martes, 13 de octubre de 2009

Desechoa plásticos en el pacífico

Por: Querien Vangal

En mis impotentes reflexiones, me voy navegando a través del tiempo pasado y me entristece sobre manera ver lo deteriorado que está el mundo, nuestra tierra, el regalo que nos dio Dios para vivir y disfrutarlo. Me hago siempre la misma pregunta: ¿Qué bello sería nuestro mundo si lo hubiéramos cuidado como se merece? Preferimos la “comodidades” que supuestamente nos brinda el progreso tecnológico, que lo bello que podría ser el mundo precisamente sin esa tecnología.
Hace uno días leí que científicos marinos de California irán esta semana al centro del Pacífico Norte para estudiar la acumulación de deshechos plásticos a lo largo de centenares de kilómetros de mar abierto, en un lugar denominado el "Gran Parche de Basura del Pacífico". Obviamente me impacto hasta el anonadamiento la noticia, “qué triste”, me dije, “hasta cuando podrá soportar la Tierra tantas iniquidades del supuesto “homo sapiens”.
Un navío de investigación que transporta a un equipo de unas 30 personas, conformado por científicos, técnicos y tripulantes, se embarcó en una travesía de tres semanas desde el Instituto de Oceanografía Scripps, con sede en la Universidad de California, San Diego.
La expedición estudiará cuántos deshechos -constituidos principalmente por pequeños fragmentos de plástico- se están acumulando en una gran zona de mar abierto conocida como el remolino del Pacífico Norte, cómo es distribuido ese material y cómo afecta a la vida marina.
Debido a corrientes oceánicas circulares que giran en el sentido de las agujas del reloj, los deshechos terminan concentrados en una "zona de convergencia" de forma alargada de cientos de kilómetros de punta a punta, cerca de las islas de Hawái y a aproximadamente mitad de camino entre Japón y la costa oeste de Estados Unidos.
El estudio se concentrará en el plancton, otros microorganismos, peces pequeños y aves.
"La cuestión es qué clase de impacto están teniendo esos trozos de plástico en las pequeñas criaturas de los niveles inferiores de la cadena alimentaria oceánica", dijo el lunes Bob Knox, director interino de investigación en Scripps, después de que el barco pasara un día completo navegando.
El navío de 52 metros Nuevo Horizonte está equipado con un laboratorio para la investigación a bordo, pero los científicos también tomarán muestras para estudiarlas en tierra firme con más detalle.
Poco se sabe sobre el tamaño exacto y el alcance de la gran zona de deshechos descubierta hace algunos años por pescadores en el Pacífico Norte.
Los deshechos grandes, que se ven desde la cubierta de un barco, son pocos y están alejados entre ellos. La mayoría de ellos son pequeñas partículas de plástico suspendidas en la superficie marina o justo debajo de ella, lo que hace imposible detectarlas desde el aire o por medio de imágenes satelitales.
La zona de residuos se desplaza hasta 1.600 kilómetros de norte a sur dependiendo de las estaciones, e incluso llega más al sur durante los períodos en los que la temperatura del océano es más cálida de lo normal, según información de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
Además de los posibles daños a la vida marina por la ingestión de trozos de plástico, la expedición del equipo analizará si estos desechos pueden transportar otras partículas contaminantes, como pesticidas.
Otro punto a analizar será si organismos diminutos que acompañan a los deshechos podrían ser transportados a regiones distantes y convertirse en especies invasoras.
En esto, como en tantas otras cosas, siempre se llega, lamentablemente a la conclusión de que los seres humanos estamos empeñados en destruir la casa que Dios nos brindó para vivir. Todos los avances tecnológicos que buscan brindar al ser humano bienestar y un mejor vivir, se revierten en contra de si mismos, pues acaban destruyendo nuestro entorno, que es lo mismo que autodestruirnos.

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