martes, 4 de enero de 2011

EL CAMINO DE LA VIDA

 

De prisa como el viento van pasando
los días y las noches de la infancia.

Un ángel nos depara sus cuidados,
mientras sus manos tejen las distancias.

Después llegan los años juveniles,
los juegos, los amigos, el colegio,
el alma ya define sus perfiles
y empieza el corazón.

De pronto a cultivar un sueño.

Y brota como un manantial
las mieles del primer amor,
el alma ya quiere volar
y vuela tras una ilusión.

Y aprendemos que el dolor y la alegría
son la esencia permanente de la vida.

Y luego cuando somos dos
en busca del mismo ideal,
formamos un nido de amor,
refugio que se llama hogar,
y empezamos otra etapa del camino:
un hombre, una mujer,
unidos por la fe y la esperanza.

Los frutos de la unión que Dios bendijo
alegran el hogar con su presencia.

A quién se quiere más sino a los hijos?
son la prolongación de la existencia.

Después, cuántos esfuerzos y desvelos
para que no les falte nunca nada.

Para que cuando crezcan lleguen lejos
y puedan alcanzar esa felicidad tan anhelada.

Y luego cuando ellos se van,
algunos sin decir adiós,
el frío de la soledad, golpea nuestro corazón,
es por eso amor mío que te pido:

Por una y otra vez si llego a la vejez
que estés conmigo.

E.G.D.T.



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