miércoles, 15 de abril de 2009

En todos lados se cuecen habas

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Al menos 15 personas murieron el pasado miércoles 4 de marzo por la mañana en Alemania, cuando un adolescente de 17 años, vestido con un atuendo militar negro, la emprendió a tiros en una escuela técnica cerca de Stuttgart (suroeste) antes de morir en un tiroteo con la policía.
Nueve de los muertos son alumnos de edades comprendidas entre 16 y 17 años, según la policía. Otros tres son profesores y otros tantos transeúntes. También habría una decena de personas heridas.
La policía identificó al sospechoso como Tim K., ex alumno de la escuela "Albertville" de Wennenden, localidad de 28.000 habitantes situada al noreste de Stuttgart, donde tuvo lugar el ataque. Y afirmó que murió en un enfrentamiento armado con las fuerzas del orden cuando intentaba huir.
Los medios de comunicación alemanes habían informado anteriormente de que el joven se había suicidado en el aparcamiento de un centro comercial tras haber secuestrado a un hombre en su automóvil, un Volkswagen Sharan, con el que el joven habría forzado una barrera policial en dirección a la autopista.
Según testigos citados por los medios de comunicación alemanes, el joven irrumpió en el establecimiento hacia las 09H30 (08H30 GMT) y comenzó a disparar indiscriminadamente sin decir palabra.
Según un periodista de la radio de Stuttgart, Philipp Grohm, el adolescente estaba armado con una pistola ametralladora.
"El asaltante simplemente abrió fuego a su alrededor", según un testigo no identificado citado por el canal de información NTV.
Según la página web del diario local Winnender Zeitung, el presunto autor del tiroteo sería un joven fichado por la policía.
Tras el tiroteo el agresor había huido en dirección del centro de la ciudad y las fuerzas del orden lo persiguieron con la ayuda de perros y helicópteros.
Las autoridades evacuaron la escuela y lanzaron una advertencia a los automovilistas que circulaban en el sector llamándolos por radio a no tomar autopistas.
Esta matanza recuerda en Alemania la pesadilla del 26 de abril de 2002 cuando un alumno de 19 años mató a 16 personas -12 de ellos profesores- en un instituto de educación secundaria antes de suicidarse.
En noviembre de 2006, se había evitado por poco un drama similar en Emsdetten (noroeste), cuando un ex alumno depresivo, vestido de negro y cargado de explosivos, había tomado por asalto una escuela de la ciudad hiriendo a 37 personas antes de suicidarse.
Y dos meses antes, un joven de 22 años había asesinado al director de una escuela y herido a otra persona en Freising, cerca de Múnich (sur).
El martes, en Estados Unidos, un hombre mató a por lo menos diez personas en Alabama (sureste), antes de suicidarse, según las autoridades.
¿Qué está pasando en el mundo? La respuesta que de inmediato surge en mi mente, las drogas. Y tiene que ser, las drogas llevan al embrutecimiento de las mentes, y por ende a la degradación del ser humano.
Pero los “sabios” legisladores de varios países, incluido México desde luego, quieren legalizar el consumo de las drogas, lo que puede interpretarse que hasta ellos ya fueron “tocados”.
Argumentan que así se acabará el negocio del narcotráfico, soslayando que estos “angelitos” –los narcotraficantes-- inventan cualquier cosa para hacer el mal y llenarse la bolsa de dinero. Los “eximios” legisladores olvidan que el consumo de drogas, principalmente los jóvenes, embrutece al ser humano, lo convierten en bestias, como se está viendo aquí, allá y acullá. Esto encamina a la destrucción de la humanidad.

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