jueves, 4 de septiembre de 2008

Alarmante muerte de menores

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel


Al menos 58 menores durante el primer semestre de este año en incidentes relacionados con la ola de violencia que vive México por los enfrentamientos de las fuerzas del orden contra el crimen organizado y entre los clanes mafiosos.
Según reporta la prensa de la ciudad de México, de ese alarmante número, sólo en el mes de junio murieron 10 menores.
Considerando que todos los casos son de igual importancia, un caso que despertó gran atención por la forma que se dio fue el de Antonio Ávila, de 13 años, que en el mes de junio fue alcanzado por una granada de fragmentación lanzada por unos supuestos sicarios contra una comisaría en el estado de Zacatecas, en el centro-norte del país.
Según un comunicado del Gobierno estatal, Ávila intentó esconderse durante un tiroteo pero no pudo evitar la onda expansiva de la granada.
El 9 de junio pasado, una niña de 12 años murió por el fuego cruzado de un choque armado entre dos grupos rivales en Cuidad Juárez, localidad fronteriza con El Paso (EE.UU.) y considerada una de las más violentas del país.
Se presume que la menor fue usada como "escudo humano", pues antes de su muerte había sido secuestrada en un parque y metida en el vehículo de uno de los bandos enfrentados.
Un día después falleció un joven de 17 años por causas similares junto a otras tres personas en el centro de Xochiltepec, en el estado central de Morelos, vecino de la capital mexicana.
El día 13 de junio en San Francisco de Romo, en el estado de Aguascalientes (centro-norte), la violencia se cebó con una niña de 10 años, cuyo cuerpo fue encontrado con un tiro de gracia, una forma de matar característica de los asesinos a sueldo de los carteles de droga.
Dos días más tarde, un comando armado acabó con la vida de tres personas, entre ellas un adolescente de 16 años, en Parral, localidad del estado norteño de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos.
Otro diario de la prensa de la ciudad de México recordó otros sucesos similares ocurridos en Chihuahua el 7 de febrero y el 21 de abril, con un saldo de cuatro menores asesinados.
En enero pasado, las imágenes de unos niños evacuados de un colegio a raíz de un enfrentamiento a tiros entre policías y delincuentes en un barrio de Tijuana, limítrofe con San Diego (EE.UU.), dieron la vuelta al mundo, días después de que dos menores fallecieran en sendos atentados contra sus familias.
El día 1 de agosto apareció el cadáver del joven Fernando Martí, quien fue secuestrado dos meses antes y por el que se había pagado rescate
Según reportes oficiales, en durante el primer semestre de 2008, han sido asesinadas en México 1,780 personas.
Haciendo a un lado las cifras, es verdaderamente espeluznante lo que estamos padeciendo. Algo se tiene que hacer, pero ¿qué...? Después de un foro en el que tuve oportunidad de participar, y en el que tuve así mismo la oportunidad de escuchar variados criterios racionalmente expresados, llegué a la misma conclusión que he sustentado desde hace tiempo, simplemente aplicar el vetusto y sabio refrán popular: “la unión hace la fuerza”.
La sociedad toda debe participar, pero no se trata de que agarren un fusil y se lancen a la calle a cazar delincuentes. Como el mal no se va acabar de un día para otro, sino que va a ser en un plazo, tan largo o corto como le echemos ganas. Primero que nada, cada quien debe reflexionar, con toda honestidad, y hacer un examen de conciencia para ver si hemos sabido respetar la leyes y si hemos caído en la tentación de dar una mordida o cohechar a un servidor público. Después, si nos sentimos capaces de denunciar, sin miedo, cualquier cosa que huela mal y si hemos sido lo suficiente capaces de cumplir con la obligación moral de educar en los valores morales y cívicos a nuestros hijos.
Hay un buen porcentaje de familias que desgraciadamente tienen en su seno a delincuentes, del tipo que sea, desde vulgares ladrones hasta asesinos de gran calaña; pasando por quienes hacen daño a la sociedad cobijados por profesiones dignas, como son los maestros holgazanes que dan muy mal ejemplo a quienes deberían educar: por ahí empieza todo. Esas familias que lamentablemente cobijan a delincuentes deberían empezar por quitarse ese amor mal entendido, ya que se convierten en cómplices de los delincuentes a quienes supuestamente aman mucho, pero que no saben el gran daño que se hacen a sí mismas y a la sociedad. Nadie puede caminar por el mudo tranquilamente y ser causante de tanto mal, como son el secuestro, violación y asesinato de cualquier se humano.

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