viernes, 13 de agosto de 2010

La manzana de la discordia

 
Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Noviembre / 2008

 

 

Con especial atención, la ciudadanía siguió el desarrollo de las primeras consultas programadas sobre la reforma de PEMEX, foros en los que, como paso inicial, participaron los partidos políticos, dando a conocer su posicionamiento y punto de vista sobre el tema.

El dirigente del PAN, en su intervención arrogante y dogmática, estuvo plena de descalificaciones y ataques en contra de los demás partidos, pero en especial en contra del PRD. A nuestra manera de ver, desperdiciaron una valiosa oportunidad para fundamentar su posición, y por el contrario, provocó, desde el inicio del foro, que las posiciones partidistas se polarizaran.

En el PRD, además de Cuauhtémoc Cárdenas, con una intervención mesurada y seria, participaron otros políticos afines a López Obrador, que se dedicaron a exaltar al "legítimo" y a denostar al "espurio", con planteamientos envueltos en dogmatismos, que eliminan la posibilidad de diálogo.
 
Estos partidos y en esos foros, perdieron la oportunidad de exponer razones y de tender puentes entre sí, para estar en posibilidad de llegar a soluciones.
 
En forma muy diferente, contrastante, las exposiciones hechas por eminentes constitucionalistas, se distinguieron por su exposición respetuosa acerca de su punto de vista sobre la naturaleza presentada por Felipe Calderón. Sin embargo, el tema petrolero, que se ha politizado, influyó en que las opiniones de estos juristas tengan sobre el mismo tema variantes y perspectivas diferentes.

Sin embargo, y ya en comisiones, hubo el entendimiento necesario, mas no absoluto, para que finalmente se aprobara la Reforma Energética.  Cabe asentar que la Reforma aprobada se centro principalmente en la industria petrolera, pero algo es algo, ya cuando menos significó un avance considerable, con el correr del tiempo habrá que corregir, afinar y agregar lo que sea necesario para lograr el objetivo deseado.

Es claro que siempre será necesario un mejor entendimiento entre las fuerzas políticas, entendimiento que debe darse si se valora adecuadamente que se busca el mejoramiento en bien del país y no de una facción.

En un artículo escrito con anterioridad, señalé que AMLO, para evitar una votación contraria a sus intereses personales, concluidos los foros volverá a tomar las calles y tribunas, con plantones y marchas, con el propósito esencial de agitar y satisfacer su ego.

El panorama es un tanto desolador. ¿Cuál democracia en México? ¿Cuál cultura democrática que dé respeto y valor a una opinión mayoritaria, en los términos de ley? ¿Debemos permitir que sigan prevaleciendo las situaciones de facto sobre las leyes?

Fue, sin duda, un singular reto para los legisladores que conocieron de esta iniciativa. Se puso a prueba su capacidad de negociación y de diálogo; así como el hacer valer la importancia y responsabilidad que tienen como legisladores de la República.  Podemos decir que por lo pronto cumplieron, está por verse como se desenvolverán en el futuro, principalmente lo senadores que su responsabilidad  termina hasta el año 2012, no así los deputados que terminará su responsabilidad el 31 de agosto del año próximo.

El petróleo es un elemento muy importante para la vida económica del país. Es también un factor que contiene una carga histórica y política que afecta a la mayoría de los mexicanos y que obliga, por lo mismo, a ser tratado en forma muy especial.

Los mexicanos no estaríamos de acuerdo en que la explotación de esa riqueza petrolera se pierda sólo porque los legisladores no pudieron ponerse de acuerdo o porque así lo determinaron los dirigentes o los iluminados, quienes sólo desean simple y llanamente utilizar a la riqueza petrolera como excusa para incrementar sus intereses políticos personales.
 
Suponemos que en su fuero interno, sin necesidad de presiones, los senadores de izquierda estarán de acuerdo en no privatizar Pemex, conservándola como empresa pública, y en cuya operación no tenga participación alguna el capital privado nacional o extranjero.

Seguimos suponiendo que los senadores del PRI estarán atentos a las directrices que dio su dirigente nacional, recientemente, sobre el manejo del petróleo y de la paraestatal. Principios que resultan coincidentes con el punto de vista de los perredistas.

Y seguimos suponiendo que los senadores de los otros partidos políticos serán en mucho coincidentes con sus colegas del PRI y del PRD, circunstancias que mediante el adecuado y oportuno diálogo, permitirán integrar una mayoría sobre un criterio político definido.

En este momento, todo mexicano tiene alguna proposición o sugerencia respecto a la reforma petrolera. Con esa misma inquietud, hacemos algunos apuntes a continuación que a nuestro criterio, pudieran ser tomadas en cuenta por los miembros del Senado.

  1. Existen áreas en donde es necesario ponerse de acuerdo en cómo hacerlo para fortalecer a PEMEX.
  2. Reducir la carga fiscal a la petrolera para que cuente con fondos propios para su operación.
  3. Que la operación de PEMEX en sus diferentes renglones, se haga a través de una dirección general colegiada, cuyos integrantes sean propuestos por el Ejecutivo Federal, pero ratificados por el Senado de la República. Somos de la idea de que el sindicato no debe participar en este órgano de dirección.
  4. Que se instrumente el organismo de vigilancia y supervisión para que la operación sea transparente y con rendición obligada de cuentas.
  5. En cuanto al Sindicato de petroleros de la República Mexicana, respetándose desde luego la autonomía sindical y las prestaciones contractuales existentes a favor de los trabajadores, se pudiera revisar, y en su caso eliminar, aquellas prestaciones extra contractuales que han dado origen a numerosos excesos y problemas políticos.  Terminar con la corrupción con la que intervienen los voraces líderes sindicales.
  6. Con la participación y apoyo de empresa y sindicato, tomar medidas para hacer eficiente el desempeño de funcionarios, empleados y trabajadores.
  7. Contemplar por parte de los señores senadores, la posibilidad de reunificar a PEMEX en una unidad, pues su división en diferentes empresas ha ayudado al incremento de sueldos, de personal, de burocracia y de oportunidades para hacer contratos con particulares, fuera del espíritu que contempla el artículo 27 constitucional.
  8. Reorganizar e impulsar al Instituto Mexicano del Petróleo y visualizar, dándoles forma, a aquellas otras áreas de investigación que sean necesarias para que PEMEX pueda generar su propia tecnología y aplicarla en sus diferentes fases de operación.

Hacemos votos para que de los foros, los señores senadores obtengan toda la información necesaria y puntos de vista que les serán indispensables, para que ellos, dentro de las instituciones que tenemos, sean los que discutan, acuerden y voten en su oportunidad, todo aquello que convenga a los intereses de la nación mexicana.

 

 

 



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