Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel Noviembre / 2009 Científicos del Instituto de Investigación Climática de Potsdam (PIK) y del Instituto de Wuppertal sobre Clima, Medio Ambiente y Energía llamaron a la comunidad internacional a alcanzar un acuerdo "ambicioso" en la cumbre de Copenhague porque "La Tierra ha llegado a su límite".
Mientras tanto, aquí en México todos los mexicanos seguimos dándole vuelo a la hilacha: depredamos los bosques y todo lo que, de una manera u otra, nos ayuda a vivir; tiramos basura por doquier, contaminamos los ríos y lagos; y en fin, acabamos con todo lo bueno que la naturaleza nos brinda. Conformamos un conjunto de oídos sordos que no somas capaces de oír las recomendaciones para cuidar nuestro entorno, y si no las oímos menos las observamos. Cuando en 1969 llegó el ser humano a la luna, la propaganda mundial le atribuyeron a los estadounidenses el mérito de ser los primeros en llegar a la luna. Pero el mundo estaba equivocado, se les olvidó que veinte años antes fueron los mexicanos los que llegaron al satélite de la Tierra. Si, aunque a usted le suene extraño, pero así fue. Pero, ¿qué pasó entonces?, pues simple y sencillamente que sucedió lo que tenía que suceder. Resulta que cuando llegaron los mexicanos, la luna era un verdadero vergel: agua, frondosa vegetación por doquier, bosques abundantes, etc. Los mexicanos tomaron posesión de toda aquella abundancia, pero sucedió lo que tenía que suceder, en quince años aquello se acabó, arrasaron con todo, el agua casi se acabó y la poca que quedó se contaminó. La luna quedó convertida en verdadero páramo, aridez a ultranza, desolación por doquier, obviamente no sobrevivió nadie, ni las cucarachas que son re-aguantadoras. Así estaba la luna cuando llegaron los gringos.
«LA ORACIÓN DEL QUE SE HUMILLA PENETRARÁ HASTA LAS NUBES» |
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