domingo, 28 de noviembre de 2010

REFLEXIÓN EN RELACIÓN CON LA GUERRA ACTUAL

 

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Noviembre / 2010

 

 

¿Que México esta en estado de guerra? Sin duda cabe, es hora de que la ciudadanía pruebe la valentía de que tanto nos vanagloriamos de nuestros antepasados, si no que lo digan los pasados festejos de dos conmemoraciones que estamos festejando, el bicentenario del inicio de la gesta independentista y el centenario del inicio de la Revolución. 

 

Se luchó con valentía ante un sistema opresivo y contra una férrea dictadura.  Ahora un grupo de pelafustanes está tratando de adueñarse del poder, y para ello someten a los ciudadanos a un régimen de terror.   La ciudadanía, amedrentada, recula pensando que así podrá vivir en paz, sin darse cuenta que así lo único que logra es la sumisión total a un estado ignominioso.  Tal y como fueron la Rusia y Alemania bajo los regímenes de Stalin y Hitler respectivamente, o en Haití bajo Papa Doc, o de varias naciones africanas bajo los regímenes de terror a que estuvieron –y todavía algunas están--  sometidas.

 

Antes de dar la cara con valentía, ahora se piensa, y está en el debate, que lo mejor es transar con el enemigo o legalizar lo que se supone que es la médula del asunto, el tráfico y consumo de drogas.

 

Lo que resulta por demás incongruente, por parte de los delincuentes es que al aumento del estado de terror apoya la tesis de la legalización y esta a su vez hará que el negocio se acaba.  Acabándose el negocio ¿dónde está la conveniencia para los narcotraficantes?, al contrario, se perjudican.  Si es así, ¿por qué siguen aumentando el estado de terror?

 

La tesis más congruente es la de los que aseguran --aquí me incluyo--  que la delincuencia, como se está viendo y sintiendo, va más a conseguir el poder para adueñarse del pías, y dominarlo a base de terror.  El negocio de la droga ya está controlado por mafias internacionales.  Le tiran más al secuestro, los asaltos, trata de personas y la extorsión, para imponer sus reglas y obviamente para amasar fortunas.  Con el poder en sus manos las fortunas económicas llegan por consecuencia.

 

Y aquí cabe la pregunta: ¿vamos los mexicanos a permitir que nos conquisten y/o dominen esos pelafustanes, para que nos lleven al país a condiciones mil veces peores que las que vivió durante la colonia o la dictadura?  He ahí el dilema actual. O nos fajamos con valentía y nos sacudimos de esa lacra que nos está carcomiendo, o acabaremos siendo un pueblo sumiso Ignominiosamente.

 

Qué podemos esperar de esos pelafustanes que igual jalan a una mujer que a un niño para convertirlos en sicarios, llenándolos de odio para convertirlos en bestias. La ambición desmedida comulga con el egoísmo, la soberbia y la destrucción.  Cuanta ceguera y dureza de corazón hay en ella.

 

Invadir el espacio ajeno haciendo uso de la fuerza, refleja falta de respeto a los derechos de paz y bienestar de los demás.  ¿Hay alguien que no tenga  derecho de ser feliz y ocupar un espacio en el mundo desarrollándose de acuerdo a su nivel y ritmo evolutivo?

 

Reitero, no queda de otra, o nos fajamos con valentía y sin miedo a la muerte, o nos carga la……  No debemos olvidar que la lucha dirigida al bien común, siempre tendrá ayuda de Dios.  El bien siempre gana la batalla al mal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios: