martes, 30 de noviembre de 2010

¿QUIEN ES TU MAMÁ?

Siempre he sido, soy y seré hasta que Dios lo disponga, un contumaz admirador de la mujer, principalmente cuando se convierte en madre, momento en el que adquiere la condición del "Ser excelso de la creación". ¡Claro! Me dirán algunos que no todas son merecedoras de ese calificativo, desde luego que hay excepciones, como en todo lo que es del rango humano, pero hay que recordar que la excepción confirma la regla. Como quiera que sea, la madre es el ser sublime que ama a su hijo como no existe otro amor en la humanidad, podríamos compararlo, en la debida proporción, con el amor que tiene Dios para toda la humanidad.



Los tres seres que más he amado son precisamente tres mujeres. Las tres han sido madres: Emma Tamborrel Suárez, mi santa madre; Angélica Bellato Encinas, mi novia de la juventud y primera esposa, madre de mis cuatro hijos mayores; y María Elsa Toledo Rosado, mi segunda esposa y madre de mis tres hijos menores.



Mis siete hijos: Enrique, Ivonne, Marco Antonio, Angélica, Mario, Elsa y Margarita. Ellos se cuecen aparte, el amor de los padres a los hijos es inconmensurable e incondicional. De ese amor de los padres a los hijos, destaca, por su propio peso, el de la madre.



Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel




ESTAS SON LAS RESPUESTAS A UNA SERIE DE NIÑOS, CUANDO LES PREGUNTARON ¿"QUIEN ES TU MAMÁ?"



¿Quién es tú mamá ?



- Mamá es esa señora que lleva en el bolso un pañuelo con mis mocos, un paquete de toallitas, un chupete y un pañal de emergencia.



- Mamá es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes al mismo tiempo.



-Mamá es esa malabarista que pone lavadoras con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y apartándome del cubo de basura con el pie.



-Mamá es esa maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso



-Mamá es esa forzuda capaz de coger en un solo brazo mis 15 kilos mientras con el otro entra el carro lleno de compra



-Mamá es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de 0 a 100 para evitar que me descuerne por las escaleras.



-Mamá es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia



-Mamá es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto tenga otro huequito, sólo otro, va a la estética.



-Mamá es esa cantante que se inventa las canciones más tontas que me hacen reír y bailar



-Mamá es esa chef que es capaz de hacerme una cena riquísima con dos tonterías que quedaban en el refrigerador porque ya no le alcanzó el tiempo para ir a comprar, aunque se quede ella sin cena.



-Mamá es ese médico que sabe con sólo mirarme si tengo fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer.



-Mamá es esa economista capaz de ponerse la ropa de hace cientos de años para que yo vaya bien guapo.



-Mamá es esa cantante que todas las noches canta la canción más dulce mientras me acuna un ratito.



-Mamá es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana, mirar si me he hecho pis, cambiarme el pañal, darme jarabe para la tos, un poco de agua, ponerme el chupete, todo a oscuras y sin despertarse.




-Y eso no es todo… además trabaja fuera de casa.



¿La ves? Es aquélla, la más guapa, la que sonríe, ella es mi Santa Madre.
¡Dios la bendiga eternamente!






domingo, 28 de noviembre de 2010

REFLEXIÓN EN RELACIÓN CON LA GUERRA ACTUAL

 

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Noviembre / 2010

 

 

¿Que México esta en estado de guerra? Sin duda cabe, es hora de que la ciudadanía pruebe la valentía de que tanto nos vanagloriamos de nuestros antepasados, si no que lo digan los pasados festejos de dos conmemoraciones que estamos festejando, el bicentenario del inicio de la gesta independentista y el centenario del inicio de la Revolución. 

 

Se luchó con valentía ante un sistema opresivo y contra una férrea dictadura.  Ahora un grupo de pelafustanes está tratando de adueñarse del poder, y para ello someten a los ciudadanos a un régimen de terror.   La ciudadanía, amedrentada, recula pensando que así podrá vivir en paz, sin darse cuenta que así lo único que logra es la sumisión total a un estado ignominioso.  Tal y como fueron la Rusia y Alemania bajo los regímenes de Stalin y Hitler respectivamente, o en Haití bajo Papa Doc, o de varias naciones africanas bajo los regímenes de terror a que estuvieron –y todavía algunas están--  sometidas.

 

Antes de dar la cara con valentía, ahora se piensa, y está en el debate, que lo mejor es transar con el enemigo o legalizar lo que se supone que es la médula del asunto, el tráfico y consumo de drogas.

 

Lo que resulta por demás incongruente, por parte de los delincuentes es que al aumento del estado de terror apoya la tesis de la legalización y esta a su vez hará que el negocio se acaba.  Acabándose el negocio ¿dónde está la conveniencia para los narcotraficantes?, al contrario, se perjudican.  Si es así, ¿por qué siguen aumentando el estado de terror?

 

La tesis más congruente es la de los que aseguran --aquí me incluyo--  que la delincuencia, como se está viendo y sintiendo, va más a conseguir el poder para adueñarse del pías, y dominarlo a base de terror.  El negocio de la droga ya está controlado por mafias internacionales.  Le tiran más al secuestro, los asaltos, trata de personas y la extorsión, para imponer sus reglas y obviamente para amasar fortunas.  Con el poder en sus manos las fortunas económicas llegan por consecuencia.

 

Y aquí cabe la pregunta: ¿vamos los mexicanos a permitir que nos conquisten y/o dominen esos pelafustanes, para que nos lleven al país a condiciones mil veces peores que las que vivió durante la colonia o la dictadura?  He ahí el dilema actual. O nos fajamos con valentía y nos sacudimos de esa lacra que nos está carcomiendo, o acabaremos siendo un pueblo sumiso Ignominiosamente.

 

Qué podemos esperar de esos pelafustanes que igual jalan a una mujer que a un niño para convertirlos en sicarios, llenándolos de odio para convertirlos en bestias. La ambición desmedida comulga con el egoísmo, la soberbia y la destrucción.  Cuanta ceguera y dureza de corazón hay en ella.

 

Invadir el espacio ajeno haciendo uso de la fuerza, refleja falta de respeto a los derechos de paz y bienestar de los demás.  ¿Hay alguien que no tenga  derecho de ser feliz y ocupar un espacio en el mundo desarrollándose de acuerdo a su nivel y ritmo evolutivo?

 

Reitero, no queda de otra, o nos fajamos con valentía y sin miedo a la muerte, o nos carga la……  No debemos olvidar que la lucha dirigida al bien común, siempre tendrá ayuda de Dios.  El bien siempre gana la batalla al mal.