miércoles, 23 de julio de 2008

El sentido ético de nuestra existencia

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
“Los humanos tenemos un instinto ético
que está en la razón y que nos dice,
lo bueno y lo malo. Ese es el sentido ético.”

¿Por qué se necesita la ética en los medios de comunicación? La principal consecuencia de la ausencia de la ética sería vivir sin pensar y sin reflexionar. La ética es necesaria para encontrar el sentido a la vida y ese sentido se encuentra a través de la reflexión. Cuando reflexionamos sobre la conducta humana surge la reflexión. La falta de ética es la falta de reflexión, una persona sin ética vive de sentimientos y de visiones, no del uso de la razón. Al usar la razón comenzamos a preguntarnos sobre el sentido de la vida, lo que es bueno o malo, lo cual procesamos racionalmente y decidimos en consecuencia.
En la razón se encuentra el criterio que es el metro para medir la distancia, el valor fundamental es la vida. Así, en función de la vida entendemos qué es bueno y lo contrario, qué es malo. Como un niño que ve la TV. y ve un asesinato y pregunta por qué eso es malo, lo sabe. Lo mismo cuando él engaña, sabe que está mal, eso es un juicio ético, no se lo enseñaron lo sabe por naturaleza. Al niño que tratas mal en su cumpleaños, se siente lastimado: no lo quieren… ¿quién se lo dijo?... nadie.
Los humanos tenemos un instinto ético que está en la razón y que nos dice, lo bueno y lo malo. Ese es el sentido ético. Las cosas básicas se pueden entender, pero hay otras más complicadas que requieren un ejercicio de la razón, ¿y Dios existe? Se necesita una capacidad de reflexión más profunda, lo estudia la ética especializada, la de los profesionistas.
Por ejemplo un médico, que sabe que su misión es sanar (la salud está en función de la vida), sabe que profesionalmente si va en contra de eso está haciendo mal. O un periodista que no está diciendo la verdad y comunica un hecho falso como verdadero, en ese momento sabe que no está haciendo algo correcto. Esas valoraciones, son éticas. El hecho de decir “no me gusta”, es un sentimiento ético entre bien y mal aunque no sepa explicarlo.
¿Se puede perder ese instinto ético?, ¿Cuál es el camino correcto? Lo primero que hay que reforzar y entender es que es necesaria la preparación personal, tenemos que usar la razón y la reflexión. En la niñez se ha implantando un tipo de conducta, confiamos y observamos a nuestros padres, familia, maestros, sociedad; es decir, tenemos esa inocencia y asimilamos lo que hacen nuestros mayores y actuamos espontáneamente en esos valores que aprendimos y no los reflexionamos ni cuestionamos si estamos haciendo algo malo.
Es como cuando haces la digestión y algo no funciona bien, evitas seguir comiendo lo mismo. En el caso de la vida, cuando algo sale mal, también hay que reflexionar sobre nuestro modo de vida, porque tenemos dudas, dudas sobre quiénes nos rodean, en este momento es cuando el hombre puede tener miedo si sigue comportándose con los hábitos anteriores. El proceso racional es como “digerir” los alimentos sanamente. Normalmente escuchamos muchas opiniones y nos preguntamos, ¿cuál es la verdad? El asunto es que las opiniones son puntos de vista, por ello se necesita una investigación y profundización para buscar la verdad.
Si nos dejamos llevar por las costumbres y las tradiciones únicamente estamos perdidos. Tenemos que reflexionar, digerir, cuestionar y desechar lo que no nos sirve. Al igual que el estómago, la razón no siempre filtra bien, no asimila totalmente, y con ello la salud espiritual se afecta. El problema (o el camino correcto) se resuelve cuando reflexionamos, asimilamos lo bueno para nosotros y desechamos lo que no nos sirve.
¿Se puede contestar esta reflexión ética sin practicar una religión? Entender la religión es entender un conjunto de prácticas pero se pueden tener éstas prácticas toda la vida y no creer en Dios. Lo que existe en nosotros es un sentido de trascendencia y al cuestionarnos sobre esto le estamos dando sentido a la vida. Esas respuestas están en la naturaleza y en la inteligencia.
Es la inteligencia la que nos empuja a hacernos estas preguntas existenciales. Toda persona es religiosa y está en la naturaleza preguntarse sobre esta trascendencia. Con este ejercicio de nuestra inteligencia llega un momento que descubrimos que hay alguien más, la causa última de las cosas. Antes de plantearnos problemas religiosos nos planteamos estas interrogantes.
Si queremos saber más la inteligencia no alcanza, ahí llega el sentimiento religioso, investigas de la religión, quieres expresar ese conocimiento de Dios y surgen las prácticas religiosas. Si yo me hago una idea falsa de Dios, las prácticas de religión que haga tampoco serán las correctas, puede ser que tenga prácticas religiosas a un Dios que no existe. Se puede dar una religiosidad escatológica, sin conocer quién es realmente Dios.
Para los cristianos esto se ve muy claro en la vida de los apóstoles entorno a Jesucristo:
- Primero ven a Jesucristo y cómo actúa, descubren que no es un hombre.
- Surge el sentimiento de vinculación, religación, depositas tu confianza.
- Esa vinculación genera un afecto.
- Es en la Resurrección cuando se aclara todo. Demuestra su naturaleza divina.
- Es la autoridad de la fe. Un segundo conocimiento que la razón no alcanza.
- Uno confía como el niño, así es la fe en Jesucristo.
¿Qué le diría a quienes piensan “es mi ética”? Es un producto de la cultura actual, seguimos lo que nos proponen y pasamos muchos años asumiéndolo como norma, no somos capaces de hacer una valoración. Cuando comenzamos a razonar tenemos que “personalizar” las opiniones y lo filtrarlas con nuestra inteligencia. La opinión (“mi ética”) es una valoración sobre las cosas, pero no lo que las cosas son, eso es ciencia y las ciencias son más perfectas en tanto más certeza te dan de las cosas.
Por instinto razono y me doy cuenta de las cosas malas, que además, yo mismo hago.
¿Nos quedamos a nivel de opiniones y sentimientos? Esa es la razón psicológica por la que no somos éticos. Vivimos por instintos, emociones, opiniones, como los niños porque no filtramos las cosas por la razón y después está el influjo del contexto ambiental, y con una razón débil, las cosas me absorben.
¿Como se evita?, ejercitando la razón y profundizando todos los días. Hay que educar la inteligencia. De ahí viene la importancia de la formación filosófica, la lógica, donde se aprende a cómo usar la inteligencia.
¿Cómo describe la problemática de España, con tanto bienestar y falta de moral? El exceso de bienestar material, es un factor que impide el ejercicio de la razón, porque se crea la conciencia de autosuficiencia, la no necesidad de razonar. La tentación inmediata es pensar “ya lo tengo todo”, los que manejan el poder –económico o político- creen que tienen poder como Dios, todo se justifica para tener más en vez de ser más y para conseguir sus objetivos son capaces de todo, la utilización maquiavélica de la inteligencia, para conseguir el poder económico y el político.
Normalmente la gente más modesta, tiende a ser éticamente mejor. Esa es la gran pregunta de la civilización actual. Ha habido un desarrollo tecnológico y material impresionante y al mismo tiempo se ha deshumanizado el mundo. Es decir, la tecnología se desarrolla a través de la industria de la guerra y después se abre al mundo para que se utilice. De aquí la necesidad de crear conciencia de que estos problemas no tienen solución si no se usa la conciencia ética.
La tecnología y lo material sin conciencia ética es una perversión. Las generaciones que han creado ese desajuste se habrán muerto en unos años, por lo tanto la humanidad del presente tiene la responsabilidad de la humanidad del futuro…
¿Algunos consejos para los profesionales de los medios?
1. Hay que tener principios éticos sanos. La actitud de hacer las cosas lo mejor que se pueda y si cometemos errores hay que enmendarlos.
2. Para ser un buen profesional hay que tener principios éticos: sino lo hace, se está ganando su sueldo injustamente, no tiene derecho a alimentar a su familia con dinero ganando con mentiras:
a. Decir la verdad.
b. Defender los valores humanos.
c. Tener voluntad porque la buena intención no sirve si no se ejecuta.
¿Alguna conclusión sobre la ética? La humanidad es tan infeliz y desgraciada porque no sabe pensar, no sabe razonar, el uso de la razón es importante. La felicidad viene de saber usar la razón, da satisfacción corregir los errores, darte cuenta de que estabas equivocado y eso da mucha alegría. En este mundo hay un miedo a reconocer los errores: “Yo no me equivoco”. Pero cuando corriges un error a tiempo da más felicidad porque encuentras el camino correcto.
Buscar la verdad sin miedo a equivocarse y enmendar los errores como una experiencia personal es fundamental, pues estás en la oscuridad y encuentras la luz.

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