domingo, 12 de julio de 2009

Sentimientos inmortales

Sentimientos de Enrique Galván-Duque Tamborrel.


ANGELICA..................... Mi Prieta amada.
El amor de mi juventud,

de la madurez

y............... de siempre.

El amor que nunca muere.

El amor de toda la vida.






Los yerros por amores son dignos de perdonar.
Disculpa dorada tiene cualquier yerro de amor.
Todo lo escrito sobre el amor tiene cierto carácter autobiográfico.
Querer a nadie a su despecho, si no es locura, es temeraria pena.

Ya que le pareciere exceso grave, no me condene si de amor no sabe.
¡En que confusión me tienen amor, desdicha y esperanza!.
El amor es como sentido común.
De la misma manera que cree uno tener tanto sentido común como los demás, cree uno amar igual.

¡Qué fatigas para un hombre cuando quiere a una mujer?.
Todo lo mejor que existe en el mundo es producto del amor.
Bajo el amparo del verdadero amor es como se vive lo mejor de la vida.
Inmediatamente que el hombre ama de veras, busca la soledad.
En tanto que el amor puro desarrolla en el ser humano los mejores sentimientos y las más nobles aspiraciones, el deseo concupiscente lo degrada y lo inclina hacia el mal.
El amor no tiene ojos para ver el mal.
Solamente por los caminos del amor se puede encontrar la dicha.

Cuando existe amor verdadero, y este es correspondido, vale la pena cualquier sacrificio.
El amar y ser amado es el bien máximo que la vida solamente concede una vez.......
Las demás, en caso de existir, son remedo, conveniencia......
¡Cualquier cosa!, menos amor.

Así, cuando un hombre y una mujer se aman sinceramente, es una gloria, así también las desavenencias conyugales son un verdadero infierno.
Lástima que uno no puede ser desde el principio de una sola persona ¡tan hermoso que sería!....... ¡No hay que rodar tanto pasando por tantas manos!,

¡Para por fin , a veces demasiado tarde, llegar hasta el compañero o compañera definitivo!......
¡Y eso si llega!. Me imagino que fuéramos piedra, que rodáramos por pronunciada pendiente, tropezando con otras muchas.....
Hasta por fin detenernos al lado de otra......

¡Cuantas manos tienen que acariciar nuestra frente hasta encontrar las que nos han de acariciar para siempre!.....

(¡Y muchas veces las que consideramos definitivas, tampoco lo son!).

Sólo los hombres de carácter y convicciones firmes aman a una sola mujer en su vida.

La poesía es una bellísima doncella, casta, honesta, discreta, aguda, refinada, que se contiene en los límites de la discreción más alta. Es el más dulce de los pesares. Es hacer un trabajo exquisito, lleno de temor y encanto --- hacer una perla de una lágrima.
La poesía es como una pintura, es más profunda y más filosófica que la historia. Dicen que ya me volví niño; y será cierto, puesto que hago versos...... Que las facciones y exaltación de un poema no debía tomada a la letra. Y allá van versos donde va mi gusto.
Las ocasiones de sufrir en verso pasan muy altas sobre la vida. Porque existe la Santa Poesía, y en ella irradias tú, mientras disparan, átomos de mi ser esconde el verso, ¡no moriré del todo!, amiga mía.

Yo, que siempre me afano y me desvelo por parecer que tengo de poeta la gracia que no quiso darme el cielo........ Para mirar he nacido y para observar fui puesto. No escapa, el que escribe un poema de la influencia benigna o maligna de sus sentimientos actuales....... El poeta, a más de la vista mental, distinta y clara, es menester que con amor lo vea todo, al fin de hacerlo tan suyo, que, al revestirlo de forma con la palabra, le estampa su sello y le preste su condición y su vida. Poeta: un hombre que sube a una estrella con escala de cuerda y tocando el violín. Los niños imaginan con facilidad las cosas que desean y no tienen. Cuando en su madurez conservan esa facultad maravillosa, se dice que ellos son poetas o locos.





EN BUSCA DEL CAMINO......

Para Angélica......... el único y verdadero amor de mi vida.
(marzo de 1999)


Ha muchos años que busco el camino.
Mucho ha que deambulo por el mundo,
perdido y sin meta.
¿Dónde estás camino.......... amor?,
quiero encontrarte y no puedo;
sólo encuentro soledad.
Triste caminar el mío.

Ha mucho que vivo triste;
triste realidad la mía.
Mucho hace que estoy enfermo,
enfermedad de tristeza la mía.
Quedó mi entorno vacío,
al faltar tú mística presencia.



Cuántas veces me he preguntado,
rogando al Señor que me ilumine,
si contestar no puedo,
por tener miedo de saber
si tu amor existió,
con la dimensión del mío,
eternamente sublime.

Brisa matinal.
Trinos de las pequeñas aves,
libres ellas en el aire nuestro.
Naturaleza plena de amor,
sentimiento que a mi alma invade.
Invasión de emociones y recuerdos.
Juventud llena de ilusiones y amor,
lejos ya pero no olvidada.
Amor............ ¿dónde estás?.


Consume mi alma tu ausencia.
¿Dónde estás camino?
Camino a ti............
Camino al amor..........
Perdí el camino.
Perdí la ruta.Amor............ ¿dónde estás?


Ven amor........... te necesito.
Incienso que me hace falta,
aroma tuyo que añoro.
Aunque sea al borde de mi existencia,
................. Ven amor.............
Amor............. ¿dónde estás?



Enrique Galván-Duque Tamborrel
Marzo 1999







AL AMOR FUGADO

A: Angélica




Siento que no soy yo,
veinte años hace que no vivo,
he vivido sin haber vivido,
he vivido porque te amo
pero sin ti no vivo,
amarte me da vida.


Hueco......., vacío........, infinito......
No estás conmigo.......,
me faltas tú.
Carencia infinita,
.............. eterna............


Sombras de un pasado,
pasado no tan remoto,
........ que tú fuiste.......
Presencia que me remite
a convertir el pasado
por un presente de amargura
y de nostálgica ilusión.
Terminar mi vida a tu lado
es ilusión.......... o esperanza.



Enrique Galván-Duque Tamborrel
24 de abril de 1999







EN MEDIO DEL SILENCIO.



A: Angélica.



En medio del silencio,
donde todos los tentáculos
de mi ansiedad se alargan,
clamando tu presencia.


Ahí,
busco tu estancia en las flores,
en el tiempo que tedioso manipula
cada manija de mi reloj.
Rasgo la apelmazada tierra,
escudriño la lejanía,
busco en el titilar de las estrellas
un guiño de tus ojos al menos.
Pero sólo me trae el mar a sus orillas
y entre su brisa, un recuerdo
tan frecuente y un sabor
a miel que duerme y despierta en tus oídos.




Enrique Galván-Duque Tamborrel
Cancún, septiembre de 1992





Angélica.............




Los desvaríos de una mente atribulada,
en búsqueda de algo imposible,
en un medio que no es el mío.
Divago y no me encuentro
¡OH... Dios!, orienta a tu siervo.
No es mi camino, ¿por qué divago?,
si aquí hay maldad,
¿por qué me aterro?.
¡OH... Dios!, libérame, sálvame.




Diciembre 23/1994.






Angélica...............


Mi casa tiene un olor a silencio,
desde el día que te fuiste
vida mía-
¿Hasta cuando dejará de torturarme tu ausencia?
Este año terminará y sé que tus labios
no volverán a rozar mi cuerpo.
¿Qué pasará después del día de hoy?
¿Qué pasará después de esta noche?
Despertaré y tu ya no estarás,
me quedaré sólo, muy sólo,
quizás jamás vuelva a verte,
no quisiera pensar en el mañana,
sólo quisiera disfrutarte hoy,
que seas mía nada más, entregar todo de mi.




Enrique Galván Duque Tamborrel.
Julio/3 de 1979







Angélica....... te necesito....... me haces falta.


No me dejes marchitar
entre tus manos,
es tu jardín el único lugar
donde podré crecer.

Dame cariño, comprensión,
enséñame a vivir
y que mi lento pensamiento
florezca con tu voz
--- música para mis oídos ---

Tu sonrisa y tu mirada
me inyectan ganas de seguir
viviendo y pienso...........
¿Qué sería de mi sin tu presencia?
¿Qué sería de mi sin tus consejos y cuidados?
Sería tal vez un niñocondenado a la demencia,
al abandono y al rechazo..........
Afortunadamente existe túy estás conmigo.

¡Te quiero tanto Prietita mía!




Enrique Galván-Duque Tamborrel
Diciembre de 1976





BÚSQUEDA

Angélica :

Hace falta un poema
que me tiemble
en el alma
y entre tus oídos
al fondo
de la tuya.

Hace falta un poema
Que podríamos comerlo,
partirlo, llorarlo
juntos y comprender
que es tuyo, mío
únicamente
nuestro.



Enrique Galván-Duque Tamborrel.
Abril/24 de 1977








R E C U E R D O


Angélica:

Así, como esta noche, desde el cielo
pálida luz la luna nos enviaba,
y su rayo de amor y de consuelo
nuestras marchitas frentes alumbraba.

¿Te acuerdas? En la aura lisonjera,
impregnada de mágicos aromas,
escuchábamos dulce y lastimera
la cantiga fugaz de las palomas.

¡Qué hermosa estabas! En tu frente pura
se reflejaban límpidas y bellas,
como un iris de paz y de ventura,
las miradas de luz de las estrellas.

Tus cabellos, jugando en el ambiente,
oleajes de perfume derramaban,
acariciando mi ardorosa frente
cuando del aura a la merced flotaban.

Yo me sentía feliz con tus caricias,
y de mi ardiente amor en los excesos
veía un mundo de goces y delicias
inundado en el fuego de tus besos.

Todo era entonces venturanza y gloria,
todo era entonces bienestar y calma.......;
más hoy tan sólo nos quedó una historia,
y en esa historia la pasión del alma.

Fue un instante, y en medio del camino,
en el libro de todas mis congojas
”Mañana” fui a escribir, pero el destino
había escrito “Jamás” entre sus hojas.

Pasaron para siempre horas tan bellas
del corazón para el dolor cobarde,
como pasa la luz de las estrellas,
como pasan las brisas de la tarde.

Y ya que tu alma para siempre pierdo,
ya que en tu amor se consumó mi vida,
quiero evocar las sombras de un recuerdo,
pues sabes nunca el corazón olvida.

Los dos formamos un edén del suelo,
donde vivimos en tranquila calma;
los dos hicimos del amor un cielo
y en ese cielo colocamos el alma.

Mas ya que hoy sólo queda la memoria
de aquel dulce placer indescriptible,
cerremos ya nuestra fatal historia
con esta última página: IMPOSIBLE.

IMPOSIBLE, y sigamos adelante
con el pecho de penas oprimido,
a dejar la memoria de ese instante
en el panteón de sombras del olvido.





Enrique Galván-Duque Tamborrel
Diciembre de 1999






AUSENCIA
Canción


Prietita, prietita mía
que hice yo para no tenerte
eres mi vida
y sin ti yo no puedo vivir.

Adoro yo tu imagendes
de que te conocí
y sólo tu presencia
llena toda mi existencia.

En el huerto de mi vida
siento un gran vacío
que produce tu ausencia
y es causa de mi hastío



E.G.D.T. / 1979








FUGAZ FELICIDAD
A Angélica.

Cuan fugaz se pasa la vida.
Fugaces la niñez, la juventud,
las alegrías y las ilusiones.
Fugaz el entorno que las rodea,
blancas, rosadas, azules,
prístinas............
Todo bello.........
........ ¡Todo fugaz!.

¿Por qué, Señor, la tristeza?
Tristeza que deja el vacío.
¿Por qué, Señor, el vacío?,
vacío que causa tu ausencia.
¿Por qué, Señor, esto no es fugaz?
Eterno es mi caminar,
caminar...., sólo....... sin ti.
Señor.......... ¿Por qué?.

Me refugié en el Istmo;
plena naturaleza en este rincón,
que aún en estío es verde,
verde como esmeralda;
verde es la esperanza;
verde son tus ojos,
ojos como esmeraldas;
esperanza son tus ojos;
tu eres, para mi, esperanza.

Llego al final sin ti.
Canto muchas veces al amor,
amor que es felicidad.
Ilusiones.......... añoranzas.
Qué se yo, pero lloro,
lloro de tristeza ¿o de alegría?,
no sé, pero lloro.......
Lloro porque siento,
siento porque vivo;
vivir...........¿Qué es vivir sin ti?



Enrique Galván-Duque Tamborrel
Marzo de 1979





ESPERANZA.



A Angélica.




Aún quedan las noctívagas estrellas del cielo,
para alumbrar la noche negra oscuridad;
aún la pálida luna queda en el firmamento,
ungida de inspiración a la mística deidad.

Aún quedan los luceros de iluminada esperanza,
en similitud de tus ojos de ondina,
y para alimentar el alma con notas de proeza,
aún es fuente inagotable tu voz cantarina.

Aún las avecillas cantan por la montaña,
regocijándose y alentando entre breves rocíos,
aún la vieja campana replica por las mañanas,
fusionando su eco con el rumor de los ríos.

Aún está muy distante el cierzo del invierno;
aún arde insistentemente de pasión el corazón
y el cálido verano aún no traspone el arcano;
aún podemos ir por el mundo forjando una ilusión.

Porque la verde campiña aún no viste de armiño,
ni en el cielo el fugaz celaje cruza sombrío
y aún espera la proximidad del florido otoño,
mientras afanosamente busca su cause el río

Aún podremos entre tú y yo, bella pasajera,
ir en busca de la felicidad perdida.
Y, con la luz de la luna que sirva de linterna,
en algún lugar vacío la sorprenderemos escondida.

Entonces, vuelve pronto encendida estrella,
antes que la oscuridad implante su imperio
en toda la oquedad del cielo que aún brilla,
ven a dar otra vez luz al sitio de mi calvario.

Que mi alma, lívida de impaciencia aún aguarda,
aguarda tu regreso y que al fin retornes
a donde un día dejaste una vida abandonada,
consumiéndose en la hoguera de sus pasiones.



Enrique Galván-Duque Tamborrel.
Octubre de 1980.







F R I O.



Angélica,
Por siempre.....
Para siempre......



Hoy no me importa
si lo que escribo se lea,
si tiene métrica o no,
o si sólo son unas líneas,
que ni siquiera coherencia tengan.

Sólo sé que me gustaría escribir mil veces
que te amo, que cada que sueño contigono
quisiera despertar, hoy no me importa
ser el amante.

Quiero que a través de estas frases,
te des cuenta de que te amo,
de que formas la otra parte de mi,
no me importa que mañana amanezcas con el otro,
no me importa.

Escucho el canto de los pájaros,
y quiero escucharlo contigo.
Siento frío,
y quiero que me cobijes en tus brazos.
Escribo,y quiero inspirarme en ti.
Vago sólo por las calles,
y quiero ir del brazo contigo.

Muchas veces me he preguntado,
¿qué has hecho que has acaparado
todo el espacio de mente?
¿Sabes..................? mi mundo eres tú.



Enrique Galván-Duque Tamborrel.
diciembre de 1978.







SOY COMO SOY



Soy el poeta,
sí, ¿por qué no?
Yo sé que puedo,
Prieta amada,
exaltar tu belleza.

Prieta querida:

La belleza eres tú.
Luz imponderable
que ilumina mi corazón,
para quien eres adorable.

Amor, amor, amor, amor, ..............

Te adoro, te adoro, te adoro, adoro, adoro, ...........

Que soledad profunda se siente,
cuando lo que más se quiere
está tan lejos, lejos en distancia,
lejos en pensamiento,
lejos, muy lejos.



Enrique Galván-Duque Tamborrel
julio de 1977













A N S I E D A D.

Canción


Mi vida, eres tú mi inspiración
y eres causa de mi dolor,
por no tenerte cerca,
muy junto a mi corazón.

No sé que voy hacer
sabiéndote tan lejos de mi,
siento un vacío en el alma,
que sólo lleno pensando en ti.

Chaparrita mía,
ansioso estoy de tu presencia,
de tu aroma inolvidable
que llene el ambiente de mi existencia.

Acuérdate de mi, alma mía,
pues siento que tu mente,
debe ser sólo mía,
porque sólo así siento tenerte.



Enrique Galván-Duque Tamborrel
diciembre de 1976







M E N T E


A Angélica



En mi mente
siempre vive tu recuerdo,
Prieta querida,
lo que podría dedicarte,
si Dios me permitiera,
si Dios me concediera ser un bardo,
para poder expresar
lo que mi alma siente por ti, vida mía,
que llenas mi ser y mi mente.

Dios te bendiga Prieta querida,
Dios te bendiga,
porque, si no fuera por ti,
mi ser se consumiría
como cirio en un altar,
donde mi corazón ta adoraría
como se adora al Señor,
Quien al fin y al cabo te dio
esa imagen tuya
que guía e ilumina mi existencia.

En los momentos de desesperación
tú eres mi consuelo,
cuando mi alma está triste,
tu corazón la cobija,
y vibra en mi mente,
y en todo mi ser, vida mía,
el sentimiento tuyo
que invade e inflama
el ansia que tengo de sentirte mía.

Tuyo soy, lo sé,
tuyo soy y lo seré por siempre,
y quiero que comprendas
que cuando el alma se entrega,
se entrega el ser
y se entrega la mente.



Enrique Galván-Duque Tamborrel
diciembre de 1976





P A S I O N

Canción


Despertaste la ilusión
que mi alma escondía,
eres tú, vida mía,
quien encendió mi pasión.

Tu alegría es como un sol
que da calor a mi existencia,
que ilumina mi camino
y calma mi impaciencia.

Aunque quisiera,
de la vida sin ti ya no puedo gozar,
me paso las noches soñando en ti
y nunca quisiera despertar.

No te olvides ya de mi
que mi amor te he entregado,
has de mi lo que quieras
pero no me tengas olvidado.




Enrique Galván-Duque Tamborrel
1976





Sueltos

Algo de tu alma brota
que ha hechizado mi corazón.
Tu mirada coqueta
y tu fogosa alegría
son causa de mi desazón.

Ansiaba tu presencia
y tu amor infinito
que llenaran mi vida
y mi existencia.








A MIS DOS ANGELICAS




N O S T A L G I A

Escribo para ustedes
y mis palabras tiemblan, resbalan
como lágrimas en los ojos
de aquellos que han llorado.
Madre e hija, las dos mías,
no pude verlas antes
de perderlas para siempre,
pero mis ojos guardan sus detalles
y mis oídos saben de sus risas
y sus voces que ahora callan.

Yo no creo en la distancia
pero me duele no verlas nunca más.
Yo no creo en la ausencia,
porque el recuerdo me obligaa
ver sus rostros por doquier,
en los libros, en las flores.
Todo vive y en todo viven ustedes,
viven disueltas en cada bello encuentro
en este mundo, donde sólo se mueren
aquellos que se olvidan.



Enrique Galván-Duque Tamborrel.
junio de 1995








A N G E L I C A



Sentado en una mesita, en el portal, con el
panorama de los frondosos laureles del parque
central de la ciudad de Oaxaca, oyendo el aletear
y el cu-cu de las palomas, medito y escribo:





Lejos de ti, mujer encantadora
sólo encuentro fastidio en derredor;
fastidio horrible al corazón devora,
porque sin ti no alienta el corazón.

Lejos de ti, el triste pensamiento
tu imagen haya sin cesar, doquier,
y tu imagen divina es mi tormento,
y tu imagen divinas es mi placer

Lejos de ti, si miro a otras mujeres
radiantes de belleza y juventud,
no ambiciono sus mágicos placeres
que mi único placer, Prieta, eres tú.

Lejos de ti, no encuentro qué me halague,
en ti pienso, las horas sin contar,
y al querer que la mente se divague,
entonces, en ti pienso más y más.

Lejos de ti, de noche, en mi retiro,
es cuando más estoy cerca de ti,
porque tu imagen en el sueño miro
bañada de pureza junto a mi.

Lejos de ti, no vivo, bien lo sabes,
porque lejos de ti, mujer, estoy
como sin aire las canoras aves,
como sin agua la marchita flor.

Lejos de ti, la vida es un desierto,
un horizonte lúgubre, sin luz,
océano de lágrimas sin puerto,
un sudario maldito, un ataúd.

Lejos de ti, mi vida es el hastío,
porque mi vida absorbe la pasión,
como absorbe a la gota de rocío
la arena del desierto abrasador.

Lejos de ti, con júbilo muriera
si enterrarme quisiera a tus pies,
y, cadáver, tus lágrimas sintiera
sobre mi yerto corazón caer.

Lejos de ti, mi frente está abatida;
lejos de ti, mujer, no soy feliz;
lejos de ti, no quiero ni la vida,
que vivir no es vivir lejos de ti.




Enrique Galván-Duque Tamborrel
abril de 1976

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