalización del aborto ha sido definida incluso como «obsesiva» por ciertos sectores político-culturales. Son los mismos que sostienen que las «razones humanitarias» están de su parte, de la parte que ha llevado a los Parlamentos a dictar medidas permisivas sobre la interrupción del embarazo.
El derecho a la vida es, para el hombre, el derecho fundamental. Y sin embargo, cierta cultura contemporánea ha querido negarlo, transformándolo en un derecho «incómodo» de defender. ¡No hay ningún otro derecho que afecte más de cerca a la existencia misma de la persona! Derecho a la vida significa derecho a venir a la luz, y luego, a perseverar en la existencia hasta su natural extinción: «Mientras vivo, tengo derecho a vivir».
La cuestión del niño concebido y no nacido es un problema especialmente delicado, y sin embargo, claro. La legalización de la interrupción del embarazo no es otra cosa que la autorización dada al hombre adulto -con el aval de una ley instituida- para privar de la vida al hombre no nacido y, por eso, incapaz de defenderse. Es difícil pensar en una situación más injusta, y es de verdad difícil poder hablar aquí de obsesión, desde el momento en que entra en juego un fundamental imperativo de toda conciencia recta: la defensa del derecho a la vida de un ser humano inocente e inerme.
Con frecuencia la cuestión se presenta como derecho de la mujer a una libre elección frente a la vida que ya existe en ella, que ella ya lleva en su seno: la mujer tendría que tener el derecho de elegir entre dar y quitar la vida al niño concebido. Cualquiera puede ver que ésta es una alternativa sólo aparente. ¡No se puede hablar de derecho a elegir cuando lo que está en cuestión es un evidente mal moral, cuando se trata simplemente del mandamiento de No matar!
¿Este mandamiento prevé acaso alguna excepción? La respuesta, de suyo, es «no» ya que hasta la hipótesis de la legítima defensa, que no se refiere nunca a un inocente sino siempre y solamente a un agresor injusto, debe respetar el principio que los moralistas llaman “prineipium ineulpatae tutelae” (principio de defensa irreprensible): para ser legítima esa «defensa» debe llevarse a cabo de modo que inflija el menor daño y, si es posible, que deje a salvo la vida del agresor.
El caso de un niño no nacido no entra en semejante situación. Un niño concebido en el seno de la madre no es nunca un agresor injusto, es un ser indefenso que espera ser acogido y ayudado.
Es obligado reconocer que, en este campo, somos testigos de verdaderas tragedias humanas. Muchas veces las mujeres son víctima del egoísmo masculino, en el sentido de que el hombre que ha contribuido a la concepción de la nueva vida no quiere luego hacerse cargo de ella y echa la responsabilidad sobre la mujer como si ella fuese la única «culpable». Precisamente cuando la mujer tiene mayor necesidad de la ayuda del hombre, éste se comporta como un cínico egoísta, capaz de aprovecharse del afecto y de la debilidad, pero refractario a todo sentido de responsabilidad por el propio acto. Son problemas que conocen bien, no sólo los confesionarios, sino además los tribunales de todo el mundo y, cada vez más, también los tribunales de menores.
Por tanto, rechazo firmemente la fórmula pro choice («por la elección»). Es necesario decidirse con valentía por la fórmula pro woman («por la mujer»), es decir, por una elección que está verdaderamente a favor de la mujer. Es ella quien paga el más alto precio, no solamente por su maternidad, sino aún más por destruirla, por la supresión de la vida del niño concebido. La única actitud honesta en este caso es la de la radical solidaridad con la mujer. No es lícito dejarla sola. Las experiencias de diversos centros asesores demuestran que la mujer no quiere suprimir la vida del niño que lleva en su seno. Si es ayudada en esta situación, y si al mismo tiempo es liberada de la intimidación del ambiente circundante, entonces es incluso capaz de heroísmo. Lo atestiguan, decía, numerosos centros asesores y, sobre todo, las casas para madres adolescentes.
Parece, pues, que la mentalidad de la sociedad está comenzando a madurar en su justa dirección, aunque todavía sean muchos esos sedicentes «benefactores» que pretenden ayudar a la mujer liberándola de la perspectiva de la maternidad.
Nos encontramos aquí en un punto, por así decir, neurálgico, sea visto tanto desde los derechos del ser humano, como desde el derecho de la moral y de la sociedad. Todos estos aspectos están estrechamente unidos entre sí. Se trata de un problema de gran envergadura, en el que todos debemos demostrar la máxima responsabilidad y vigilancia. No podemos permitirnos formas de permisivismo que llevarían directamente al conculcamiento de los derechos del ser humano, y también a la aniquilación de los valores fundamentales, no solamente de la vida de las personas singulares y de las familias, sino de la misma sociedad. ¿No es acaso una triste verdad eso a lo que se alude con la fuerte expresión de civilización de la muerte?
Obviamente, lo contrario de la civilización de la muerte no es y no puede ser el programa de la multiplicación irresponsable de la población sobre el globo terrestre. Hay que tomar en consideración el índice demográfico, y la vía justa es lo que llamamos paternidad y maternidad responsables. Los centros asesores familiares de las Iglesias cristianas (católica y no católicas) así lo enseñan. La paternidad y la maternidad responsables son el postulado del amor por el ser humano, y son también el postulado de un auténtico amor conyugal, porque el amor no puede ser irresponsable. Su belleza está contenida en su responsabilidad. Cuando el amor es verdaderamente responsable es también verdaderamente libre.
Ésta es la enseñanza que aprendí de mis venerados mayores y que, después, se complementó con la de personas cercanas a mi. Cuando se hablaba de Amor y responsabilidad, como he dicho, ellos mismos fueron mis educadores en ese campo. Ellos, hombres y mujeres, contribuían creativamente al desarrollo de las familias, al desarrollo de la mística de la paternidad y de la maternidad responsables, a la formación de centros asesores que tuvieron luego un óptimo desarrollo. La principal actividad de estos centros, su primera tarea, estaba y está dirigida al amor humano; en ellos se vivía y se vive la responsabilidad para el amor humano, el amor al prójimo.
El deseo es que tal responsabilidad no falte nunca en ningún sitio y en ninguna persona, que no falte ni en los legisladores ni en los educadores. ¡A cuántas personas anónimas desearía rendir aquí homenaje y expresarles la más profunda gratitud por su generoso esfuerzo y su dedicación sin tasa! En su comportamiento queda confirmada la cristiana y personalista verdad del hombre, que se realiza en la medida en que sabe hacerse don gratuito para los demás.
Dios, que es el supremo legislador, promulgó con gran fuerza sobre el Sinaí el mandamiento de «No matar», como un imperativo moral de carácter absoluto. Lévinas, que como sus correligionarios vivió profundamente el drama del holocausto, ofrece de este fundamental mandamiento del decálogo una singular formulación: para él, la persona se manifiesta a través del rostro. La filosofía del rostro es también uno de los temas del Antiguo Testamento, de los Salmos y de los escritos de los profetas, en los que con frecuencia se habla de la «búsqueda del rostro de Dios» (cfr. por ej. el Salmo 27-26,8). A través del rostro habla el hombre, habla en particular todo hombre que ha sufrido una injusticia, habla y pronuncia estas palabras: «¡No me mates!». El rostro humano y el mandamiento de «No matar» se unen en Lévinas de modo genial, convirtiéndose al mismo tiempo en un testimonio de nuestra época, en la que incluso Parlamentos, Parlamentos democráticamente elegidos, decretan asesinatos con tanta facilidad.
Sobre un tema tan doloroso quizá sea mejor no decir más. Sin embargo, se seguirá hablando, tal parece que per saecula saeculorum.