lunes, 9 de agosto de 2010

Se crean problemas, para luego demostrar su "eficacia” resolviéndolos

 

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Octubre / 2008

Ya hay voces preocupadas en los medios de opinión, por lo que dicen podría ser el retorno del PRI al poder en 2012, porque la sociedad mexicana añora la mano dura con que el gobierno de manera arbitraria, y auque fuera autoritario, antidemocrático y violador de los derechos humanos, mantenía el orden y la paz, en contraste con lo que ahora vivimos.  Además, extraña el falso y abusivo paternalismo con que siempre actuó el viejo régimen. Aquello de que "no te preocupes, tu no tienes que hacer nada, yo te lo haré", y claro, hacían las cosas pero a un alto costo, del cual buena parte iba a engrosar los bolsillos de los funcionarios públicos en turno.

-- «El genio de Abel Quezada plasmó en uno de sus famosos cartones, para aludir a esa posición, clásica del borreguismo al que mal se acostumbró la sociedad mexicana, a un señorón vestido de levita, figurando al gobierno, con el brazo abajo pero la mano con la palma hacía arriba, e ella tenía maíz, el cual se los daba a un rebaño de borregos que lo rodeaba» --

Esa añoranza, además de falsa, es simplista. Durante el priísmo no se vivió la era de paz por la que ahora se suspira, aunque los medios de comunicación no solían dar cuenta, como lo hacen ahora, de la multiplicidad de problemas que se vivían en distintos puntos de la geografía, con motivo del narcotráfico.   

Este mal, del que se dice que fue sembrado en el país por un acuerdo entre los Gobiernos de México y los Estados Unidos en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, para abastecer de mariguana a los combatientes norteamericanos en Europa y que se mantuvo y floreció no sólo en México sino en otras latitudes con motivo de la guerra de Vietnam, se volvió un serio problema ya en la década de los 60.

Recuerdo un documental, de los que filmaba Demetrio Bilbatúa, titulado "Las Flores del mal", en el cual se daba cuenta de las acciones del Ejército Mexicano destruyendo sembradíos de amapola.  Y en aquella época los militares ejecutaban sin juicio a los que agarraban con las manos en la masa, total allá en la sierra ni se daba cuenta nadie.

Luego hubo años de floreciente negocio del narcotráfico en el Estado de Sinaloa, donde se habla de la protección de algunos gobernadores a dichos cultivos. El mal llegó a tales extremos de violencia y escándalo, con muertos a pleno día, balaceras cruzadas y ejecuciones, que el Presidente José López Porillo puso en marcha la "Operación Cóndor".

¿Fue eficaz el gobierno priísta en el combate al narcotráfico? Por supuesto que no. Uno de los efectos de la misma, mientras duró, fue el fenómeno cucaracha. De esos años proviene la emigración de los capos a Jalisco y estados aledaños. Lejos de que se acabara con el narcotráfico en Sinaloa, curiosamente floreció en los años de Antonio Toledo Corro.

Del mismo modo, en la gestión de Enrique Álvarez del Castillo en la Procuraduría General de la República y de Gobernador de Jalisco, la actividad económica más productiva en esa zona fue el narcotráfico, también con su cuota de muertos y violencia.

Así que es de dudar la eficacia de los gobiernos priístas para resolver el tema del narcotráfico. Y no hay que ir al pasado: en los gobiernos priístas vigentes existe este problema, que fue sembrado, cultivado, regado, protegido y generado dividendos para el viejo sistema. Así que el argumento no es válido.

Por otro lado, recordemos que los priístas usaron con mucha frecuencia la técnica maquiavélica de crear problemas y luego "resolverlos", a fin de obtener beneficios políticos. Un caso paradigmático de este fenómeno es el movimiento estudiantil del 68, del cual se dice que fue promovido, alentado y capitalizado por Luis Echeverría Álvarez, desde la Secretaría de Gobernación, para "resolverlo" y con ello recibir el beneficio del dedazo de Gustavo Díaz Ordaz para hacerlo candidato del PRI a la Presidencia de la República.   ¿Especulación? Probablemente, todo es posible en este valle de lágrimas, pero ese rumor creció y creció, ¿qui lo sa?

Otro ejemplo típico fue la actuación de Manuel Camacho Solís en la Regencia del DF, donde financiaba movimientos "populares" –que ahora capitaliza el PRD– para crear problemas y luego "resolverlos", con la pretensión de demostrar que era eficaz y, por tanto, indispensable. Digo más, era el hombre adecuado para suceder a Carlos Salinas de Gortari. Pero le falló. Su lengua lo traicionó.

Esta estrategia no ha muerto. Priístas y ex priístas que actualmente ocupan cargos públicos en diferentes puestos, no se han olvidado del método, y cuando ven que su posición está en peligro, suelen crear un problema y "resolverlo", para demostrar lo eficaces que son, su competencia y la necesidad de que permanezcan en el puesto. Así se salvan una y otra vez.   En esos menesteres si que se la saben, son viejos lobos de mar, pero en lo que no han reparado es que ese mar lo enturbiaron y que la mugre con que lo hicieron no se limpiará en muchos años.

Me pregunto si, independientemente de la realidad del problema de seguridad pública que existe en el país, del narcotráfico y del secuestro, no habrá algo semejante en lo que ahora ocurre.

Resulta que cuando las cosas se ponen críticas, las ineficaces policías del DF y Federales, de pronto se vuelven muy eficientes, capturan en pocas horas a responsables de delitos que antes no se resolvían, capturan bandas por montón, confiscan millones de dólares, etc.…

Una eficacia muy oportuna, avalada luego por allí con aplausos sociales, y que permiten que los mismos de antes, sigan ahora en los mismos puestos y se proyecten hacia el futuro. El maquiavelismo existe.

Ahora bien, también es importante hacer notar que en la era de la Trinca Infernal (PNR-PRM-PRI), la alta delincuencia estaba coludida con funcionarios del Gobierno, y accionaban protegidos por funcionarios del mismo, así es que no se notaban.  Pero ahora que las cosas han cambiado y se los persigue con dureza, así es que es lógico que reaccionen violentamente.  A toda acción corresponde una reacción en igual magnitud y dirección pero de sentido opuesto. – 2ª ley de Newton--

 



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