Mens sana in corpore sano
El Tai-Chi Chuan ha aumentado significativamente sus adeptos en los países occidentales durante las últimas décadas, no sólo por ser un sistema de ejercicios práctico, efectivo para mantener la salud y de gran belleza a la vista, sino también porque casi cualquier persona puede practicarlo.
Beneficios
El Tai-Chi ofrece una alternativa al ejercicio físico. En la mayoría de los deportes modernos, incluyendo las artes marciales, el grado de preparación física requerido excluye a quienes no están suficientemente dotados o carecen de fuerza para participar y disfrutarlos. Por el contrario, el arte marcial que nos ocupa no exige capacidades superiores en cuanto a coordinación o agilidad, no precisa la concentración de fuerza muscular o resistencia especial, ni pone como obstáculo la edad del practicante.
-El manejo controlado de inhalaciones y exhalaciones permite mantener una temperatura corporal estable, de modo que se contrarrestan las enfermedades causadas por cambios climatológicos.
-Fortalece la vitalidad y frena el envejecimiento prematuro.
-Proporciona sensación de bienestar y calma interior.
-Los giros ayudan a mantener la columna vertebral saludable.
-Permite relajar hombros y brazos, así como liberarlos de tensiones ocultas provocadas por posturas anómalas.
-Reduce considerablemente las enfermedades ocasionadas por estrés, cardiovasculares, respiratorias y músculo-esqueléticas.
-Es adaptable a individuos de alto riesgo en enfermedades cardiovasculares o como parte de un programa de rehabilitación.
Puede apreciarse así que la máxima contribución del Tai-Chi radica en conjugar bienestar físico con el mental y emocional, lo que lo diferencia de otras artes marciales; aunque se basa en el manejo de energía, no la encauza a defensa o combate, sino a restituir la salud del practicante, proceso que inicia con el reconocimiento de los esquemas de desequilibrio, estrés y conflicto que ha acumulado a lo largo de su vida.
De ahí que sus practicantes coincidan en señalar que esta disciplina les permite enfrentar decorosamente las agresivas condiciones urbanas, tráfico, ritmo vertiginoso y ruido u otras presiones.
Para todo mundo
El Tai Chi es un ejercicio físico y mental apto para todas las edades, que tiene la característica de poder ajustarse a diferentes estados de salud, estructuras corporales, tiempo disponible para su práctica, estado mental y hasta personalidad del ejecutante.
Al igual que las demás artes marciales suaves, chinas o japonesas, sólo recomienda un mínimo de edad, pero no un máximo. El trabajo es lo suficientemente complejo, desde el punto de vista mental, para que desaliente a niños muy pequeños, y poco agresivo para la mayoría de los adolescentes, que prefieren dedicarse a disciplinas que requieren mayor despliegue físico.
Cabe aclarar que el Tai-Chi puede ser abordado desde cualquier punto de vista, pero a la larga los practicantes descubrirán sus virtudes como disciplina integral. Quienes recurran a él para aprender una arte marcial encontrarán también su propia naturaleza espiritual, y los que deseen practicarlo para manejar estrés o desarrollarse mentalmente, se sorprenderán por el manejo físico y corporal que deben realizar para cumplir su objetivo.
Por último, es de mencionarse que el Tai-Chi favorece la convivencia y compañerismo, pues durante su práctica se desvanecen las diferencias entre quienes realizan los movimientos (sexo, edad, procedencia) y se establece un tipo de comunicación basado en el entrenamiento y el lenguaje silencioso del tacto, así como el desenvolvimiento corporal.
Recuerde, todas la personas son capaces de aprender Tai-Chi, más aun aquellas de la tercera edad que pueden aprovecharlo al máximo debido a que han aprendido a valorar el silencio y la contemplación. Convénzase y practíquelo, es una experiencia que disfrutará ampliamente.
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