Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
Noviembre / 2008
¿Por qué será? ¿Se ha fijado usted que todos los liderazgos izquierdistas, socialistas, marxistas-leninistas o simplemente "bananeros", son muy buenos para señalar la paja en el ojo ajeno, a la vez que son incapaces de reconocer la viga que portan en el propio?
Son igualitos. Cortados –según dijera mi santa abuelita, por la misma tijera. Verá usted en qué fundo mi afirmación. Lo doméstico ya lo platicamos en ocasiones anteriores. Si el lector no tiene nada más importante que hacer, le platicaré lo que me encontré sobre Hugo Chávez, actual "gobernante" en Venezuela.
Barinas, el escenario
El escenario es Barinas, el estado natal del cachorro cubano en Venezuela. Las características del lugar son interesantes: La extrema pobreza y el asfixiante calor son las principales características que identifican al estado llanero de Barinas, bautizado como la "cuna de la revolución" por ser el lugar donde, el 28 de julio de 1954, nació el hoy presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Su Graciosa Majestad Hugo Chávez Frías.
La Historia de los Chávez
"Vivían en Sabaneta –a 35 kilómetros de Barinas– en una casita de caña con piso de tierra. Luego, cuando llegaron a Barinas, vivieron en una casita de 45 metros cuadrados que el Gobierno de Raúl Leoni daba a los pobres", ese es el testimonio de Rogelio Peña Alí, ex alcalde de Barinas y hoy candidato a la gubernatura por el partido Acción Democrática.
Los padres del cachorro fueron Hugo de los Reyes Chávez, profesor de primaria, y Elena Frías, empleada encargada de comprar alimentos para las escuelas estatales. La abuela Rosa Inés se hizo cargo del cuidado de los dos hijos mayores: Hugo y Adán.
El Experimento: Un patriarca para Barinas
Ya para 1998, después de un frustrado golpe de estado que le cuesta dos años en la cárcel; y más tarde, el arribo a la presidencia con un proyecto socialista bajo el brazo, Hugo Chávez anima y apoya en todos aspectos a su padre, para que gane la gubernatura de Barinas. Aquí es el momento en que todo mundo se percata que se inicia un visible cambio en la forma de vida de la familia Chávez Frías.
¿Sabe usted cuánto tiempo lleva "gobernando" el papá de Hugo Chávez? La friolera de 10 años. Lo que significa que el paladín de la democracia venezolana ha sostenido a su señor padre en el poder, "hasta que el cuerpo aguante".
Es prudente conocer la percepción de quienes viven y padecen la megalomanía de los Chávez. La postura no deja lugar a dudas: Papi Chávez ha demostrado "corrupción e ineficiencia administrativa", de acuerdo con las afirmaciones de Wilmer Azuaje, el ex diputado chavista que fue expulsado del Partido Socialista Unido de Venezuela, luego de que denunciara penalmente los malos manejos del gobernador.
Esto significa además que el "estás conmigo o contra mí" de los Chávez, se ha aplicado en serio. La coincidencia con López Obrador es extraordinaria. Recordará usted que quienes no siguen sus consignas son acusados de traidores a la Patria o de que Mouriño les agarra la piernita.
Otra coincidencia: El Gatopardismo en la cuenta pública
Independientemente de lo que dice Azuaje, hay hechos que causan asombro, por decir lo menos. En el terreno de la transparencia y la rendición de cuentas. La malversación de fondos llega a los 265 millones de dólares. Fernández Noroña ya habría quemado en leña verde al gobernador panista que tuviera un lastre financiero de estas dimensiones.
González Garza habría pegado el grito en el cielo, si se enterara de que un político que no fuera del PRD, hubiera adjudicado –sin convocatoria, sin concurso, sin licitación– como si fuera "crédito a la palabra", las obras de construcción de más de 20 instituciones educativas, a amigos y parientes de la familia feliz bolivariana.
Marcelo Ebrard quedaría mudo y se cortaría las venas con una rama de apio, si se enterara de los chanchullos que un gobernador "de la derecha ultraconservadora", hubiera hecho con la remodelación del estadio de Barinas para la Copa América de 2007. ¿De qué estamos hablando?
Primero hay que aclarar que desde entonces, la obra aún no se ha terminado. Costó 140 millones de dólares, "con un sobreprecio de 35 millones", recuerdan los detractores de la familia Chávez, y que vale la pena precisar, sirvió para jugar un solo partido: el de la selección de Estados Unidos contra la oncena de Paraguay.
Nosotros, en México, nos espantamos con los temas de Lolita y René Bejarano; con el joven Ponce y con Carlitos Imaz; con Nico, el chofer asesor de AMLO; y con la agencia de colocaciones que descubrieron Valentina y Martí Batres. Pero la gran familia defensora de los pobres entre los pobres, también tiene su historia.
En el proyecto del estadio participó Adelis Chávez, quien adicionalmente fue nombrado vicepresidente ejecutivo de la Copa América. Alguien tuvo la ocurrencia de crearle el cargo de Secretario de Estado de Barinas a otro pariente de la gran familia socialista bolivariana –Argenis Chávez–, con singular misión de ayudar a gobernar –dijera Gabilondo Soler (Cri-Cri)– a su pobre papá.
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