lunes, 21 de abril de 2008

¿Y Dios..., dónde queda?

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel.

«Aunque Dios da a cada uno lo que es debido,
no es Dios deudor; pues no está ordenado por nada,
sino que todo está ordenado por Él.»
Antonio Sertillanges.

Ego SUM qui SUM – Yo soy el que soy – Palabras de Dios a Moisés, cuando este le preguntó cuál era el nombre del que le enviaba, (Éxodo, Cap. III, V. 14) Los interpretes explican que Dios quiso dar a entender con estas palabras que era el Ser eterno, principio y origen de todo ser, el Ser por excelencia, el solo infinito, inmutable y necesario.

Deo ignoto – Al dios desconocido – Los atenienses, el pueblo más culto de la antigüedad, admitían sin trabas todas las religiones habidas y por haber, y a tal extremo llevaban su tolerancia en materia religiosa, que para estar a cubierto de cualquier olvido involuntario, levantaron su templo, con esta inscripción: “Al dios desconocido”. Cuando San Pablo compareció ante el areópago – Tribunal de Atenas --, se sirvió precisamente de esa inscripción para hablarles del Dios que ellos (los cristianos) adoraban sin conocerle y era precisamente el Señor, creador del cielo y de la tierra. Esta predicación causó un gran efecto y allí mismo se convirtieron varios al cristianismo, entre ellos Dionisio, que más tarde fue el primer obispo de Atenas.

“Si Dios no existiera sería preciso inventarlo”. VOLTAIRE en su Epístola al autor del libro “Los tres impostores” (1771) VOLTAIRE sentía una verdadera predilección por este verso, considerado como uno de los mejores salidos de su pluma; lo citaba con frecuencia en las cartas que escribía a sus corresponsales literarios. A vueltas con la fundación del culto al Ser Supremo, en los tiempos de la primera revolución francesa se valió Robespierre de esta afirmación para cerrar uno de sus discursos: “L´atheísme est aristocratique. L´idée d´un grand Etre, qui veille sur l´innocence oprime et qui punit le crime triomphant, est toute populaire. Si Dieu n´existait pas, il faudrait l´inventer”. Puestos a parodiar la frase volteriana, los comunistas franceses de 1870 no dijeron nada más que: “Si Dieu existait, il faudrait le fusillers”. Y después, tan descansada y cínicamente, pudieron entregarse al saqueo y demás excesos con toda tranquilidad. Una barbaridad semejante vale la pena no olvidarla, como ejemplo de los actos ignominiosos que han empañado los movimientos sociales que han sido necesarios para el desarrollo de la humanidad.

Desde Los tiempos remotos, según las diferentes investigaciones que han llevado a cabo los antropólogos, los seres humanos siempre han sido temerosos de un ser supremo, un dios creador, amo y señor del universo. Generalmente buscaban su presencia en la naturaleza y su fuerza que los rodeaba, así veían a sus dioses en el fuego, en el viento y tempestades, en la lluvia, en el sol, en la luna, etc., y como tales los adoraban y les ofrecían sacrificios --- de animales y muchas veces de humanos. Pero todos esos dioses, creados o inventados por la necesidad del sentimiento atávico del ser humano de sentirse dependiente y protegido por un ser superior, fueron cambiando en su concepción conforme se fue desarrollando la mente humana, de la irracionalidad a la racionalidad, de lo casi animal al pensamiento filosófico, de estudiar razonadamente de donde venimos, que somos y a donde vamos, que en síntesis es el orden del pensamiento humano. Con la cultura racional y filosófica nacieron el budismo u el shintoismo, que son dos de la corrientes filosofico-religiosas más importantes, sin olvidar los fundamentos también ya filosóficos de las mitologías griega y romana. El judaísmo modificó substancialmente los fundamentos humanos, entonces muy dispersos, dando lugar a normas morales que no se valoraban y que fueron fundamento del el formidable movimiento que cambió totalmente la concepción religiosa y filosófica de toda la humanidad: el cristianismo. Pero la humanidad es voluble, ahora, llena de soberbia e inmersa en la vorágine tecnológica, so pretexto de la modernidad está haciendo a un lado a Dios, en muchos aspectos lo está soslayando y va, a pasos agigantados, camino a olvidarlo totalmente. Alcanzada esa meta, la humanidad habrá logrado, lo que al menos así parece buscar, su propia destrucción. La supuesta fe en Dios de la humanidad es sólo de palabras, es hipocresía, es, en síntesis, una falacia. No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír.

Precisamente, sobre “el hacer a un lado a Dios, soslayarlo e ignorarlo” que prevalece en los hechos actualmente en el todo el orbe, a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, la periodista Jane Clayson del EARLY SHOW – periódico nortemearicano --entrevistó a la hija de Billy Graham, conocido predicador evangelista estadounidense. Anne Graham dio una respuesta sumamente profunda y llena de sabiduría. Dijo: -- “Al igual que nosotros, creo que Dios está sumamente triste por este suceso, pero durante años hemos estado diciéndole (a Dios) que se salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro gobierno y que se salga de nuestras vidas. Y... siendo el caballero que Él es, creo que se ha retirado tranquila y respetuosamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé Su bendición y Su protección cuando lo hemos hecho a un lado y casi exigido que nos deje solos?”.

A la luz de ciertos sucesos recientes........ Ataques terroristas, balaceras en las escuelas, etc.; creo que todo comenzó cuando Madeleine Murria O´Hare (fue asesinada y hace poco se descubrió su cadáver) se quejó de que no quería que se rezara en nuestras escuelas, dijimos que estaba bien, y todos lo aceptamos.

Luego alguien dijo que mejor no se leyera la Biblia en las escuelas – la Biblia dice que No matarás, No robaras, Amarás a tu prójimo como a ti mismo, No le hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti, Da de ti antes de pensar en ti --, dijimos que estaba bien, y todos lo aceptamos.

Luego el Dr. Benjamin Spock dijo que no debíamos castigar a nuestros hijos cuando se portan mal, porque sus pequeñas personalidades se trucarían y podríamos lastimar su autoestima. Alguien dijo que los expertos saben lo que dicen, dijimos que estaba bien, y todos lo aceptamos.

Luego alguien dijo que los maestros y directores de las escuelas no deberían disciplinar a nuestros hijos cuando se portan mal y/o no cumplen con sus tareas. Los administradores de las escuelas dijeron que más valía que ningún miembro de la facultad de las escuelas tocara a algún estudiante que se porte mal y/o no cumpla con su tarea porque no queremos publicidad negativa y por supuesto no queremos que nos vayan a demandar (hay una gran diferencia entre disciplinar y tocar, golpear, cachetear, humillar, patear, etc.), dijimos que los administradores sabían lo que decían y/o hacían y todos lo aceptamos.

Luego alguien dijo que no nos preocupáramos si nuestras hijas se embarazan y que las dejemos que aborten si así lo quieren, y que además ni siquiera tienen que decirles a sus padres. Dijimos que estaba bien, y todos lo aceptamos.

Luego uno de los consejeros del Consejo de Administración de las escuelas dijo: -- “ya que los muchachos siempre van a ser muchachos y de todos modos lo van a hacer, démosles todos los condones que quieran para que puedan divertirse al máximo, y no tenemos por qué decirles a sus padres que se los dimos en la escuela”. Cuando trascendió, dijimos que estaba bien, y todos lo aceptamos.

Luego alguien dijo: -- “Vamos a imprimir revistas con fotografías de mujeres desnudas y decir que esto es una apreciación sana, artística y realista de la belleza del cuerpo femenino”. Pero otro, no-conforme con eso y llevando más allá esa apreciación, publicó fotografías de niños desnudos, y todavía más allá cuando las colocó en Internet. No nos pareció mal, dijimos que estaba bien, que había que respetar el derecho que tienen a su libertad de expresión, y todos lo aceptamos.

Luego la industria de las diversiones dijo: “hagamos espectáculos por televisión y películas que promuevan lo profano, la violencia y el sexo ilícito. Grabemos música que estimule las violaciones, el uso de las drogas, los suicidios y los temas satánicos”. Y dijimos adelante, al fin no es más que diversión, no tiene efectos negativos y de todos modos nadie lo toma en serio, así todos estuvimos de acuerdo y lo aceptamos.

Ahora nos preguntamos con extrañeza por qué nuestros niños no tienen conciencia, por qué no saben distinguir entre el bien y el mal, y por qué no les preocupa matar a desconocidos, a sus compañeros de escuela, o a ellos mismos.

Probablemente, si lo pensamos bien y despacio, encontraremos la respuesta. Creo que tiene que ver con “LO QUE SEMBRAMOS ES LO QUE RECOGEMOS” --- “Siembra vientos y cosecharás tempestades”. .

Es irónicamente curioso cómo la gente simplemente manda a Dios a la basura y luego se pregunta por qué la humanidad (y el mundo con ella) está en proceso de autodestrucción. Es curioso ver cómo creemos lo que dicen los periódicos y/o la televisión, pero cuestionamos lo que dice la Biblia. Es curioso cómo se mandan “chistes” por la red y cunden como reguero de pólvora, pero cuando empiezas a mandar mensajes del Señor, la gente lo piensa dos veces antes de compartirlos. Es curioso cómo hay artículos lujuriosos, crudos, vulgares y obscenos que circulan libremente por el ciberespacio, pero la discusión de Dios en público se suprime en las escuelas, los espacios de trabajo y, a veces, hasta en el hogar, tal parece que a la gente le da pena hablar de Dios.

Es curioso ver como nos preocupa más lo que piensan los demás de nosotros que lo que Dios piensa de nosotros.

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