domingo, 13 de enero de 2008

Las dificultades económicas en el matrimonio

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel


La crisis económica dentro de la familia es un problema frecuente y recurrente en nuestro medio. La tensión del dinero que no alcanza para pagar el alquiler, el colegio, el préstamo bancario, suele mezclarse con mentiras, miedo, agresiones.

Los matrimonios se enfrentan así a un problema que quizá se agrave con un despido laboral o un mal negocio. No es raro que junto a la pérdida de estabilidad económica la relación conyugal empiece a hacerse más conflictiva.

Crisis como ésta develan problemas más profundos de la pareja, explica la sicóloga chilena Claudia Rojas y, por lo tanto, no hay que buscar un culpable, sino evaluar qué anda mal en el matrimonio.

Las exigencias de la vida diaria, el consumismo, el exitismo, la competitividad, el deseo de autos y casas más grandes, hacen que más personas hagan lo imposible por mantener un cierto nivel social. Muchas veces el hombre asume en solitario el rol de mantener ese estatus, y la mujer opta por no preguntar.

Según el psiquiatra Rodrigo Rivera, del Instituto Chileno de Terapia Familiar, durante la crisis se pone en juego la capacidad de adaptarse. «Hay un cambio muy brutal de las reglas del juego», pero «estas situaciones donde hay sentimientos de desilusión, se pueden revertir».

Para Pilar Bustamante, sicóloga, «la pérdida del proyecto o del sueño común debiera vivirse como un duelo».

«Éste tiene una etapa depresiva y una etapa de resolución. Hay que llorar y estar triste, y es importante decirse las cosas —“me desilusionaste”, “no pensaste que podía ser útil”—, y esos sentimientos trabajarlos en pareja», agrega la especialista.

Una situación así es reversible en la medida que haya bases sólidas en la pareja.

Se puede volver al origen, «de quién me enamoré yo, acordarse de él o ella cuando lo conociste en la juventud. Volver a enamorarse como cuando no había medios económicos. Recuperar el sentido del humor, y usar la creatividad», dice Bustamante.

Trabajar en equipo puede unir más a la familia. Los especialistas concuerdan en que lo importante es que exista transparencia y que todos los temas y problemas se traten abiertamente.

¿Cómo prevenir la crisis?

Ø Aprender a complementarse. La igualdad laboral entre hombre y mujer hace que las relaciones corran el riesgo de darse más en términos de competitividad, lo que puede ser una carga adicional.

Ø Hacer un presupuesto en conjunto. Es importante ponerse de acuerdo en qué se gastan el dinero y también cuáles son las prioridades. De esta manera, crear un proyecto común genera un trabajo en equipo que da mayor unidad a la pareja

Ø Saber cuánto significa el dinero. Es importante definir qué valor asigna la pareja a los temas económicos. «Cuando me casé, yo creía que la plata no era tema, pero de pronto te das cuenta que no te importa porque nunca te ha faltado».

Ø Sentirse con igualdad de derechos. Igualdad para opinar, para preguntar.

Ø «En general, cuando la mujer trabaja se siente en un plano de igualdad, pero cuando no trabaja, cree que no puede preguntar ni opinar».

Ø Reconocer lo que cada uno hace. Dar valor a los aportes que cada miembro hace a la familia, no sólo económicos, sino que sociales, cognitivos, afectivos, físicos y espirituales. Éstos no son iguales y no tienen por qué serlo.



Marzo / 2005

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